
Mailín y Alfredo, propietarios de Casa Marabina
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El restaurante de Ledoño, en Culleredo (A Coruña), que llamó la atención de Alberto Chicote
Casa Marabina, uno de los participantes del programa "Batalla de restaurantes", está situado a escasos kilómetros de la ciudad herculina
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Hay cientos de restaurantes en A Coruña y su área, pero solo cuatro pasaron el filtro de Alberto Chicote. El pasado martes se conocieron los nombres de los cuatro participantes de la "Batalla de restaurantes" en A Coruña, y Casa Marabina fue uno de ellos. La organización los escogió entre numerosos candidatos, y no fue por simple azar.
A este restaurante ubicado en la pequeña parroquia de Ledoño, en el municipio de Culleredo (A Coruña) le vieron algo especial. "Es difícil encontrar jefas de cocina, ya que, aunque siempre hemos estado entre los fogones, suelen ser hombres los que dirigen", opina Mailín Romero, copropietaria del restaurante junto con su marido Alfredo González. La dueña cree que no les fue fácil encontrar una mujer al mando y que por eso dieron con ella. Pero no fue solo ese el motivo de la fijación por este local.
Con tan solo 22 años, esta venezolana llegó a España con 1,50 euros en el bolsillo. Y le costó poco menos de media vida alcanzar el éxito. "Me encanta cocinar, me dan igual las horas que pase dentro de la cocina, disfruto", reconoce Mailín. Su pasión la llevó a plantearse abrir este restaurante en mayo de 2019. Como es común, no fue un proceso fácil. "Después de ver varios locales, me enamoré de este", explica.
Casa Marabina está ubicado en la rúa Ledoño, número 53. "Tienes que saber a lo que vienes para moverte hasta aquí", asegura. Por eso sabía que tenía que ofrecer un producto lo suficientemente atractivo como para que la gente quisiera trasladarse hasta esta pequeña parroquia de Culleredo.

Camareros de Casa Marabina.
El espacio lo tenía: perfectamente decorado y cuidado al detalle, con un salón grande para comidas y una terraza al aire libre. Fue entonces cuando comenzó a formar su equipo. "Sin ellos, yo no sería nada", dice la propietaria, refiriéndose a sus camareros y personal de cocina.
Pero tampoco hubiera sido posible sin su bastón de apoyo: Alfredo. Su marido dejó su trabajo como soldador para ayudar a Mailín con el negocio. "Confió en mí", dice emocionada. Ahora son un equipo. "Es muy meticuloso, por lo que se le da muy bien el trabajo de parrillero. Para la carne hay que tener maña", asegura.
Comida tradicional y hecha con cariño
Mailín se especializó en cocina antes de decidir abrir el restaurante. Se empapó de la materia antes de ponerse al frente de los fogones, que ahora son su zona de confort. Por ello, todo lo que cocina lo hace con cariño. Su propuesta gastronómica es variada y perfecta para ir con familia y amigos: desde unos calamares y raxo, hasta un bacalao y unas zamburiñas a la plancha.

Bacalao con patatas de Casa Marabina.
Además, cuentan con carne de la mejor calidad, que con mucho gusto preparan en la parrilla que tienen instalada en el restaurante. Y todo ello, acompañado del mejor trato, porque si de algo se siente afortunada Mailín es de rodearse de la mejor gente, lo que permite tener un trato cercano con el cliente, que es lo que más le llena de esta profesión.