
Víctor Lamas, responsable de El Tranvía de A Coruña.
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El bar del Orzán de A Coruña con nombre ferroviario y carajillo con nata que se bebe en pajita
El Tranvía es un clásico de la calle Orzán que ha ejercido como local de referencia de varias generaciones. Mantiene intacta su esencia e incluso es popular entre estudiantes Erasmus por su original chupito dulce a base de canela, caramelo y nata
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El ocio diurno y nocturno de A Coruña no se entiende sin El Tranvía, uno de los bares más antiguos (el primero es el Jazz Filloa) que permanece abierto en el Orzán desde 1981, es decir, 44 años atrás.
Nada ha cambiado, es como si el tiempo se parase, y eso se debe, según su actual dueño, Víctor Lamas, a que todos aquellos que se han puesto al frente del bar trabajaron antes en él e incluso eran clientes. Él lleva desde 2015 como camarero.
"Es un lugar para estar, compartir momentos y disfrutar de grata compañía con buena música", explica, mientras matiza que son una fusión entre los conceptos de pub y cafetería "que a veces entran en conflicto". Sin embargo, con esta fórmula de café de media tarde y copas el Tranvía sigue tan vivo como el primer día.
Sus señas de identidad son los carajillos con o sin nata, los cafés irlandeses y el chupito estrella, una especie de "postre líquido" a base de licor de caramelo, nata y canela. El secreto del carajillo son sus componentes: Brandy quemado con azúcar, café y una nata especial.

Fachada del Tranvía de A Coruña.
Es de alta calidad porque está solo pasteurizada y no homogenizada, por lo que mantiene su textura original y la monta el personal del Tranvía. Una de las "obligaciones" es beber el carajillo que contiene esta nata con pajita, para no perder las buenas costumbres.
Rock y estilo clásico
La juventud coruñesa en época universitaria en los 80 paraba aquí para tomarse el café antes de ir de copas. "Era la primera parada después de cenar para coger fuerzas y seguir adelante", rememora Lamas, que añade que se han convertido en un local popular entre Erasmus por su chupito.
El estilo es clásico, con mucha madera y música procedente de distintos vinilos de rock con temas que tienen de media 30 años y de grupos como Led Zeppelin o The Blues Brothers.
Muchos elementos decorativos son estrafalarios regalos de clientes, como una matrícula con el nombre del bar como si fuera una calle londinense, una marioneta de los 80 o un camaleón que formó parte de una performance que acogieron los bares coruñeses en la misma década.

Interior del bar Tranvía de A Coruña.
Desde hace tres años, la pared del bar ejerce de escaparate de obras de artistas consagrados y locales emergentes. Uno de los elementos que más llama la atención es la barra de madera con una forma en curva que ya no es usual, además del mármol que también comparte con las mesas y que marca el estilo del local.
"Hay gente que lleva 40 años parando por aquí", dice orgulloso Lamas, que se congratula de que los veteranos sigan eligiéndole para tomar el café. "Lo que ha cambiado es la forma de consumir de la gente, ahora esto es un espacio más tranquilo que en los 80", recuerda.
El horario de lunes a viernes es de 18:00 a 4:00 horas y los fines de semana de 18:00 a 4:30 horas.
Uno de los momentos más emotivos se vivió hace un par de años, cuando murió un cliente que acudía al Tranvía a diario. Debido a que no tenía familia ni nadie que se hiciera cargo, le organizaron un funeral al estilo irlandés en el bar, mostrando su retrato junto al vaso que usaba y bebiendo en su honor.