Recordamos la figura de la ferrolana que consiguió el beneplácito del rector de la Universidad de Madrid para asistir como oyente a las clases de Derecho, una vez fue descubierto el disfraz con el que ocultaba su identidad femenina
Roma, París, Londres o Nueva York son grandes ciudades con algo en común: poseen obeliscos egipcios en sus calles. Pero hay una ciudad, que también tuvo el honor de disfrutar de uno de ellos, aunque fuera por poco tiempo y debido a un accidente: Ferrol.