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Turismo carcelario en A Coruña y Ferrol: castillos que acogían prisioneros

Recorremos los castillos de Palma, San Antón y San Felipe, fortalezas que durante un tiempo funcionaron como prisiones
Castillo de San Felipe desde el aire
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Castillo de San Felipe desde el aire
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Aquí un día hubo prisioneros. Aunque ahora son un atractivo turístico de A Coruña y Ferrol, hubo una época en la que los castillos funcionaros como cárceles. Estas pequeñas fortalezas, muy visitadas entre los turistas, guardan una historia en su interior.

¿Sabías que el cabecilla del 23-F estuvo preso en una fortaleza del siglo XVI? Pues sí, el golpista Antonio Tejero permaneció arrestado en el Castillo de la Palma de Ferrol, donde permaneció preso en un celda sin barrotes. Y es que, pese a estar concebida como una cárcel militar, no era una celda al uso.

Esta historia es una de las que se esconde tras las paredes de la fortalezas o castillos que nos podemos encontrar a nuestro alrededor. ¿Quieres conocer más? Hoy hacemos turismo carcelario y visitamos tres castillos que en su día albergaron prisioneros.

Castillo de San Antón

El castillo de San Antón desde el aire

La primera parada la hacemos en la ciudad de A Coruña, muy próximo al Parrote y a la Marina nos encontramos con el famoso Castillo de San Antón. Ha pasado de ser refugio de marineros enfermos, fortaleza medieval y prisión a convertirse en lo que es hoy en día, Museo Arqueológico e Histórico de la ciudad coruñesa.

Este monumento del siglo XVI, considerado Bien de Interés Cultural, fue edificado en el que era entonces un pequeño islote en medio de la bahía coruñesa.

Inicialmente, antes de convertirse siquiera en fortaleza, esta pequeña isla servía como cobijo de los marineros en cuarentena que llegaban enfermos de sus largos viajes en barco. En la  ‘Isla de Pena Grande’ -como se la conocía- se encontraba una capilla dedicada a San Antón que, posteriormente fue rodeado por una fortaleza. Fue por orden de Carlos I, quien recomendó la construcción de tres fuertes en la bahía (Santa Cruz, San Diego y San Antón) que hiciesen frente a los ataques de los invasores.

Y así fue, en 1588 contribuyó a la defensa de la ciudad durante el ataque de la Armada Inglesa. Este episodio aceleró las obras que se terminaron definitivamente diez años más tarde, en 1598.

San Antón desde la cubierta de un barco

A partir del siglo XVIII la fortaleza se convirtió en prisión, función que mantendría hasta su cesión al Ayuntamiento de A Coruña en 1960. El castillo servía también como prisión para delincuentes comunes y presos políticos. Entre ellos destacan algunos personajes míticos como Alessandro Malaspina, acusado de alta traición por Godoy y que cumplió 6 años entre rejas; Juan Díaz Porlier ‘El Marquesito’, férreo defensor del liberalismo fue condenado a 4 años de prisión; Rafael Melchor de Macanaz, uno de los ministros de Felipe V perseguido por la Inquisición por defender la propuesta de reducir su poder y; por supuesto, los represaliados en la dictadura franquista.

Castillo de La Palma

Vista del castillo de La Palma

Dejamos la ciudad de A Coruña y nos vamos hasta Mugardos, donde nos espera el castillo de La Palma. Está emplazado en una ensenada en la entrada de la ría de Ferrol, enfrente de otro castillo, el de San Felipe. Al no tener armamento, su función se limitaba a la vigilancia del paso marítimo. Así impedía la entrada de buques enemigos a la ría de Ferrol.

Su última función fue como cárcel y por sus celdas pasaron, entre otros, el golpista y exteniente coronel de la Guardia Civil, Antonio Tejero, que fue uno de los principales cabecillas del intento de golpe de Estado el 23 de febrero de 1981.

A principios del siglo XXI fue adquirido por una cadena hotelera pero se encuentra en estado de abandono. El verano pasado volvió a abrir sus puertas a los turistas.

Imagen de los castillos de La Palma y San Felipe

Castillo de San Felipe

Castillo de San Felipe

Y justo en frente del castillo de La Palma nos encontramos con el castillo de San Felipe, en un pequeño pueblo marinero que lleva el mismo nombre.

Se trata de una fortaleza militar y su construcción comienza en el año 1557 auspiciada por Felipe II, del que toma su nombre. Su función consistía en la defensa del puerto de Ferrol apoyado por los castillos de La Palma y San Martín, ambos se encontraban en la orilla opuesta. Entre este último y el castillo de San Felipe se tendía una cadena en caso de ataque del enemigo. Así se evitaba la entrada de navíos enemigos.

A mediados del siglo XIX se construyó a ras de agua, una batería. Durante la Guerra Civil, los detenidos tras el golpe fueron concentrados y juzgados en consejo de guerra. Y las ejecuciones se hacían en los fosos de este castillo.

Posteriormente fue prisión para soldados, mientras el castillo de La Palma quedó para oficiales. 

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