La Tienda de Lino de A Coruña.
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Un clásico negocio de alimentación de A Coruña se transforma en un proyecto social: "Aquí me siento en casa"
Integrado en la Fundación Padriño, La Tienda de Lino se vuelca ahora en la inserción sociolaboral
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La historia de la Tienda de Lino se remonta a hace más de medio siglo, cuando en 1971 Lino y Mary abrieron por primera vez este negocio de alimentación. Ubicado en Cuatro Caminos, desde entonces ha atendido a clientela del barrio y de toda la ciudad. Ahora da un paso más y se convierte en una empresa de inserción social tras la creación en 2024 de la Fundación Padriño.
Elena Varela, terapeuta ocupacional y gestora de la Fundación, explica desde el interior de la tienda que la idea nació en honor a Lino y a Fer, amigo de la familia y "nuestro padriño y guía". Con ellos dos en mente surge este proyecto que se centra "en el trabajo con personas en inserción sociolaboral para seguir la línea que ellos hacían de manera más informal". Para ello integrarán a personas en situación de vulnerabilidad para que formen parte del personal con contratos de inserción social que tienen una duración máxima de 3 años.
Mayerling ha sido la primera elegida para estrenar este programa y se acaba de incorporar al equipo, en el que fue recibida con los brazos abiertos.
El local, situado en uno de los extremos de la galería Ramón y Cajal, es un espacio pequeño en el que los productos, —desde las frutas y verduras hasta las conservas o vinos pasando, por supuesto, por sus empanadas—, son los protagonistas. Pero Mayerling destaca algo por encima de todo ello: las personas.
"El trato que me han dado... La paciencia. Lo que he aprendido ya es porque ellos han tenido la paciencia de ayudarme. Me gusta el compañerismo que hay. Yo no me esperaba estar aquí, en este grupo, y tener a estos compañeros. Estoy llena de alegría y de gratitud", cuenta.
La Tienda de Lino en A Coruña.
Detrás del mostrador, María y Sebas están siendo sus mentores. Ellos cuentan con una amplia experiencia en la tienda y sobre todo, atendiendo a la clientela. Precisamente, el trato con las personas es una de las cosas que más valora Mayerling de su nuevo trabajo.
Natural de Venezuela, llegó a A Coruña hace cuatro años. En este tiempo tuvo otros trabajos como limpiadora o camarera, pero con esta oportunidad en La Tienda de Lino asegura estar en su mejor momento. "Tengo dos niñas y el horario me encanta porque salgo de trabajar y puedo estar con ellas", comenta, antes de subrayar que "aquí me siento en casa. Ellos me han acogido y yo tengo el ánimo de aprender. El que quiere puede. Estoy llena de energía, también porque tengo dos niñas que siguen mis pasos. Ahora estoy súper feliz. Estoy en el mejor momento de mi vida".
En su país ya había sido dependienta y su sueño es seguir trabajando de cara al público abriendo en un futuro su propio negocio de manicura. Lo hará algún día en A Coruña: "Cuando llegué vi que era el lugar perfecto para criar a mis hijas. La tranquilidad no tiene precio".
"Es la primera de muchas"
Durante su etapa en La Tienda de Lino, combinará el trabajo en el negocio con una formación de la mano de Elena, que también le brindará orientación laboral. La terapeuta ocupacional explica que estos contratos sirven "como puente para darle formación y experiencia para que salga de aquí preparadísima. La idea es que pueda aprovechar la oportunidad y que esto sea un trampolín para despegar hacia donde ella quiera".
Sobre la selección de Mayerling tras un proceso de entrevistas, destaca que "nos va a ayudar un montón a darle forma a este proyecto, que nace con ella también. Necesitábamos ese perfil de persona extrovertida, amable y que atendiera al público, pero que también supiera gestionar otras cosas. Es la primera de muchas".
El objetivo de la Fundación es poder ayudar a todo tipo de perfiles, desde personas en riesgo de exclusión por su situación social, personas inmigrantes o, también, menores.
"Queremos colaborar con el centro de menores de la ciudad", comenta Elena pensando ya en nuevas líneas de trabajo, al tiempo que explica que por ahora colaboran con el equipo de intervención social del centro cívico de San Diego.
Todo ello forma parte de las acciones de la Fundación Padriño a través de La Tienda de Lino, que ahora es una empresa social. Para la clientela, nada cambia. "Es el mismo producto, la misma atención personalizada pero ahora, cada vez que compren aquí, están colaborando a que el proyecto avance", apunta la gerente.
Con esta nueva oportunidad que se ha abierto para Mayerling, la venezolana concluye con una reflexión: "Estoy viviendo el mejor capítulo de mi vida y lo que viene son bendiciones. Uno tiene que agradecer, porque la gratitud es lo mejor. Aquí tienen la posibilidad de crecer. Cuando te sientas triste, piensa en Mayerling".