Representación artística del ataque a Cangas de 1617. Iván Fernández Amil

Representación artística del ataque a Cangas de 1617. Iván Fernández Amil

Historias de la Historia

Los días en que Galicia ardió: cuando los piratas destruyeron Cangas do Morrazo

La historia de cómo la venganza de los piratas berberiscos llegó hasta las costas de las Rías Baixas, en un ataque pirata que se conmemora cada año con la fiesta de "A defensa da vila"

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Hubo un tiempo en que vivir cerca del mar era más un castigo que un privilegio. Las rías gallegas, que hoy atraen turismo y bienestar, fueron durante siglos puertas abiertas al miedo. Sus habitantes pasaban noches enteras en vela, con el ojo puesto en el horizonte, por si la luna reflejaba velas enemigas. A lo largo del siglo XVII, muchas familias gallegas abandonaron sus casas en la costa y huyeron hacia el interior. Dejaron campos, redes, viviendas y hasta iglesias para refugiarse en aldeas interiores, lejos del alcance de los barcos piratas que llegaban por el Atlántico buscando botín, víveres y esclavos. La costa gallega quedó sembrada de ruinas, playas desiertas y miedo. No era una decisión fácil. Pero la alternativa era peor: ser secuestrado, asesinado o ver cómo te arrebatan a tus hijos en mitad de la noche. Uno de los episodios más crueles de aquella época tuvo lugar en diciembre de 1617, cuando una escuadra de piratas berberiscos atacó Cangas do Morrazo, saqueó la villa, incendió las casas e hizo prisioneros a decenas de vecinos. Fue un infierno que dejó cicatriz en la historia gallega. Porque aquel día también ardió Galicia. Y no fue una metáfora.

Mercado de esclavos de Argel. https://es.wikipedia.org

Mercado de esclavos de Argel. https://es.wikipedia.org

Desde el siglo XVI hasta bien entrado el XVIII, Galicia fue atacada decenas de veces. A veces eran ingleses, como Francis Drake, que arrasó Vigo y Baiona años antes. Siglos antes habían sido vikingos. Pero muchas otras veces fueron piratas berberiscos, que saqueaban pueblos costeros, prendían fuego a iglesias y casas, robaban ganado y, lo más terrible, secuestraban a mujeres, hombres y niños para venderlos en los zocos de Argel, Túnez o Constantinopla.

El fenómeno de la piratería berberisca tenía raíces profundas. Tras la conquista de Granada en 1492, muchos musulmanes andalusíes huyeron al norte de África. Desde allí, y con el apoyo del Imperio Otomano, se organizaron en poderosas escuadras corsarias que atacaban las costas cristianas del Mediterráneo y el Atlántico.

Esclavos en Argel. https://es.wikipedia.org

Esclavos en Argel. https://es.wikipedia.org

En aquellos tiempos, Galicia era un reino costero expuesto a todas estas amenazas. El Imperio español se extendía por medio mundo, pero su retaguardia, la fachada atlántica gallega, estaba débilmente protegida. Las rías ofrecían abrigo a los barcos, sí, pero también a los enemigos. Y sus pueblos, la gran mayoría sin defensas, eran presa fácil para los piratas.

Galicia, por su ubicación, era una puerta abierta. Y pronto los cronistas comenzaron a hablar de incursiones, incendios, rapto de monjas, esclavitud y miedo. En algunas villas como A Guarda, Baiona, Noia o Muros se construyeron fortalezas y torres de vigilancia, pero muchas otras apenas tenían con qué defenderse.

Así fue como el 4 de diciembre de 1617, los habitantes de Cangas, una humilde villa de pescadores en plena ría de Vigo, divisaron con espanto once navíos corsarios turco-berberiscos fondeados en las islas Cíes. Estos piratas, procedentes del norte de África y aliados del Imperio Otomano bajo el sultán Ahmed I, buscaban saquear las posesiones de la Corona Española como venganza tras la derrota otomana en 1571 en Lepanto.

La batalla de Lepanto de 1571. https://es.wikipedia.org

La batalla de Lepanto de 1571. https://es.wikipedia.org

Liderados por capitanes experimentados, contaban con alrededor de 1.000 hombres y el apoyo de renegados europeos, tras la prohibición del corso en Inglaterra, que aportaban experiencia y técnicas en la navegación atlántica, que permitieron a las flotas berberiscas llegar al Atlántico.

La flota intentó atacar Vigo, pero su batería defensiva frustró el asalto. En cambio, Cangas, sin murallas ni artillería, era un blanco vulnerable.

El 9 de diciembre, tras un intenso bombardeo, y aprovechando la oscuridad y la marea, los piratas desembarcaron en las playas de Rodeira y Punta Balea.

Ruta del ataque de la escuadra turca a Cangas. José Martínez Crespo, CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS, LXIV, Núm. 130

Ruta del ataque de la escuadra turca a Cangas. José Martínez Crespo, CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS, LXIV, Núm. 130

Algunos vecinos lograron dar la alarma, otros apenas pudieron huir. El párroco trató de refugiar a mujeres y niños en la iglesia, pero fue inútil. En cuestión de minutos, el caos estalló y la escasa milicia local, junto a vecinos armados con herramientas improvisadas, resistió en una lucha desesperada, pero la inferioridad numérica hizo imposible la victoria

Durante tres días, del 9 al 11 de diciembre, los piratas saquearon la villa y lo robaron todo, pero lo más buscado eran personas. Se llevaron entre 80 y 100 cautivos, la mayoría mujeres, niños y algunos ancianos, a los que cargaron en sus barcos como mercancía.

Pero antes de partir, dejaron su firma, prendiendo fuego a las casas y a la iglesia. Cangas ardió hasta los cimientos.

Representación artística del ataque a Cangas. Iván Fernández Amil

Representación artística del ataque a Cangas. Iván Fernández Amil

Cuando la noticia del ataque llegó a Santiago de Compostela las autoridades se reunieron de urgencia, pero como tantas veces, la respuesta fue tardía. El marqués de Cerralbo, capitán general de Galicia, ordenó reforzar la defensa costera, por lo que se construyeron pequeñas fortalezas, se organizaron milicias locales y se levantaron atalayas, pero el daño en Cangas ya estaba hecho.

Los cangueses, desamparados, se volcaron en reconstruir lo perdido. Muchas familias nunca supieron el destino de sus seres queridos. Algunos pocos afortunados regresaron tras ser rescatados por misioneros o tras décadas de cautiverio, pero la mayoría desapareció para siempre.

Mercado de esclavos de Constantinopla. https://es.wikipedia.org

Mercado de esclavos de Constantinopla. https://es.wikipedia.org

Cangas no fue la única. Días después, los mismos corsarios atacaron otras villas cercanas como Tirán, Aldán o Moaña, mientras en Vigo daban gracias por haberse salvado y los vecinos lograron organizar una defensa improvisada por si aquellos monstruos volvían a intentarlo.

El ataque de 1617 no fue un hecho aislado. Entre 1600 y 1700 se documentan más de 40 ataques piratas en la costa gallega. En 1619, las Cortes pidieron al rey más defensas para Galicia, por lo que un año después se reforzó la flota del Cantábrico. En 1624, se propuso construir una muralla en Baiona, pero los recursos eran limitados y las prioridades del Imperio estaban lejos, en Flandes, en América, en el Mediterráneo…

Puertos de Galicia afectados por los ataques corsarios turco-berberiscos. José Martínez Crespo, CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS, LXIV, Núm. 130

Puertos de Galicia afectados por los ataques corsarios turco-berberiscos. José Martínez Crespo, CUADERNOS DE ESTUDIOS GALLEGOS, LXIV, Núm. 130

Durante siglos, el miedo a los piratas quedó grabado en la memoria gallega. En muchas aldeas se contaban historias de mujeres raptadas, hombres degollados y niños vendidos. Las procesiones se organizaban en honor a santos protectores del mar y en muchas parroquias, todavía hoy, se conservan ofrendas de barcos y cruces talladas con inscripciones que recuerdan “aquel día en que el mar trajo la muerte”.

Colegiata de Santiago de Cangas do Morrazo. https://es.wikipedia.org

Colegiata de Santiago de Cangas do Morrazo. https://es.wikipedia.org

Además, el ataque dio origen a una de las leyendas más queridas en Cangas, la de María Soliña, una mujer que, tras perder a su familia, fue acusada injustamente de brujería para robarle sus bienes.

Estatua a María en Cangas. https://cangas.gal

Estatua a María en Cangas. https://cangas.gal

El ataque a Cangas fue uno de los más destructivos. Y, sin embargo, es muy poco conocido. Pero a pesar de todo, la reconstrucción de Cangas tras el ataque fortaleció su identidad. Las cenizas de la Colegiata y las ruinas de Cangas dieron paso a una villa que renació más fuerte. La Colegiata fue restaurada, y el puerto recuperó su importancia, consolidando a esta villa como un centro marítimo. Por eso, la memoria del ataque se preserva en la recreación histórica “A Defensa da Vila”, que conmemora, desde 2005, la resistencia frente a los piratas.

Recreación histórica “A Defensa da Vila”. https://adefensadavila.com

Recreación histórica “A Defensa da Vila”. https://adefensadavila.com

Hoy, la ría de Vigo es un lugar de belleza serena. Las playas de Cangas están llenas de turistas, las bateas salpican el mar cargadas de futuro y, sin embargo, bajo esas aguas, duerme una historia que merece ser recordada. Porque es una historia de fuego, de invasores llegados de África, de mujeres que lloraron a sus hijos, de aldeas que ardieron y de marineros que nunca volvieron.

Parte de la ría de Vigo en el atlas de Pedro Teixeira de 1634. https://es.wikipedia.org

Parte de la ría de Vigo en el atlas de Pedro Teixeira de 1634. https://es.wikipedia.org

Aquel 11 de diciembre de 1617, cuando el sol salió, Cangas ya no era la misma. Y jamás volvería a serlo.

Iván Fernández Amil escribe cada semana Historias de la Historia en Quincemil. Consigue sus libros en https://www.ivanfernandezamil.com/libros/

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Referencias:

es.wikipedia.org

elespanol.com/quincemil

cangas.gal

ailladosratos.org

laregion.es

infobae.com

farodevigo.es

adefensadavila.com

turismoriasbaixas.com

elcorreogallego.es

historiadegalicia.gal

estudiosgallegos.revistas.csic.es

morrazo.org

metropolitano.gal

littlevigo.com