Diego Sarmiento de Acuña. Iván Fernández Amil

Diego Sarmiento de Acuña. Iván Fernández Amil

Historias de la Historia

El Maquiavelo español que conquistó Inglaterra desde Galicia: el Conde de Gondomar, Diego Sarmiento de Acuña

La historia del noble que escribía cartas en gallego y manipuló como quiso a la corte inglesa en favor de los intereses de España

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En 1513, un funcionario florentino escribió un libro que iba a cambiar la historia de la política y la diplomacia. Se titulaba “El Príncipe” y su autor, Niccolò Maquiavelo, planteaba algo que escandalizó a Europa: que el poder no se gobierna con moral, sino con astucia, y que los reinos se mantienen con estrategia, no con virtud. Aquel tratado fue prohibido, censurado y condenado por la Iglesia, pero leído por todos los que querían mandar. Desde entonces, el adjetivo maquiavélico se convirtió en sinónimo de habilidad política sin escrúpulos. Lo curioso es que, poco más de un siglo después, en la corte de Inglaterra apareció un hombre que fue considerado la reencarnación de aquel príncipe. Era culto, discreto y brillante, hablaba varios idiomas, citaba a Cicerón, regalaba libros a sus enemigos y convencía con palabras donde otros fracasaban con cañones. Se ganó la confianza del rey Jacobo I, desarmó la propaganda anticatólica y desactivó complots angloholandeses con una sonrisa y una pluma. Los ingleses lo llamaban “el Maquiavelo español” y era conde de una importante villa gallega, pero su verdadero nombre era Diego Sarmiento de Acuña, el Conde de Gondomar.

Niccolò Maquiavelo. https://es.wikipedia.org

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Diego nació en 1567 en el palacio episcopal de Astorga. No era gallego, como podría sugerir su título nobiliario, pero sí lo era por linaje, carácter y título, ya que su familia poseía la villa de Gondomar, en Pontevedra, de donde tomaría el nombre con el que sería conocido para la posteridad. Sus padres, García Sarmiento de Sotomayor y Juana de Acuña, pertenecían a la pequeña nobleza gallega, lo que le proporcionó una educación excepcional bajo la tutela de capellanes y frailes en los alrededores de sus tierras atlánticas.

Desde joven demostró que su inteligencia iba más rápido que su edad, porque con tan solo 18 años ya dirigía tropas para defender la costa gallega de los ataques ingleses. En 1585, resistió al corsario Francis Drake en Baiona, y en 1589, ayudó a salvar A Coruña de la contraarmada inglesa, una flota de represalia, tras el fracaso de la Gran Armada de Felipe II, que pretendía arrasar las ciudades gallegas.

Francis Drake. https://es.wikipedia.org

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Además de guerrero era un lector voraz, políglota, erudito, apasionado del latín y del derecho y heredó de su abuelo una pasión que le llevaría a reunir una de las bibliotecas privadas más importantes de España que, en 1623, ya alcanzaba los 6.500 volúmenes, triplicando los fondos de la biblioteca real.

Felipe II lo premió con cargos importantes: corregidor de Toro en 1597, de Valladolid en 1602, contador mayor del Consejo de Hacienda en 1604 y notario mayor del reino de Toledo en 1609. Con cada escalón se iba acercando a su destino más improbable: la corte de Londres.

Y así fue. En 1612, Felipe III lo nombró embajador en Inglaterra con una sola misión: mantener la paz. En plena Guerra de los Treinta Años, cuando Europa se desgarraba entre católicos y protestantes, Gondomar debía evitar que Inglaterra apoyase a los enemigos del imperio español y decidió que la mejor manera de hacerlo no era con ejércitos ni con oro, sino con ironía, inteligencia y una biblioteca bajo el brazo.

Felipe III. https://es.wikipedia.org

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Gondomar conectó de inmediato con el rey Jacobo I. Ambos compartían pasión por los libros, la teología y la retórica y su excepcional dominio del latín impresionó al rey, quien encontró en el embajador español un interlocutor a su altura intelectual. Gondomar supo ganarse su confianza llamándole "el rey filósofo" y regalándole tratados raros y conversaciones brillantes.

Pero detrás de esa afinidad se escondía una estrategia: evitar alianzas militares contra España. Y lo logró. El rey Jacobo I llegó a tener con él una afinidad tan notoria que los cortesanos ingleses comentaban con una mezcla de admiración y recelo que el embajador español "dictaba ocasionalmente la política real".

Jacobo I. https://es.wikipedia.org

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Su jugada más audaz fue proponer el matrimonio del príncipe de Gales, el futuro Carlos I, con la infanta María Ana de Austria, hija de Felipe III, en la llamada "Boda Española", una maniobra para frenar cualquier impulso belicista inglés. Durante una década, de 1614 a 1623, mantuvo vivas estas esperanzas matrimoniales, utilizando la promesa de una dote de más de 600.000 libras.

Y aunque la boda nunca se celebró, mantuvo a la corte ocupada durante años, mientras Gondomar tejía una red de apoyos entre la nobleza inglesa, especialmente entre los católicos, lo que acabó por conseguir que Inglaterra se mantuviese al margen de los conflictos europeos durante los años iniciales de la Guerra de los Treinta Años.

El “Caballero Negro” Gondomar en el centro. https://es.wikipedia.org

El “Caballero Negro” Gondomar en el centro. https://es.wikipedia.org

Su forma de hacer diplomacia era tan eficaz que desató mucho odio. En Londres se imprimieron panfletos contra él, como el "Vox Populi", que lo retrataba como un demonio manipulador. El poeta Thomas Middleton lo convirtió en villano en "A Game at Chess", una sátira teatral en la que Gondomar aparecía como el siniestro "Caballero Negro". La obra, representada durante nueve días consecutivos ante audiencias entusiastas, tuvo tanto impacto que el propio Jacobo I la censuró tras las protestas diplomáticas del conde.

Pero la cima de su influencia llegó en 1618, cuando logró que el gobierno inglés ejecutase a Sir Walter Raleigh, el célebre corsario y símbolo del orgullo nacional, que había atacado territorios españoles en América. Gondomar lo denunció ante el rey con argumentos legales y diplomáticos y confirmó su reputación de temido estratega.

Walter Raleigh justo antes de ser decapitado. https://es.wikipedia.org

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Gondomar regresó a España en 1622, ya como un hombre influyente. Felipe IV lo mantuvo como consejero de Estado y le otorgó el título de Conde de Gondomar el 12 de junio de 1617. A pesar de sus años en el extranjero, nunca se desligó de su tierra y fue uno de los impulsores de que Galicia recuperara su voto en las Cortes, perdido durante siglos. Además, en su correspondencia privada, usaba el gallego sin complejos, representando una incalculable fuente para el estudio de la transición del gallego antiguo al gallego medio.

Su biblioteca personal, organizada en su casa de Valladolid, conocida Casa del Sol, llegó a ser la más importantes de España, contenía miles de volúmenes en varios idiomas y se cree que tuvo una de las primeras traducciones de Shakespeare al castellano. Se conserva íntegramente en la Real Biblioteca de Madrid desde 1785 junto a sus cartas en gallego, que demuestran que el poder cultural puede ser tan duradero como el poder militar.

Palacio del Conde de Gondomar o Casa del Sol, Valladolid. https://es.wikipedia.org

Palacio del Conde de Gondomar o Casa del Sol, Valladolid. https://es.wikipedia.org

Diego Sarmiento de Acuña murió el 2 de octubre de 1626 en Casalarreina, La Rioja, durante el viaje de regreso de su última misión diplomática en Bruselas. En Londres lo odiaban, en Madrid lo admiraban y en Galicia lo olvidaron, pero su legado sobrevivió, demostrando que la inteligencia podía ser más poderosa que las armas, que un “gallego” culto podía dominar la política internacional sin levantar la voz y que la diplomacia también puede escribirse con acento.

Conde de Gondomar. https://es.wikipedia.org

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Su método diplomático, basado en la amistad intelectual y el intercambio cultural, demostró ser más efectivo que las estrategias militares tradicionales, estableciendo un precedente de diplomacia cultural que todos han querido imitar. Hoy, una estatua en la plaza central de Gondomar recuerda su figura y algunos estudiosos lo siguen considerando una de las mentes políticas más influyentes del Siglo de Oro.

Estatua de Diego Sarmiento de Acuña en Gondomar. https://es.wikipedia.org

Estatua de Diego Sarmiento de Acuña en Gondomar. https://es.wikipedia.org

Lo llamaron el "Maquiavelo español", tal vez como insulto, pero quizá también como reconocimiento. Porque a veces, los más peligrosos no llevan espadas sino libros, demostrando que la conquista de las mentes puede ser igual de efectiva y mucho más duradera.

Conde de Gondomar. https://es.wikipedia.org

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Iván Fernández Amil

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Referencias:

es.wikipedia.org

elespanol.com

lavozdegalicia.es

historia-hispanica.rah.es

realbiblioteca.es

memoriamagica.com

farodevigo.es

museodelprado.es

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elplural.com

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