María Cardarelly. https://es.wikipedia.org

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Historias de la Historia

María Cardarelly, la mujer que abrió el primer estudio fotográfico de Galicia y retrató a Rosalía de Castro

La historia de la primera retratista de Santiago de Compostela, que la historia sumió en el olvido hasta hace tan solo unos años

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En 1839, Louis Daguerre presentó en París su nuevo invento: el daguerrotipo. Aquel aparato, una mezcla de química, vidrio y alquimia, era capaz de hacer lo que hasta entonces solo hacían los pintores: capturar las imágenes del mundo. Por primera vez, un rostro, una calle o un árbol podían congelarse en el tiempo. Así fue como nació la fotografía y, apenas unas semanas después, las primeras cámaras llegaron a España. En poco tiempo, las ciudades comenzaron a llenarse de retratistas ambulantes, estudios fotográficos y comerciantes de imágenes, pero en la Galicia del siglo XIX, todavía con los pies en la tierra y la cabeza entre emigraciones y caciques, no parecía haber mucho espacio para la experimentación artística y mucho menos si eras mujer. Por eso esta historia es tan extraordinaria, porque María Cardarelly abrió su propio estudio en Santiago de Compostela cuando ninguna otra mujer lo había hecho antes en Galicia y casi ninguna otra en España, porque fotografió a Rosalía de Castro cuando nadie más la retrató con esa mirada, y porque, como tantas otras pioneras, desapareció del relato oficial. Hasta hoy.

Louis-Jacques-Mandé Daguerre. https://es.wikipedia.org

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María Cecilia Cardarelly Bousquet nació en Zaragoza en 1845. Era hija de un matrimonio francés dedicado al oficio de la tintorería que se trasladaron a Galicia en algún momento de su infancia. A mediados del siglo XIX vivían en Santiago de Compostela, en la rúa do Hórreo, justo enfrente de la estación de ferrocarril, donde regentaban una tintorería. Pero María tenía otro plan.

Tintorería del siglo XIX. https://everestgrupo.com/

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En 1864, con apenas 19 años, María instaló su propio estudio fotográfico en ese mismo local familiar. Era una decisión audaz, ya que en aquel momento la fotografía era una técnica nueva, costosa, dominada por hombres y aún vista con desconfianza por muchos sectores sociales. Para una mujer joven, sin apellido ilustre y sin padrino artístico, abrir un estudio no era solo algo extraño, era revolucionario y, por supuesto, una insensatez.

Tan solo tres años estuvo abierto su pequeño estudio, pero durante ese tiempo, María consiguió algo extraordinario: retratar a Rosalía de Castro, pero nadie lo sabía, o nadie quiso creerlo. Dos imágenes de la escritora tomadas en su juventud, alrededor de 1865, fueron atribuidas durante mucho tiempo a autores desconocidos, todos hombres, hasta que, en 2013, el filólogo y experto en fotografía Pablo Sanmartín encontró una copia original con el sello: “Fotografía de Cardarelly. Santiago”. Ese sello lo cambiaba todo.

Sello del estudio de María. https://consellodacultura.gal/ Ilustración 1

Sello del estudio de María. https://consellodacultura.gal/ Ilustración 1

Las dos imágenes descubiertas muestran a Rosalía joven, de mirada firme y gesto algo melancólico. En una de ellas, aparece con la cabeza levemente girada, vestida de forma sobria y elegante, mientras la otra es más informal e íntima. Estas dos imágenes son esenciales para la iconografía gallega, no solo por el valor documental que tienen, sino por lo que implican: que la mujer más importante de las letras gallegas fue retratada por otra mujer que, como ella, vivía al margen de las normas establecidas.

Uno de los retratos de Rosalía hechos por María. https://es.wikipedia.org

Uno de los retratos de Rosalía hechos por María. https://es.wikipedia.org

La conexión entre ambas no era casual ya que, en una época en la que la fotografía se tomaba casi como un acto ceremonial, Rosalía y Cardarelly compartían un mismo espíritu de resistencia. Una desde la literatura, la otra desde la imagen.

Además de las fotos de Rosalía, se conserva un retrato de su hija Alejandra, también atribuido a María, por lo que todo indica que las dos familias mantenían algún tipo de relación, aunque no se sabe exactamente cuál fue. Sea como sea, algo sí está claro, una joven fotógrafa, en una ciudad aún tradicional y clerical, había conseguido retratar a la escritora más influyente del país. Y con ello, escribió sin querer una página única en la historia de Galicia.

Otro de los retratos de Rosalía hechos por María. https://es.wikipedia.org

Otro de los retratos de Rosalía hechos por María. https://es.wikipedia.org

El estudio de María cerró en 1866 sin saberse los motivos exactos. Es posible que la presión económica, las dificultades técnicas o la falta de apoyo institucional forzaran su decisión, o que que se tratara de una decisión familiar. Lo cierto es que, tras ese breve y brillante periodo como fotógrafa, María dejó el oficio y se trasladó a Ferrol junto a sus padres.

Posible retrato de Alexandra, hija de Rosalía hecho por María. https://maes.unizar.es

Posible retrato de Alexandra, hija de Rosalía hecho por María. https://maes.unizar.es

Allí continuaron con el negocio de tintorería. Su padre falleció poco después y María se casó con el pintor madrileño Juan Velasco, con quien tuvo una hija. Cuando enviudó, contrajo matrimonio de nuevo con un ingeniero militar, Antonio Pérez, que también moriría joven.

En Ferrol, María no abandonó del todo su vena artística, ya que no solo era una magnífica fotógrafa, sino también una excelente pianista, motivo por el cual ofrecía recitales en salones privados. Nunca volvió a ejercer profesionalmente como fotógrafa. Guardó su cámara para siempre y su legado se olvidó sin el reconocimiento que merecía.

Retrato de Teresa Lamas Rey hecho por María. https://maes.unizar.es

Retrato de Teresa Lamas Rey hecho por María. https://maes.unizar.es

Durante décadas, el nombre de Cardarelly era poco más que una nota a pie de página en la historia de la fotografía gallega. Nadie la mencionaba y sus retratos estaban atribuidos a otros autores o clasificados como “anónimos”. Hoy, sabemos que María fue una de las primeras mujeres en abrir un estudio fotográfico en España, que trabajó con placas de colodión húmedo, una técnica exigente que requería rapidez, precisión y conocimientos químicos, que captó con su cámara la mirada de Rosalía para conservarla para la posteridad, y que, a pesar de todas las barreras, dejó una huella imborrable en una disciplina que acababa de crearse.

Retrato de María Cardarelly hecho por Eliseo Segond en Santiago en 1867. https://consellodacultura.gal

Retrato de María Cardarelly hecho por Eliseo Segond en Santiago en 1867. https://consellodacultura.gal

Las fotografías de María Cardarelly son mucho más que simples documentos, son el testimonio de una manera de ver la vida. Porque en cada retrato, incluso en los más convencionales, hay una tensión entre el deseo de mostrar y el intento de preservar, como si cada pose, cada sombra y cada gesto estuviera cargado de sentido.

María Cardarelly murió en Madrid hacia 1920. Su tumba, como su memoria, quedó sin honores, pero su obra, esa que apenas se conserva en unas pocas imágenes, habla por ella. Porque cada vez que miramos el rostro de Rosalía, estamos viendo también a María, a través del cristal, justo detrás de su cámara.

Iván Fernández Amil. Historias de la Historia.

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Referencias:

es.wikipedia.org

elespanol.com

lavozdegalicia.es

elcorreogallego.es

farodevigo.es

historiadegalicia.gal

heraldo.es

laopinioncoruna.es

praza.gal

consellodacultura.gal

rosalia.gal

conchamayordomo.com

atlasdossonhos.blogspot.com

memoriadaimaxe.blogspot.com