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El emblemático libro gallego que fue prohibido por el régimen de Franco: está más vivo que nunca

Publicada en 1944 en Buenos Aires, "Sempre en Galiza" es la obra más significativa de Castelao y, también, una de las más perseguidas por el franquismo

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La represión franquista en Galicia durante la Guerra Civil y la posterior dictadura constituye uno de los capítulos más oscuros de nuestra historia. La región se convirtió en un escenario de violencia en el que cualquier forma de oposición política, sindical o cultural a favor de la República era castigada.

Miles de gallegos fueron detenidos, ejecutados o condenados al silencio mediante el miedo y la censura. Sin embargo, muchos se mantuvieron firmes en sus creencias y continuaron luchando, incluso desde el exilio, por la defensa de su idioma y cultura. Entre ellos destaca Castelao, junto a otros grandes nombres que mantuvieron viva la identidad y memoria de Galicia.

La obra de Castelao que no consiguieron borrar

Si hay alguien que luchó por la dignidad y la esperanza de Galicia, ese fue Alfonso Daniel Rodríguez Castelao, el gran símbolo del nacionalismo gallego. En plena Guerra Civil se vio obligado al exilio, pasando por Cataluña y Francia hasta llegar a Nueva York y asentarse finalmente en Buenos Aires en 1940, donde publicó "Sempre en Galiza" en 1944.

Sempre en Galiza es un ensayo dramático considerado la obra canónica del nacionalismo gallego. En él, Castelao denunció la represión franquista, la anulación del Estatuto de Autonomía de Galicia de 1936, que no llegó a ser aplicado debido al estallido de la Guerra Civil, el intento de borrar la identidad gallega y la prohibición del idioma.

"Se aínda somos diferentes e capaces de existir, non é máis que por obra e gracia do idioma", decía en sus páginas. Sin duda, este libro representa la visión más combativa de Castelao.

También expresó su deseo de regresar a una Galicia libre, afirmando que solo volvería cuando su patria fuese "liberada". Sin embargo, esa vuelta nunca llegó: Castelao falleció en 1950 en Buenos Aires, lejos de la tierra que tanto había defendido y por la que tanto había luchado. Sus restos regresaron a Galicia en 1984, 34 años después de su muerte.

Los restos de Castelao en la actualidad

Los restos de Castelao en la actualidad Compostela Verde

Durante el franquismo, Sempre en Galiza estuvo prohibido en España. Sus ejemplares llegaban a Galicia de forma clandestina y leerlo era un acto de resistencia. No fue hasta 1977, ya en democracia, cuando pudo publicarse legalmente.

Más que una obra literaria, Sempre en Galiza simboliza la resistencia de una identidad y una cultura que sobrevivió a años de censura y represión.

A día de hoy, y pese a ser una de las grandes víctimas del silencio y censura del franquismo, no hay ningún gallego que no conozca a Castelao, su obra y todos los años en los que luchó por conseguir la libertad de su tierra. Este 2025 ha sido el año de Alfonso Daniel Rodríguez Castelao en Galicia, coincidiendo con el 75 aniversario de su muerte.

La censura en Galicia y la herida que sigue presente

El régimen franquista impuso en Galicia -como en el resto del Estado- una auténtica represión cultural que buscaba la homogeneización lingüística y la eliminación de todo lo que se apartase de ello.

El gallego, símbolo de identidad y de resistencia, fue marginado de la vida pública. Su uso en la escuela, en la administración, en la prensa e incluso en los actos religiosos quedó totalmente prohibido. Hablar gallego en público era considerado un insulto hacia el régimen y un motivo de sanción, castigo y humillación.

Durante décadas, la lengua del pueblo gallego sobrevivió únicamente en el interior de las casas y en el rural. Muchos gallegos crecieron creyendo que su lengua materna era "inferior", debido a una educación impuesta en castellano y de una propaganda que asociaba el gallego con el "atraso rural".

Pese a que muchos hicieron cuanto pudieron porque no fuera así, el gallego sigue vivo y es el mayor símbolo de la identidad y cultura de Galicia.

Ya lo había dejado claro Castelao en Sempre en Galiza:

"Prohibistes o galego nas escolas para producir no espírito dos nosos rapaces un complexo de inferioridade, facéndolles crer que falar galego era falar mal e que falar castelán era falar ben. Expulsastes o galego das igrexas, facendo que os representantes de Cristo explicaran o Evanxeo no idioma oficial, que o pobo non falaba nin comprendía ben. Refugastes o galego ante os Tribunais de xustiza e chegastes a castelanizar barbaramente as toponimias galegas ¿E de que vos valeu? Porque despois de máis de catro séculos de política asimilista, exercida con toda riqueza de astucias e violencias, o noso idioma está vivo. Sodes, pois, uns imperialistas fracasados".