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Escapadas para el puente de Octubre por Galicia y alrededores

Todavía estás a tiempo de hacer la maleta y disfrutar de este primer puente de otoño con los planes que te proponemos por Galicia y alrededores
Sistelo
Emma Sexto
Sistelo
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Ya está aquí uno de los puentes más deseados del año, el Puente del Pilar, un pequeño inciso nada más iniciado el curso escolar y uno de los mejores momentos para vivir el recién inaugurado otoño. Cuatro días que, bien estirados, dan para mucho, ya sea en Galicia o en sus proximidades. Aquí van algunos planes para aprovecharlo al máximo.

Visitar la ciudad portuguesa de Oporto

Oporto (Fuente: Unplash)

Con su animada Ribeira y su icónico puente, Oporto se ha convertido en una ciudad de referencia para aquellos viajeros que buscan combinar lo tradicional con la modernidad. Eso lo hace muy bien Oporto, una pequeña urbe del norte de Portugal muy próxima a Galicia en la que conviven arquitectura típica portuguesa, mercados de siempre y pequeñas tiendas tradicionales con arte urbano, exposiciones de vanguardia y calles de moda como la Rua Miguel Bombarda. 

En unos días tendrás tiempo a visitar lo más característico de la ciudad, como el mercado do Bolhao, la estación de Sao Bento, la zona de Aliados, la Torre dos Clérigos o el Palacio de la Bolsa. Oporto también tiene un gran patrimonio religioso, en el que destaca su Sé o catedral, desde donde obtener buenas vistas al río Douro, además de las iglesias cubiertas de azulejos típicos del país luso, como la Capela das Almas en la animada Rua Santa Catarina o la Igreja de San Ildefonso, con su llamativa fachada barroca, junto a la Praça da Batalha.

Tranvías de Oporto (Fuente: Unplash)

No dudes en callejear y encontrarás rincones tan bonitos como la Rua das Flores, uno de los ejes comerciales de la ciudad, donde tomar un café a la portuguesa (pingado, cimbalino o con “meia de leite”) en alguna de sus cafeterías con gran encanto. Si prefieres un local más sofisticado, el famoso y concurrido Café Majestic puede ser tu opción. 

Al atardecer, cruza el Puente Don Luis I hasta Vilanova de Gaia para hacer el típico Crucero de los 6 puentes o visitar alguna de sus numerosas bodegas. La zona de Ribeira, junto al Douro, al anochecer es pura magia; aquí puedes aprovechar para cenar algún plato portugués (como sus sardinas a la parrilla) sin preocuparte de subir cuestas para volver al hotel, pues el Funicular dos Guindais permite salvar los grandes desniveles desde la Baixa sin tener que subir escaleras. 

Y no olvides buscar alguno de los muchos miradores al río. La belleza decadente y moderna a la vez de Oporto se admira mejor desde lo alto.

Dejarse caer por el Alto Minho portugués

Ponte da Barca (Fuente: Emma Sexto)

A un tiro de piedra de Galicia encontramos la comarca portuguesa del Alto Minho, una escapada económica que combina naturaleza con aldeas de arquitectura típica y tradición vinícola al ser zona de viñedos. Desde Galicia se accede fácilmente por Salvaterra de Miño, comunicada por un puente con la vecina Monçao, con la que forma una eurociudad. En Monçao destacan sus vinos con su Museo do Alvarinho, los restos de su antigua fortaleza y su Ecopista, por la que pasear a pie o en bicicleta por las orillas del río Miño. 

Desde allí podemos dirigirnos a Arcos de Valdevez y a Ponte da Barca, ambas localidades con gran encanto, sobre todo la segunda, que disponen de playas fluviales. En este punto es interesante desviarse a Sistelo, uno de los pueblos más atractivos del rural portugués, con sus cultivos en terrazas configurando una especial orografía. 

Sistelo (Fuente: Emma Sexto)

Continuando la ruta conviene hacer una incursión en el Parque Nacional da Peneda-Gerès, el único parque nacional portugués, una reserva montañosa repleta de vestigios arqueológicos donde caminar en busca de cascadas y toparse con los hórreos de Lindoso, otro magnífico conjunto etnográfico del país vecino. 

Cerrando esta ruta circular, dos localidades merecen la pena: Castro Laboreiro con los restos de su castillo medieval y cuna del turismo de aventura (barranquismo, escalada...) y Melgaço, una interesante aldea termal en la que sobresalen su castillo y su “igreja matriz”.

Escuchar la berrea del ciervo en Zamora

Berrea del ciervo (Fuente: Unplash)

Otra provincia colindante con Galicia es Zamora, donde visitar lugares como Puebla de Sanabria o el mismo Lago de Sanabria, el lago de origen glaciar más grande de España. En sus proximidades está la Sierra de la Culebra, un rico espacio natural conocido por su numerosa población de lobos, con vistas a las montañas y embalses cercanos. 

Rodeada de pintorescos pueblos de arquitectura tradicional como Villadeciervos, Riomanzanas o San Cruz de los Cuérragos, esta sierra se convierte cada otoño en uno de los mejores escenarios de la Península para vivir la berrea del ciervo. El mejor momento para disfrutar de la berrea es finales de verano y principios de otoño, pero durante el mes de octubre también es posible escuchar el característico y atronador sonido que emiten los ciervos macho para atraer a las hembras. 

La berrea puede completarse con una visita al Centro del Lobo Ibérico Félix Rodríguez de la Fuente, dedicado a la protección y divulgación del denostado lobo ibérico. 

Disfrutar del encanto de la Comarca Oscos-Eo en Asturias

As Veigas (Fuente: Emma Sexto)

Es la única Reserva de la Biosfera con costa y una de las siete que tiene Asturias, pionera del turismo rural y referente en artesanía en España. La Comarca Oscos-Eo se encuentra a dos pasos de la provincia de Lugo y cuenta con pueblos costeros de la Ría del Eo como Castropol o Figueras. 

Sin dejar de citar lugares de gran peso cultural y natural como San Martín y Villanueva de Oscos o San Tirso de Abres, casi en la frontera con Galicia, lo cierto es que la comarca destaca por dos zonas que se diferencian de otras por sus ingenios hidráulicos y su riqueza etnográfica: Mazonovo y Taramundi. 

En la primera, que pertenece a Santa Eulalia de Oscos, se encuentra el Conjunto Etnográfico de Mazonovo, que alberga el mayor número de molinos de agua de España. En la segunda, Taramundi, importante centro de turismo rural de Asturias, encontramos el Museo de los Molinos y la Ruta del Agua, que recorre varias aldeas tradicionales. La más destacable es Os Teixóis, un auténtico pueblo-museo en el que se trata de preservar las tradiciones y se ofrecen visitas guiadas para conocer el funcionamiento de molinos y batanes. Tampoco se queda atrás en belleza e interés cultural la aldea de As Veigas, un reducto de paz y autenticidad en medio del bosque asturiano, con sus pintorescas y bien restauradas casas de piedra. 

Saborear las tradiciones de El Bierzo en León

Plaza Mayor de Ponferrada (Fuente: Emma Sexto)

Otra zona hermana de Galicia es El Bierzo, tanto que en muchas de sus aldeas se habla más gallego que castellano. La comarca berciana es un territorio amplio, en el que varios días dan para aproximarse un poco a sus aldeas de montaña, sus villas ligadas al Camino de Santiago, sus grandes monumentos naturales y a su pequeña capital, Ponferrada. 

En Ponferrada deslumbra la portada de su Castillo de los Templarios, cuyo interior -y un paseo por sus murallas- ofrecen buenas vistas del casco histórico. En él hallamos un puñado de plazas con gran encanto y varios museos, como el Museo del Bierzo y el Museo de la Radio de Luis del Olmo, nacido en esta localidad. Otros museos que no hay que perderse son el dedicado al ferrocarril y la magnífica Fábrica de la Luz o Museo de la Energía, un centro donde se repasa la historia minera de la cuenca del Bierzo y todo lo relacionado con su historia

Como zona natural, Las Médulas se llevan todo el protagonismo. Para aproximarse a ellas nada mejor que hacer a pie alguna de las rutas propuestas por su Centro de Atención al Visitante, que también organiza visitas guiadas. Esta mina a cielo abierto es una de las más espectaculares que dejó el imperio romano a su paso por la antigua Hispania. 

 Las Médulas (Fuente: Unplash)

Por lo demás, El Bierzo da para mucho. El Bierzo Alto con pueblos mineros como Fabero y uno de los más bonitos de España, Colinas del Campo de Martín Moro Toledano que, al contario que su extenso topónimo, es pequeño, pero resultón. Villas como Bembibre, Villafranca del Bierzo, conocida como “la pequeña Compostela” o un recorrido por el imprescindible Valle del Silencio hasta el bellísimo y aislado Peñalba de Santiago con su iglesia mozárabe, completan un recorrido por El Bierzo más imprescindible, donde hay cabida para mucho más. 

Perderse en la aislada Comarca de Valdeorras en Ourense

 As Ermidas (Fuente: Turismo de Galicia)

Una de las zonas de Galicia más ajenas al turismo masivo es la Comarca de Valdeorras, un territorio ourensano visitado -y excavado- ya por los romanos que eran conscientes del gran potencial y riqueza de la zona. Valdeorras es tierra de viñedos y bodegas, no en vano tienen su propia denominación de origen: D.O. Valdeorras, por lo que es recomendable visitar alguna de sus mejores bodegas para conocer el proceso de elaboración del vino (Godeval, A Coroa, Quinta da Peza...) y, ¡cómo no!, hacer alguna cata. 

La gastronomía típica de esta comarca, con su famoso botelo a la cabeza, es otro destacado atractivo que te llevará hasta Valdeorras y te invitará a repetir. Localidades como A Rúa y aldeas como Santoalla, abandonada en la actualidad pero que funciona como punto de interés turístico, te descubrirán la peculiar arquitectura tradicional. 

Otro lugar de ineludible visita es As Ermidas, con su imponente santuario que parece suspendido en lo alto del valle. Está en O Bolo, donde destacan los restos de su castillo, destruido por las Revueltas Irmandiñas. 

Como espacio natural no hay que olvidarse de la Serra da Enciña da Lastra, uno de los seis parques naturales de Galicia, el tercero de la provincia ourensana y uno de los más singulares de la comunidad.

Aprovechar los últimos coletazos del “veroño” en las Rías Baixas

Cabo Home (Fuente: Shutterstock)

Es el momento perfecto para acercarse a las Rías Baixas. Conocido como destino veraniego, el otoño es una época ideal para perder de vista a las multitudes y disfrutar de sus playas sin gente, de sus pueblos más turísticos sin aglomeracionesO Grove, Combarro!- y de su gastronomía a base de pescados y mariscos sin tener que hacer reserva previa. 

Perderse por villas señoriales como Tui o Baiona, subir a miradores con historia como el Castro de Santa Trega o hacer alguna ruta por sus espacios naturales (O Carreirón, el Monte Aloia, los Muiños do Folón e do Picón, Cabo Home...) son algunos de los muchos planes que se pueden hacer en un otoño especial por las Rías Baixas. 

Emma Sexto

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