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Cuatro historias de emprendedoras gallegas que han hecho realidad su idea y viven de su negocio

Noemí Bellas, Paulah Lovelle, Cristina Velasco y Lucía Rodriguez nos cuentan su experiencia de emprender un negocio siendo mujer
Noemí, Cristina, Paulah y Lucia, mujeres emprendedoras
Noemí, Cristina, Paulah y Lucia, mujeres emprendedoras
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Iniciar un negocio no es tarea sencilla. El emprendimiento es un trabajo muy duro al que hay que dedicarle muchos esfuerzos y sacrificios si uno quiere lograr el éxito. Es como subir una montaña: hay que esforzarse para alcanzar la cima. Convertir una idea en un negocio rentable se complica todavía más si quien está detrás es una mujer. Y es que si a la palabra "emprendimiento" le situamos detrás el término "femenino", la montaña de vuelve cada vez más difícil de escalar.

Con motivo de la celebración de este 8M, Día Internacional de la Mujer, hemos querido hablar con algunas mujeres gallegas que se esfuerzan día a día por alcanzar la cima de una montaña que, pese a los contratiempos, no están dispuestas a abandonar.

Hablamos con cuatro jóvenes emprendedoras de Galicia que, con mucho esfuerzo y trabajo, han hecho realidad su idea y han conseguido vivir de su pequeño negocio. Ellas son Lucía, Noemí, Paula y Cristina. Detrás de estos tres nombres se encuentra tres ejemplos de emprendimiento femenino.

Lucía Rodríguez: "Es muy difícil poder conciliar"

Haces cuatro años y medio, la vida de Lucía era muy diferente. Esta joven coruñesa trabajaba entonces como técnica de rayos en un hospital de A Coruña, una profesión para la que se había formado años atrás. Aburrida y sin motivación ya en su trabajo, decidió dejarlo todo por el pilates. Hoy, Lucía tiene su propio estudio de pilatesMob Club, en el municipio coruñés de Sada (Plaza de la Iglesia Nueva), en el que ya trabajan cinco personas. "En un años hemos crecido muchísimo", comenta esta emprendedora, quien de hecho busca incorporar a un nuevo miembro a su equipo.

Lucía, madre una niña de dos años, se siente más motivada que nunca en seguir haciendo crecer su negocio, aunque reconoce la dificultades que entraña compatibilizar el día a día de un negocio con la vida familiar. "Es muy difícil la conciliación. Yo llevo toda la parte administrativa del negocio y es mucho trabajo", afirma esta mujer, a la que se le complica más la conciliación al no tener familia en Galicia. "Yo soy autónoma y mi marido trabajo viajando, así que a veces tengo que adaptar y cancelar mi agenda cuando, por ejemplo, mi hija se pone enferma", indica.

Pese a la dificultades que entraña el emprendimiento, Lucía se siente muy orgullosa de todo lo logrado en este último año, en el que su negocio ha crecido de manera exponencial. "Nunca me imaginé llegar a tener esta repercusión", asegura.

Noemí Bellas: "Es muy importante que tu idea te enamore"

Desde pequeña, Noemí Bellas siempre tuvo inquietud por desarrollar ideas. Cuando tenía 9 años, junto a su vecina, montó un periódico que vendían en el barrio. Ya en la adolescencia, esta coruñesa tenía las agendas plagadas de ideas empresariales, logos… "Quiero pensar que la actitud emprendedora venía un poco de serie y ya desde muy joven tuve la idea de montar mi propia empresa", asegura. Bellas puso en marcha Líbolis con todas las ganas y poca experiencia que una chica de 24 años puede tener. Líbolis es una agencia de branding especializada en el público familiar e infantil.

Noemí no tardó en darse cuenta de que el mundo empresarial es un mundo mayoritariamente gestionado por hombres y por mayores de 40. "Creo que tuve más problemas por ser joven que por ser mujer y esto va ligado a la baja tasa de espíritu emprendedor que cultivamos en nuestro país. Debemos educar desde la Infancia que ser empresaria o empresario es una opción más entre todos los caminos que uno puede escoger", afirma.

Desde su experiencia, esta joven da este consejo a todas aquellas mujeres que estén pensando en emprender: "Lo primero de todo le preguntaría si tiene la formación suficiente, la idea analizada, la estrategia establecida y mucha mucha paciencia. Porque sin duda alguna es un camino apasionante pero que requiere de mucho esfuerzo, talante y muchas horas de dedicación. Creo que es muy importante que tu idea te enamore porque cuando toquen los momentos difíciles será de mucha ayuda para no tirar la toalla".

Paulah Lovelle: "Si te gusta lo que haces, vas a llegar hasta el final"

Paulah Lovelle, una viguesa afincada desde hace 14 años en A Coruña,  ha conseguido llevar sus diseños y su pasión por el cine a todos los rincones del mundo. A través de La Barbuda, su negocio, esta joven rinde homenaje a las películas y referentes de su infancia en forma de camisetas, pines y parches. "Yo nunca había pensado en emprender", confiesa esta joven emprendedora, quien llegó a rechazar una oferta de una multinacional para poder dar forma a su idea de negocio.

Pese a que nunca llegó a pensar en emprender, reconoce que "lo que mejor se me da es crear". De ahí su éxito. "Es mi punto fuerte", dice Paulah, quien valora (y mucho) la libertad con la que puede trabajar. "Emprender es una balanza, es encontrar el equilibrio, entre el acelerador y el freno", explica esta joven, quien dijo no a un prometedor trabajo cuando con su negocio solo estaba ganado 600 euros al trimestre. "Yo quería ver hasta dónde llegaba mi idea y aposte por ello", señala Lovelle, quien a día de hoy vive de su marca, La Barbuda, que triunfa en todo el mundo. ¿Un consejo? "Encontrar la energía y el deseo que te lleve a hacer lo que más quieras. Si te gusta lo que haces, vas a llegar hasta el final".

Cristina Velasco: "Uno de los problemas es en el momento del embarazo"

Cristina era abogada y su hermana Bea, arquitecta. Esta última creó un blog en 2012 donde enseñaba las figuras que creaba aplicando el arte del Origami/papiroflexia y terminó dando forma a Anaquiños de Papel. "Todo empezó como un hobby, yo me uní a ella en ese arte que además de permitirte crear unas piezas preciosas es como yoga para la mente. Poco a poco y sin buscarlo empezaron a llegar encargos de amigos familiares, pero también de otros clientes y empresas, ahí fue cuando decidimos arriesgar y emprender. Nuestro hobby se convirtió en nuestra pasión y en nuestro medio de vida", explica Cristina, quien se ha topado con uno de los problemas del emprendimiento al quedarse embarazado.

"El que he encontrado en estos momentos de mi vida es el momento embarazo y trabajo como autónoma, es cierto que no estás enferma pero no estás al 100%. Muchas veces no te encuentras bien para trabajar, tienes que reducir el ritmo o rechazar trabajos y adaptarte a la nueva situación vital que estás viviendo, pero al mismo tiempo te ves obligada a trabajar por tener que pagar una cuota de autónomos muy elevada. Y como mucho te pueden dar una baja laboral que implica pagar la cuota y tener una baja que supone una reducción de ingresos enorme que no da para nada. Es difícil y es una situación que un hombre autónomo no tiene que vivir aunque vaya a ser padre", asegura esta emprendedora.

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