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La Gata, el local que cubre sus paredes de letreros (y recuerdos) de A Coruña

Este bar de la plaza de Azcárraga cuenta desde esta semana con el cartel de Elvira y ya poseía otros tan icónicos como el de O Portiño o el Caimán
María Cabezas, de La Gata.
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María Cabezas, de La Gata.
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Hace un año cerraba sus puertas Elvira, una de estas mercerías consideradas instituciones en A Coruña. Su histórico letrero luminoso desapareció de las calles de A Coruña, pero ahora ha vuelto a iluminar un pequeño bar situado en la plaza de Azcárraga.

Se trata de La Gata, regentado por María Cabezas, que este miércoles pasado colgó el letrero. No es el primer que tiene de desaparecidos negocios de A Coruña, "ni será el último", afirma. Este local de la Ciudad Vieja se ha especializado en remover la nostalgia de muchos coruñeses que lo transitan. Sus paredes están llenas de letreros de antiguos bares o comercios.

"Todo empezó por casualidad. Mi amigo Rodrigo, que tiene síndrome de Diógenes -bromea-, me regaló el letrero de la peluquería Encarny. Resulta que lo tenía en casa porque era de la madre de su novia. De hecho, la mismísima Encarny llegó a venir y vio el cartel colgado. Se puso a llorar. Fue increíble", comenta María.

Ampliando la colección

Poco a poco, fueron cubriéndose las paredes de La Gata. Además de carteles como el de Encarny, también se hacen exposiciones temporales de artistas locales. El siguiente letrero "koruño" fue el del Caimán. El antiguo local de copas de la Ciudad Vieja cerró hace unos años tras una última época rodeada de protestas vecinales.

Este after se encuentra cerca de la casa de María, que al ver que unos obreros retiraba el rótulo no pudo resistirse a pedírselo. "Llevaba cerrado casi dos años y vi que lo estaban reformando. Le pregunté a los obreros y me dijeron que el dueño estaba dentro. Se lo pedí casi de rodillas y al final me dijo que podía llevármelo", comenta.

Del Caimán saltamos a la otra punta de la ciudad, al Portiño. En este caso, María Cabezas no fue capaz de llevarse el enorme rótulo que había encima del bar O Portiño, cerrado hace un año y transformado por Estrella Galicia en La Tita Rivera. "Era enorme, así que le pedí a Concha si podía cortar el logo de uno de sus toldos y me dejó", comenta. Lo enmarcó y ahora está en una de las paredes de La Gata.

De O Portiño a Metro

Tras O Portiño y el Caimán, un cliente amigo de María le confesó que en su casa tenía un cartel que encajaba a la perfección con La Gata. Se trata del letrero del Metro, un antiguo pub muy próximo a Juan Flórez. "Lo tengo en usufructo. Mi amigo decidió cedérmelo porque tenía que estar aquí. Queda perfecto", comenta María. ¿Echa alguno en falta? "Me hubiera gustado tener el del Class, el after de Santa Cristina, que estaba en Bastiagueiro"

Pero no todo van a ser antiguos locales nocturnos. En febrero del 2020, antes de que estallase la pandemia, Quincemil publicó que Elvira cerraba sus puertas para siempre. Fue gracias a dicha publicación por lo que María se enteró. "Me puse un chándal y fui corriendo a pedirles el letrero. Me vieron tan entusiasmada que me lo dieron. Después resultó que mucha más gente se lo había pedido", comenta.

Esta lista de letreros cuenta con un 'bonus track', pues esta semana la antigua socia de María le entregó un pequeño cartel del Mono Paco, su primer bar. Este preside ya la estantería tras la barra. "Todavía queda hueco para más. Me estoy picando con mis amigos del Siglo, que también tienen mogollón de carteles", bromea. Todo un ejemplo de nostalgia coruñesa el que se puede encontrar en La Gata.

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