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¿Hay historias de fantasmas en los pazos gallegos? Manuel Gago lo explica en su último libro

El periodista y profesor de la USC Manuel Gago reflexiona sobre las historias de fantasmas: Galicia tiene a la Santa Compaña o el día de difuntos, pero ningún fantasma rico o burgués. ¿Qué nos cuentan los fantasmas de nosotros mismos?
El autor de "O sangue das pantasmas", Manuel Gago.
Quincemil
El autor de "O sangue das pantasmas", Manuel Gago.
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La Santa Compaña, la del día de difuntos, las apariciones de marineros... Galicia cuenta con una amplia variedad de historias de fantasmas y muertos que vuelven a la vida. Pero si intentamos recordar alguna que tenga como escenario un pazo o una mansión, lo más probable es que no nos venga ninguna a la mente.

Precisamente de esta premisa parte "O sangue das pantasmas", el último libro de Manuel Gago, periodista y profesor de la Universidade de Santiago de Compostela (USC), que ahonda en los fantasmas no como un fenómeno paranormal, sino sociológico: ¿Qué nos cuentan los fantasmas de nosotros mismos?

"Los que recopilaron esas historias y construyeron la idea de la Galicia en los siglos XVIII y XIX vivían en los pazos: así somos como sociedad, los que nos describieron y construyeron nuestra identidad se excluyeron de esa identidad o, más bien, se escondieron", explica Gago en una entrevista concedida a Quincemil.

La idea para "O sangue das pantasmas", sin embargo, nació lejos de Galicia. Concretamente, en un castillo escocés reconvertido en hotel que, por supuesto, había heredado una serie de fantasmas. Fue entonces cuándo se preguntó cómo era posible que Galicia, repleta de pazos, no tuviese historias de ese tipo.

"Los pazos gallegos son pequeños depósitos de soberanía, lugares aislados que justificaban la tierra y el poder, por lo que tenían que estar presentes los mismos tipos de estrés y de conflictos familiares que en los castillos escoceses", prosigue.

Y así es: en cuanto empezó a indagar, las historias de fantasmas aparecieron en todos los pazos y mansiones que todavía siguen en manos de los descendientes de sus antiguos propietarios. Lamentablemente, muchas de esas historias se han perdido para siempre.

Generalmente, los fantasmas que aparecen suelen encontrarse unas cuatro generaciones atrás: demasiado lejos para haberlos conocido, pero suficientemente cerca para que aparezca en alguna fotografía. "Es que en nuestra casa hay muchas fotos", decía a Gago a uno de los propietarios.

Estas apariciones suelen expresar tensiones que tienen que ver con las herencias -un tema complicado al recibirla tan solo el hijo mayor-, las muertes o incluso los asesinatos.

Así, en la torre del homenaje de un pazo -anónimo, en este caso- de la comarca de Santiago en el que se vivieron varios episodios de la Guerra de la Independencia aparece puntualmente cada 14 de julio un grupo de soldados franceses -supuestamente enterrados allí- que cantan a coro "La Marsellesa".

Santiago

Aunque esta obra de Gago reflexiona inicialmente sobre el contexto general de este fenómeno en Galicia, en "O sangue das pantasmas" el protagonismo recae sobre las apariciones vinculadas a la capital gallega.

Así, el autor habla sobre la colección de fantasmas en la Casa de Calderón, en Rúa Nova 32, un edificio que sigue en manos de la misma línea familiar desde el siglo XVIII. En ella, un fantasma se manifestaba ante los técnicos de Localia TV cuando su sede estaba allí, mientras que una mujer se aparecía a los pies de las camas de las visitas.

Gago también recoge un caso de 1848 documentado por la prensa de la época: un rico propietario recientemente fallecido había aparecido en la capilla de San Caetano y no paraba de gritar y lamentarse, lo que llevó a los vecinos a llamar a la Policía, que intentó -aparentemente sin éxito- detener al fantasma.

Otras historias evidencian el de los fantasmas como un fenómeno importado: en los años 70, cuando películas como "Carrie" o "El exorcista" aterraban al mundo con historias de niños endemoniados, se extendió la historia de la aparición en la biblioteca de la Facultad de Historia del cuerpo acurrucado de, supuestamente, el hijo desaparecido de unos bedeles que habían vivido allí en el siglo XIX.

Estos fantasmas siempre tienen un factor común: "no viven una historia dentro del lugar en el que aparecen, sino que están atrapados en él y cuentan una historia".

"Les pasa un poco como a Santiago, una ciudad atrapada en el tiempo y en la propia historia que cuenta de sí misma: parece que lo ocurrió después del siglo XX no existe, es una ciudad con historia pero sin memoria", relata Gago.

El proyecto

"O Sangue das pantasmas", editado por la Libraría Couceiro como regalo para sus clientes, también inaugura la colección de libros del Festival Atlántica de Narración Oral.

No se trata de un libro al uso, sino que es tan solo la primera plasmación, la "versión 1.0" del proyecto de Gago para ahondar en el fenómeno de la construcción de la identidad a través de los relatos de fantasmas.

"Este primer libro me vale para ir recabando más documentación y para ensayar la forma en qué quería contarlo, con una mezcla entre reportaje, crónica y ficción, por lo que es un proyecto bastante experimental", detalla.

Así, la idea es que en un futuro este primer libro centrado en Santiago sea tan solo la primera parte de un proyecto que se extienda al ámbito gallego y "no necesariamente en papel".

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