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Francisco Jurado, arquitecto de la Medusa de A Coruña: "No se pensó para desmontar"

El responsable del diseño de esta estructura que tras 15 años será trasladada a una nueva ubicación asegura que le parece buena idea que pueda servir para cualquier otro tipo de uso
La Medusa de A Coruña.
Oficina de Arquitectura Francisco Jurado
La Medusa de A Coruña.
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La Medusa de A Coruña desaparecerá de A Coruña tras 15 años formando parte del skyline de la ciudad. El Consejo de Administración de la Autoridad Portuaria aprobó el martes pasado el fin de la concesión a Naturgy para la descarga de carbón en el Muelle del Centenario, por lo que la función de esta estructura en su actual emplazamiento ha llegado a su fin.

La Autoridad Portuaria constató que la Medusa no es operativa para otro uso portuario distinto al que tenía, por lo que los ciudadanos, instituciones y partidos políticos han comenzado a hacer sus propuestas sobre la utilidad que podría tener en el futuro, así como su posible nueva ubicación. La creación de un museo de actividades pesqueras, industriales y comerciales portuarias o de un espacio de uso público multidisciplinar son algunas de las propuestas, pero nada está cerrado por ahora.

Una imagen de la Medusa cedida por la Oficina de Arquitectura Francisco Jurado.

El estudio del arquitecto Francisco Jurado Jiménez fue el responsable del diseño de la popular estructura, que se ha convertido en una de las más reconocibles de la ciudad de A Coruña. El también profesor de Estructuras de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid colaboró con Ramón Corrochano en este proyecto y aporta algunos datos, como que no fue concebida para ser desmontada.

El planteamiento de la medusa

Jurado Jiménez explica que a él lo contactó una empresa constructora que quería ofertar la obra y que, previo a su diseño, había solo uno del arquitecto César Portela que se llamaba Medusa. "Con eso comenzamos a trabajar. Dije que lo mejor era un casquete esférico rebajado y la cuestión de hacerla atornillada surge porque iba a estar en el mar, para que se pudiera galvanizar; hacer una estructura como si fueran tuberías toda hueca para poderla meter en un baño de galvanización. E iba atornillada, lo que significa que el dibujo tenía una precisión muy alta para que coincidiesen los tornillos", indica el arquitecto.

Detalle de los tubos de la Medusa (Oficina de Arquitectura Francisco Jurado).

La Medusa supuso una "aventura técnica" para el arquitecto, que indica que la obra está colocada sobre 16 patas que bajan al mar. "No es que se pensara para desmontar, es que como había que galvanizar la estructura para protegerla porque está en el mar, decidimos hacerla piping, como si fuesen tuberías. Y sí que se puede desmontar, claro, y se puede aprovechar, pero no los tubos amarillos porque es un sistema de meridianos y paralelos", explica el profesor, que indica que el azul de la Medusa está pensado para que se vea menos en el puerto.

Detalle del plano de la Medusa (Oficina de Arquitectura Francisco Jurado).

"El encargo no era hacer una estructura que se pudiese desmontar", indica Jurado. Así, los impulsores del proyecto le propusieron crear una estructura con coste inferior al planteado inicialmente, con menos kilos de hierro. "Tiene poco peso para la luz que cubre, son 8.500 metros diáfanos, tiene muy poco coste de estructura metálica por metro cuadrado, muy poco ratio", concreta el arquitecto. Así, toda la estructura que emerge sobre el nivel del mar es aprovechable. "Hay que hacer una base, idéntica o parecida, que se adapte a eso", concreta Jurado Jiménez, que añade: "Me parece bien que una estructura de este calibre, que está perfectamente, que ha soportado todo tipo de inclemencias, pueda servir para cualquier otro tipo de uso".

El proyecto está firmado tanto por Francisco Jurado Jiménez como por Ramón Corrochano. El primero, sin embargo, asegura que la mayor parte del trabajo fue efectuada desde su oficina de arquitectura. "Firmamos el contrato al 50% en el Colegio de Arquitectos pero ellos ni hicieron el diseño ni calcularon la estructura", defiende Jurado. Durante el proceso de diseño, según ha podido saber Quincemil, hubo varios problemas que llevaron a que el reto de levantar esta estructura fuese al final "agridulce".

El profesor indica, además, que desde A Coruña se sugirió cambiar la forma de la Medusa por tener "forma de tetilla", pero finalmente se mantuvo por su funcionalidad: el polvo de carbón es explosivo, por lo que era preciso dejar una apertura en la parte superior para que ventilase, y este hueco se levantó un poco para evitar la entrada de agua. La medusa, por último, pudo haber contado con un anillo de luz justo donde la estructura cambia de recta a inclinada, en la parte superior, pero finalmente se decidió prescindir de este elemento, según Jurado.

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