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El restaurador de la rejería de la Catedral de Santiago recibe el Premio Driehaus

El herrero forjador compostelano Santiago Martínez Otero, responsable de la restauración de la rejería de la Catedral de Santiago, ha recibido el Premio R.H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2021 en la categoría de trabajados del metal y el vidrio.
Santiago Martínez Otero, 'Chago'.
Premios Driehaus
Santiago Martínez Otero, 'Chago'.
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El herrero forjador compostelano Santiago Martínez Otero 'Chago', responsable de la restauración de la rejería de la Catedral de Santiago, ha recibido el prestigioso Premio R.H. Driehaus de las Artes de la Construcción 2021 en la categoría de trabajados del metal y el vidrio.

"El objetivo de estos premios es el de promover aquellos oficios tradicionales de la construcción que utilizan técnicas respetuosas con el medio ambiente, fomentan la economía local y posibilitan la conservación de monumentos y conjuntos históricos", explican desde la organización.

El centro de un balaustre (Premios Driehaus).

Los premios se dividen en cuatro categorías y cada uno de los vencedores recibe 10.000 euros. En paralelo, uno de los cuatro es seleccionado para recibir un apoyo adicional de 14.000 euros para formar a un aprendiz durante un año y otros 12.000 para ayudar a dicho aprendiz durante esta etapa. El elegido este año ha sido Santiago Martínez Otero.

El jurado ha destacado el trabajo a lo largo de su carrera con elementos de monumentos como la Catedral de Santiago, la Catedral de Tui, el monasterio de San Martiño Pinario, el Hostal dos Reis Católicos, el Pazo de Xelmírez o el Pazo de Raxoi, así como su labor de difusión de las técnicas del oficio.

Santiago Martínez Otero

Santiago Martínez Otero, 'Chago', realzando un trabajo (Forxa Chago).

Este herrero forjador, natural de Santiago y más conocido como 'Chago', se enamoró desde joven de este oficio y se formó en la Escola de Artes e Oficios de la capital gallega, donde tuvo como maestro a Antonio Campos.

"En mi caso nunca hubo un herrero en la familia, había ebanistas y canteros, pero me entró ese óxido en las venas desde pequeño, cuando veía el taller de un herrero de camino a la escuela del Castiñeiriño", detalla Martínez Otero.

Un capitel de la Catedral de Santiago (Premios Driehaus).

Durante su formación, Chago se dedicó a indagar en trabajos antiguos, desmenuzando cada pieza que llegaba a sus manos para saber qué había detrás de su calidad y su resistencia al paso del tiempo.

"Llegué a la conclusión de que si algo llevaba 100, 200 o 300 años y se mantenía era porque estaba hecho con la técnica apropiada, así que me dediqué a ir por toda Galicia y Asturias hablando con los abueletes, aprendiendo un poco de cada uno y haciendo pruebas en el taller", prosigue.

Trabajo con un yunque (Premios Driehaus).

En este sentido, el propietario de Forxa Chago defiende la libertad que da "no depender de una máquina eléctrica" y defiende a ultranza la restauración, toda vez que "no hay por qué tirar un elemento que lleva 200 o 300 años ahí, se puede volver a forjar".

"Con un yunque, una fragua, un martillo y un cincel se levantaron catedrales: por mucha tecnología que meta, la calidad es calidad y nada la va a igualar", añade.

Una reja de la Catedral de Santiago (Premios Driehaus).

Desde su punto de vista, la principal amenaza para estos oficios tradicionales reside en los procesos de licitación de obras de restauración en subasta, ya que "premian lo económico y a veces llegan empresas que tienen poca o ninguna idea y te dejan fuera de la obra".

"Los jóvenes ven que, por culpa de ese sistema, no se van a poder ganar la vida haciendo bien los trabajos, por lo que no quieren aprender a hacerlo y así es como el oficio se va perdiendo", lamenta.

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