Be Bellón: La coruñesa que te enseña a tejer diferentes productos con rafia de Madagascar
La rafia natural es una fibra obtenida de unas palmeras de Madagascar con la que la coruñesa María García García teje cestos, bolsos o posavasos, entre otros objetos. Esta emprendedora descubrió el material hace tiempo y pensó que sería una buena idea enseñarle a la gente como trabajarlo, por lo que creó Be Bellón, firma a través de la que comercializa varios kit para que los ciudadanos puedan aprender mediante diferentes técnicas.
García es una parte fundamental de este proyecto que lleva adelante con su marido Alberto, más centrado en la parte técnica. "A mí siempre me ha gustado tejer, desde que soy pequeña. A lo largo de los años, lo fui cogiendo y dejando. Hace unos dos años, me empecé a interesar por fibras naturales, pero no como la lana, sino otro tipo de fibras más rústicas", explica esta emprendedora que aclara que no vende la pieza ya hecha.
Su bisabuelo era cesteiro. García nunca lo conoció, pero quiso rendir homenaje a sus raíces a través del nombre de la marca: Bellón era el apellido de este artesano y Be hace referencia al verbo "ser" en inglés. "Era especial traerlo. No pude heredar sus apellidos y me daba pena perderlos", comenta la coruñesa. Toda una declaración de intenciones con la que esta emprendedora anima a ser como Bellón, un artesano, y volver al trabajo manual para valorar más los objetos que usamos en el día a día.
Valorar lo que se tiene
García comenzó a hacer sus propias piezas con rafia natural y a mostrarlas a través de Instagram "sin grandes pretensiones". Sus seguidores, sin embargo, comenzaron a interesarse cada vez más por este tipo de productos y la forma que encontró esta coruñesa de darle forma a su proyecto fue a través de los kit. El público que había conseguido, unido al tiempo libre que algunos ciudadanos tienen debido a las restricciones por coronavirus, favoreció su venta tras el lanzamiento.
La fundadora de Be Bellón no se considera una artesana e indica que debido al trabajo que implica la elaboración de cada pieza, el precio de venta debería ser elevado: dependiendo de la creación, le puede llevar unos 15 días hacer una "si le dedico todos los días un ratito". La principal motivación de García con su iniciativa es que la gente lo disfrute y descubra la satisfacción de haber creado algo con sus propias manos. "Ocurre además otra cosa: la curva de aprendizaje. Cuando empiezas a hacer algo de lo que no tienes ni idea y a dar tus primeras puntadas y sale algo, eso te crea muchísima emoción", indica la coruñesa. El proceso es largo, pero el viaje es gratificante y el resultado, muy bello.
La sostenibilidad es uno de los aspectos clave para esta firma que utiliza embalajes ecológicos y huye del plástico. La visión de García es totalmente diferente a la basada en el consumismo y busca que los usuarios se percaten del trabajo que conlleva la elaboración de un producto que, en muchas ocasiones, apenas se usa y se tira con facilidad para sustituirlo por otro de bajo precio. "No queremos dar ninguna lección, pero sí contribuir a que la gente sepa que las cosas cuesta hacerlas. Vas a disfrutar y valorarlo muchísimo más si tú te lo has hecho", explica la coruñesa.
Hay más beneficios colaterales: el recuerdo de la naturaleza, aprender que las cosas tienen un trabajo detrás, tratar bien los objetos de uso diario... "La fibra tiene olores, te transporta. Muchos clientes me lo dicen: que te transporta al mundo de la artesanía", ejemplifica García.
¿Qué es la rafia?
"La mayor parte de las fibras para cestería son fibras duras, hay que mojarlas y no se pueden trabajar con ganchillo o lo que es en el mundo de la manualidad del tejer", explica la coruñesa. García experimentó con el cáñamo y el lino más rústico antes de encontrar la rafia, un material "súper desconocido" poco utilizado en España y que se podía incorporar para tejer.
La rafia proviene de un tipo de palmera que crece en zonas tropicales, principalmente en Madagascar. La hojas de la palmera son recogidas cuando son "muy jóvenes" y divididas de forma manual antes de dejarlas secar al sol. "Es una fibra increíble, súper resistente pero a la vez flexible, maleable, se le puede dar formas. Es resistente al agua, por lo que para hacer gorros o bolsos está genial porque no se van a dañar. Es la única fibra con aspecto de paja que se puede tejer porque no se va a desintegrar", explica García. La resistencia se la debe a una especie de cera natural que la recubre y protege y que le da a las piezas terminadas "un brillo especial" que las hace más bonitas.
Tres kit
Be Bellón tiene tres kit disponibles que incluyen tanto la rafia como las herramientas necesarias para tejer, aunque en el último pack y en los que están pendientes de salir la adquisición de las herramientas es opcional por si se trata de clientes que ya han trabajado este material con la coruñesa. Incluyen un vídeo tutorial de unos 20 o 30 minutos al que se accede a través de un código QR y una guía en PDF que sirve como apoyo.
Los clientes pueden empezar a tejer nada más recibir el kit. El de ganchillo sirve para coger práctica, aprender la técnica y "hacerse con la fibra", porque es diferente a otras al tratarse de hebras sueltas y diferentes entre sí que hay que ir empatando. La técnica coil es más sencilla y guía al usuario en la elaboración de una cestita decorada con hilos de colores, mientras que en la de trenzado se realiza una cesta diferente.
El nivel intermedio está a punto de llegar para que los clientes puedan hacer una cesta más seria con el de coil, un bolso o un set de posavasos con manteles individuales. Precisamente, los bolsos con mayor dificultad y los gorros son dos de los objetos más demandados y se pueden obtener con una técnica más perfeccionada. La coruñesa envía los kit a todo España e incluso a otros países como Alemana, Francia y Canadá. Los vídeos tutoriales están en castellano, por lo que suelen adquirirlo personas que hablan este idioma o pueden llegar a entenderlo con cierta facilidad, ya que es un soporte muy visual.
García se comunica de forma habitual con sus clientes para conocer sus progresos y ayudarles con las dudas, además de proporcionar cursos gratuitos para aquellas personas que hayan adquirido un kit. Son clases individuales para las que es necesario realizar una inscripción y a través de las que conoce mejor qué les resulta más fácil o difícil a las usuarias, si están contentas con el kit o cuáles son sus impresiones sobre la rafia.
