7 noviembre, 2021 02:32

"Por debajo de los 40 grados de latitud sur, no hay ley. Por debajo de los 50, no hay Dios. Por debajo de los 60, el agua la agita el diablo"

Dicho popular marinero

El lujoso crucero Commandant Charcot navega en estos momentos por primera vez por debajo del paralelo 60 sur, lo que trae a mi memoria este antiguo dicho marinero bien conocido por quienes alguna vez nos hemos adentrado por esas aguas, esos vientos y esos hielos. Los escenarios blancos de exploraciones míticas de hace un siglo son ahora el nuevo destino codiciado por esos viajeros de lujo que desean tanto vivir aventuras en los confines de la Tierra como disfrutar de las comodidades, indudablemente más divinas que infernales, de sus casas de la parisina Avenida Foch.

Ahora pueden disponer de los lujos cotidianos a los que están acostumbrados allí donde encalló el Endurance en 1915. Tal vez los vientos sean los mismos, pero el Charcot se parece al mítico barco de Shackleton tanto como el troncomóvil de los Picapiedra al Tesla. Prodigio de la técnica, ofrece un nivel de lujo, confort, seguridad y sostenibilidad sin precedentes en la historia para un crucero capaz de navegar por el hielo. Su elegante casco azul con la proa redondeada como el pico de un pato es capaz de romper bloques helados de hasta 15 metros de altura.

Es el primer buque de la historia que se desplaza movido por energía eléctrica por ese hábitat de pingüinos emperador, ballenas y orcas. Y puede hacerlo casi en completo silencio, sin molestar ni a los vientos que rugen, aúllan y braman.  

El crucero 'Commandant Charcot' navegando a través del hielo.

El crucero 'Commandant Charcot' navegando a través del hielo. Studio Ponant-Nath Michel

Mientras pienso en esos vientos que arremeten y en esas elegantes mansiones parisinas que fascinan, y en los lazos que ahora unen a unos y a otras, repaso el itinerario del Commandant Charcot. El pasado 1 de noviembre partió de Punta Arenas (Chile), la capital magallánica, con unos 200 pasajeros a bordo. Regresará a Ushuaia (Argentina) el próximo 15 de noviembre. Durante este viaje inaugural, permanecerá más de diez días por debajo de la línea del círculo polar antártico, es decir, 66º 33' al sur del Ecuador.

Recalará en lugares donde hasta ahora solo podían llegar incómodos, ruidosos y pesados rompehielos. Avanzará por el mar de Bellingshausen, el paso de la Garganta o la isla de Pourquoi-Pas. La toponimia de la Antártida me resulta fascinante y me hace recurrir a la Wikipedia constantemente: en cada nombre de uno de esos puntitos cuya mera existencia ignoraba encuentro ahora una historia, una aventura, una hazaña del pasado.

Por puro entretenimiento, escribo el nombre que más me ha llamado la atención de todo el itinerario del Charcot en el Google Maps de mi móvil a ver qué ocurre. ¿Por qué no? Cómo llegar desde mi ubicación actual (madrileño barrio de Argüelles) hasta la isla Pourquoi-Pas (Antártida), escribo. "Lo sentimos, pero parece que tu consulta queda fuera de nuestra área de cobertura actual", me responde Google.

Mapa del recorrido del crucero en el Polo Sur.

Mapa del recorrido del crucero en el Polo Sur.

Hay algo ligeramente subversivo y al mismo tiempo sumamente atractivo en un viaje que escapa a las indicaciones de Google Maps. Y aunque Google me indica que no hay medio de transporte, como si la isla de Pourquoi-Pas fuera el País de Nunca Jamás imaginado por J. M. Barrie, en realidad sí lo hay. Los aproximadamente 200 pasajeros del lujoso crucero Commandant Charcot han estado allí esta semana, confiando en la pericia del capitán Etienne García. Su apellido delata los orígenes españoles de este joven y muy experimentado capitán de las aguas polares. "Un puesto así es oro molido, pero hay que ganarse los galones", explica Étienne García. Él parece que lo ha hecho con honores. Desde 2005 navega entre hielos y en 2013 dirigió una de las primeras travesías del Paso del Noroeste con pasajeros. Desde niño se sintió fascinado por la historia de los grandes exploradores polares. Tal vez algún día llegaría el día en que añadiera el suyo propio a esta lista. ¿Por qué no?

Vista de la isla de Pourquoi-Pas (Por Qué No, en francés), descubierta por el comandante Charcot, que da nombre al barco.

Vista de la isla de Pourquoi-Pas (Por Qué No, en francés), descubierta por el comandante Charcot, que da nombre al barco. Euphro Flickr

La historia de la actual aventura del Commandant Charcot empezó precisamente con un "¿Por qué no?". Hace seis años o hace más de cien, según se mire. Charcot es un nombre familiar para médicos de todo el mundo, dado el importante número de síndromes, enfermedades y trastornos que llevan su nombre. Fue uno de los doctores más brillantes del siglo XIX y se le considera el padre de la neurología moderna y precursor del psicoanálisis. Sus contribuciones a la ciencia cubren desde la identificación de la ELA a la neurosis.

Mientras el eminente galeno exploraba las nieblas de la mente y del cerebro, su hijo Jean-Baptiste, también médico, tuvo una precoz inclinación por explorar esos territorios helados aún por cartografiar. Tras la muerte repentina de su insigne progenitor, en 1893, Charcot se hizo construir un velero, al que puso por nombre Porquois pas? (¿Por qué no?, en francés), en recuerdo a la respuesta que él mismo dio de niño a su padre cuando éste cuestionó su vocación como marinero y le "invitó" a estudiar Medicina, ¿por qué no? Charcot terminó siendo responsable de las expediciones polares de Francia, metió a su país en este tablero de juego y le dio un componente científico gracias a su formación.

Charcot es a Francia lo que Shackleton o Scott fueron para Gran Bretaña. Jean-Baptiste Charcot falleció en Islandia, a bordo del Pourquoi-Pas? IV, en 1936, durante una tempestad que hizo naufragar la embarcación. De gustos sibaritas, mentalidad científica, corazón aventurero, espíritu deportista (fue dos veces campeón olímpico de vela), amante de la naturaleza y de los animales, recibió por otros exploradores como Scott el sobrenombre de "el caballero de los polos".  

Jean-Baptiste Charcot, en una fotografía de 1910.

Jean-Baptiste Charcot, en una fotografía de 1910.

Una de las nietas de Jean-Baptiste Charcot estuvo presente el pasado 1 de octubre en Le Havre, en la ceremonia de bautismo del barco que lleva el nombre de su abuelo y que ahora hace historia. Fue ella la encargada de entregar al capitán García el retrato de su abuelo que ahora preside un puente de mando de aspecto futurista. Un poco a modo de homenaje, un poco a modo de guía en cuanto a los valores que Charcot encarnó. 

La foto de familia de esta ceremonia es muy reveladora de las muchas facetas de este barco singular, de su misión y de lo que esperan de él los cruceristas. En tiempo de modernidad líquida, el Charcot es un claro ejemplo de esa falta de líneas de separación entre los buques de exploración, las misiones científicas y los cruceros de placer. En la ceremonia había marinos, biólogos, ingenieros, zoólogos, expertos en cambio climático, geógrafos; había diseñadores y arquitectos de renombre, como Jean-Michel Wilmotte y Jean-Philippe Nuel, y super chefs, como Alain Ducasse.

Todos han participado de un modo u otro en hacer realidad este palacio flotante y súper sofisticado al que ha costado seis años y alrededor de 250 millones de euros tomar forma. "Fue una ceremonia muy especial, muy emotiva, y también muy francesa, llena de guiños simbólicos" explica a EL ESPAÑOL | Porfolio Juan Rodero, CEO de Un Mundo de Cruceros, empresa de referencia en España de representación y comercialización de cruceros de alta gama, incluidos los barcos de la naviera Ponant.

Los cruceristas pueden hacer kayak durante la travesía.

Los cruceristas pueden hacer kayak durante la travesía. Studio Ponant

Rodero, único español presente en la ceremonia de bautismo del buque en Le Havre, resalta: "Con el Commandant Charcot, Ponant quiere coger la bandera de la exploración polar francesa y llevarla al siglo XXI. Teníamos la sensación de que se inauguraba una nueva era en los barcos de expedición de lujo, con un buque que conecta a la perfección con las aspiraciones de un tipo de viajero con clara conciencia medioambiental y que combina el interés por aprender, por llegar a regiones remotas sin renunciar a las mejores comodidades y causando el menor impacto posible".

El Charcot llegaba a Le Havre desde el Polo Norte, donde puso a prueba sus formidables capacidades. Llegaba con el orgullo de haberse convertido en el primer barco con motor eléctrico de la historia en alcanzar el Polo Norte geográfico, la mítica posición 90º latitud Norte. Sonó La Marsellesa, brindaron con champán y hasta disputaron un partidillo de fútbol. Componían la expedición la tripulación de la nueva estrella de Ponant, el personal técnico, directivos de la compañía, científicos, fotógrafos, ingenieros, pilotos de helicóptero… "Fue extraordinario, inolvidable", relata a esta revista Stephen Winter, directivo de Ponant y uno de los afortunados en embarcar. "Lo que más recuerdo creo fue el silencio, los paseos por la superficie helada y la última mirada de un gran oso polar junto al que pasamos cuando regresábamos. Esa mirada que quieres preservar".

El barco probó en pleno círculo polar su sofisticado sistema de "supervivencia" durante un simulacro de evacuación. El Charcot va equipado con todo lo necesario para que, en caso de tener que abandonar el barco, pueda desplegar sobre cualquier superficie (agua, hielo o tierra) unas cómodas tiendas de campaña con capacidad para todo el pasaje, ropa técnica especial para aguantar estas condiciones y los sistemas de avituallamiento previstos para siete días. Una idea muy tranquilizadora para los aprensivos que vemos un iceberg y nos acordamos del Titanic. En el barco también iban cuatro inuits que servirán de guías de sus dominios en los cruceros al Ártico.

Excursiones con la mejor equipación.

Excursiones con la mejor equipación. Studio Ponant

El Charcot realizará su primer viaje comercial al Ártico el próximo 15 de abril. Por el momento, está en la Antártida hasta marzo de 2022. "Normalmente, son cruceros que se reservan con más de un año de antelación, pero la situación provocada por la pandemia ha alterado completamente la temporada", explica Winter. Hasta hace tan solo un par de semanas, no se podía viajar a Chile ni a Argentina, por lo que la realización del crucero ha estado en el aire hasta el último minuto. Además, los australianos, grandes cruceristas, no pueden viajar por el momento, al igual que el incipiente mercado chino. Las vacunas rusas no son admitidas en todos los países, lo que también les aleja de este tipo de viajes. "Aun así, vamos llenos al 80% en esta primera campaña antártica", destaca Winter.

Las credenciales del Charcot

MEDIDAS: 150 metros de eslora.

VELOCIDAD MEDIA: 15 nudos.

CAMAROTES: 123, con 20 metros cuadrados el estándar y 110 el más lujoso.

TRIPULACIÓN: 215 miembros.

HITOS: puede navegar mes y medio con gas natural licuado.

ELÉCTRICO: sus baterías de 50 toneladas le permiten navegar 6 horas de forma eléctrica.

ECO: emite un 85% menos de emisiones de óxido de nitrógeno que otros cruceros.

EFICIENCIA ENERGÉTICA: el 80% de su electricidad es LED, de bajo consumo.

ROMPEHIELOS: es el único crucero que puede navegar por zonas antes solo accesibles a rompehielos.

RESIDUOS: tiene potabilizadora de agua y transforma los desperdicios.

PISCINAS: dos, una exterior entre 27-35º y otra interior con ventanas panorámicas.

HELICÓPTERO: 1.

GOURMET: sus menús los ha concebido el chef francés Alain Ducasse.

INVESTIGADORES: tiene su propio laboratorio e incluye un equipo de zoólogos marinos, geógrafos, ornitólogos, microbiólogos…

ECOTURISMO: los pasajeros pueden participar en las tareas de investigación.

PRECIOS: desde 12.500 euros por 11 noches en la Antártida / 14.650 euros por 12 noches en el Ártico.

MÁS INFORMACIÓN: Aquí y aquí (en castellano). 

Esta primera salida rinde especial homenaje a los lugares descubiertos por Charcot en sus dos expediciones a la Antártida. Los sucesivos itinerarios incluyen navegaciones por lugares como el mar de Ross o las islas Shetland del Sur. Quizá la más extraordinaria sea la expedición del 30 de noviembre, que permitirá ver un eclipse total de sol desde el extraordinario mar de Weddell. Las actividades propuestas tanto en el barco como fuera de él incluyen ese mix de lujo, aventura, entretenimiento y ganas de aprender que resulta ahora tan atractivo. Y si puedes dejar una huella positiva, mejor: parte del dinero del pasaje va destinada a actividades conservacionistas. La información recogida por los científicos a bordo en sus travesías es compartida con los centros de investigación y universidades con los que se colabora.  

La nueva joya de la corona de la navegación polar, este singular rien ne va plus [no va más, en francés], se sustenta tanto en el reconocimiento al pasado como en una interesante visión de futuro apoyada en unos formidables, carísimos y bien estudiados mimbres. Francia toma la delantera en este pionero y prometedor segmento del lujo polar. Lujo verde. Lujo blanco. Coco Chanel podría embarcar en el Commandant Charcot y no echaría demasiado de menos su suite del Ritz. Y si se embarcara en él el comandante Jean Cousteau, tampoco echaría de menos las capacidades científicas y de exploración del mítico Calypso. Nunca se ha invertido tanto en I+D en un barco de estas características. Nunca se ha hecho una fusión similar entre sibaritismo y prodigio técnico capaz de llegar a los confines de la Tierra. ¿Quién lo ha hecho posible en un periodo que ha castigado tan duramente al sector de los viajes, especialmente a los cruceros, obligados a tener casi la totalidad de sus flotas en dique seco durante casi dos años? 

Cubierta del barco. Los muebles desprenden calor.

Cubierta del barco. Los muebles desprenden calor. Studio Ponant

Ponant, fundada en 1988 por dos oficiales de la marina mercante, fue adquirida en 2015 por Artemis, el holding de François Henri-Pinault, uno de los hombres más ricos de Francia, buen conocedor del lujo y del mundo del arte, propietario de la célebre casa de subastas Christie's y artífice del museo del momento en París, el Bolsa de Comercio de París-Museo Tadao Ando. 

Uno de sus objetivos es precisamente perpetuar la historia de la exploración polar francesa, de llegar a zonas antes inaccesibles con el menor impacto posible. Y de combinarlo con el mejor savoir faire français en lo que se refiere a decoración, gastronomía, servicio… Y ahora también sostenibilidad. Una parte importante del holding Artemis de Pinault lo conforma el grupo Kering, con marcas en su haber como Gucci, Balenciaga, Yves Saint Laurent, Bottega Veneta, Brioni. A partir de otoño de 2022, ninguna de las marcas de Kering utilizará pieles de animales. Fur free es la nueva bandera del lujo.

Por el momento la moda no está tan en el punto de mira de los medioambientalistas como los cruceros, un sector con cierta mala prensa que está haciendo grandes esfuerzos por la sostenibilidad. En plena Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático de 2021 -que se está celebrando en Glasgow, Escocia, hasta el 12 de noviembre-, Rodero me explica las principales medidas en este terreno: implementación de scrubbers -una especie de "filtros" que disminuyen muy considerablemente las emisiones de los barcos de crucero-; aumento de barcos con propulsión por gas natural licuado, como el Charcot, y el hecho de que los principales puertos del mundo, como el de Barcelona, estén implementando la  tecnología shore power, por la cual los barcos se "enchufan" cuando están en puerto y apagan sus motores, como un coche eléctrico.

Ver osos polares estará garantizado en los cruceros árticos, que empiezan en abril.

Ver osos polares estará garantizado en los cruceros árticos, que empiezan en abril. StudioPONANT OlivierBlaud

La pregunta es obligada: ¿la construcción de cruceros como el Charcot va a hacer que los polos se conviertan en lugares antes desiertos y ahora saturados, como el Everest? La navegación en las zonas polares está muy regulada. Digamos que hay una especie de númerus clausus tanto para el acceso al Ártico como para el Antártico, tanto en el número de barcos como en el de pasajeros. Tan solo seis compañías operan en estas zonas y cada año son más restrictivas las condiciones impuestas por los países desde los que parten los barcos. Chile y Argentina en la Antártida e Islandia y Dinamarca (Groenlandia) en el caso del Ártico. Una vez al año se subastan las plazas entre las navieras. Un caso similar a lo que está pasando en destinos como Alaska, Bután o Ruanda, con importantes limitaciones a la entrada de viajeros. La clave de su futuro, lo saben sus gobiernos, es preservarse tal y como están. Las credenciales eco son el mejor pasaporte para abrir estas puertas.

Las del Ponant son realmente el rien ne va plus por expreso deseo de Kering, que quiere hacer de Francia el campeón de las "expediciones en burbujas verdes". En los depósitos, dos tanques de gas natural liquado (LNG) han sustituido al fuel pesado y un sistema eléctrico híbrido con baterías de 50 toneladas reduce las emisiones de CO2 en un 25% y el consumo de combustible en un 10%. Ha suprimido los plásticos de un solo uso, tiene capacidad de convertir el agua de mar en agua potable y puede reutilizar los desechos no reciclables gracias a un sistema de incineración que permite al mismo tiempo usar esa energía para calentar el agua o para aclimatar los espacios exteriores. Sí, el mobiliario exterior del Charcot tiene su propio sistema de calefacción. Se puede estar observando una colonia de pingüinos emperadores y al mismo tiempo estar sentado en cubierta en un cómodo sillón que proporciona calor. Todo esto recuerda más bien a las elegantes casas de la Avenida Foch que a las aguas que agita el diablo. El Charcot cuenta naturalmente con estabilizadores de última generación. Tengo que averiguar si ya han inventado algo para combatir esos vientos que llaman los bramadores 60 o shrieking sixties. ¿Los incluirá Zuckerberg en su metaverso?

Piscina interior del crucero polar 'Commandant Charcot'.

Piscina interior del crucero polar 'Commandant Charcot'. Studio Ponant-Gilles Trillard

Aunque ya no hace falta tener el ADN de Amundsen ni estar dispuesto a pasar penurias heroicas, ese componente de aventura, de lo que no se puede planificar del todo, parece un atractivo en este universo dominado por los algoritmos. En la actualidad se están construyendo en diferentes astilleros de todo el mundo unos 40 barcos de expedición. No todos son tan lujosos y "verdes" como el Charcot, ni están preparados para la navegación polar, pero sí tienen ese espíritu de aventura y aprendizaje de aquellos viajeros del grand tour con una nueva sensibilidad de conocer las regiones más inexploradas y frágiles de la Tierra.

El propio crucerista español de lujo responde a este nuevo perfil. Según un estudio realizado por StarClass Cruceros, es precisamente el crucero de expedición el segmento que más crece entre los viajeros españoles, con un 158% de incremento respecto al año anterior. También baja ligeramente la edad media del crucerista español de lujo, de los 64 a los 61 años. En la actual travesía del Charcot no hay ningún pasajero español, pero ya hay reservas para las expediciones al Polo Norte que comienzan en abril. "Principalmente parejas y familias de Madrid, Barcelona, Bilbao y Canarias", me explica Rodero mientras comentamos lo bien que hacen las cosas los franceses. Es una lástima, lamentamos, que con el gran pedigrí de exploración naval de españoles y portugueses nadie alce esta bandera como sí lo ha sabido hacer Francia con el Charcot. Un navegante cuya gesta, con los debidos respetos al chevalier de los Polos, no aguanta la comparación con la protagonizada por Magallanes, Elcano y tantos otros que navegaron por los mares de Castilla. ¿Por qué nadie se pregunta más aquí: "¿Por qué no?". 

Otra de las actividades de recreo en el crucero polar.

Otra de las actividades de recreo en el crucero polar. Studio Ponant-Nicolas Dubreuil