La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, junto con Isa Serra en la manifestación en apoyo a Palestina de este domingo en Madrid.

La secretaria general de Podemos, Ione Belarra, junto con Isa Serra en la manifestación en apoyo a Palestina de este domingo en Madrid.

LA TRIBUNA

La izquierda propalestina camina en piloto automático

La izquierda radical mira hacia Oriente Medio a través de un prisma defectuoso de ocupantes y ocupados según el cual cualquier ataque a Israel está justificado.

17 octubre, 2023 02:52

Si usted todavía no se explica cómo después del peor pogromo terrorista que ha sufrido Israel en su territorio hay en la izquierda líderes incapaces de mostrar su apoyo al Estado israelí en su guerra contra Hamás, he aquí una explicación. La izquierda mira hacia Oriente Próximo a través de un prisma tan defectuoso como vicioso.

El atentado terrorista del pasado sábado en Israel no sólo fue abominable. Fue algo más. Es uno de esos hechos que obliga a reacciones como las de esos líderes que, aún perteneciendo a un amplio espectro ideológico, se han posicionado sin fisuras con Israel.

"Nuestros países apoyarán a Israel en sus esfuerzos para defenderse y para defender a su gente", decían el pasado lunes al unísono el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, su homólogo francés, Emmanuel Macron, el canciller alemán Olaf Scholz y la presidente del Consiglio italiano, Giorgia Meloni.

Esta declaración se produjo sólo 48 horas después de que Hamás lanzara un ataque que el lunes todavía obligaba al Ejército Israelí a luchar contra terroristas en el sur de su territorio.

El mismo día del horrible macroatentado, Biden reiteró su "compromiso inquebrantable con la seguridad de Israel".

También el mismo día, Macron expresó el compromiso de Francia con "la seguridad de Israel y los israelíes y con su derecho a defenderse".

Scholz dijo el sábado que su país se ponía "del lado de Israel". Posteriormente declaró que "Israel tiene derecho a defenderse de estos bárbaros ataques".

Meloni, además de seguir de cerca la situación y reunirse con la plana mayor de su Gobierno, exigió a su Ejecutivo prestar especial atención a la seguridad de la comunidad judía en su país.

Si uno se para a pensar a qué familias políticas pertenecen esos líderes, juntamos, siguiendo grosso modo estándares europeos, un presidente estadounidense de centroderecha, un político algo centrista como Macron, un canciller de centroizquierda y una política situada a la derecha de la derecha del espectro político. Es obvio que falta en la lista alguien a la izquierda de la izquierda.

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Quizá el presidente español en funciones, Pedro Sánchez, vio que su espacio político lo cubría Scholz. Yolanda Díaz, que tenía programado un acto público en Cádiz el día del ataque, podría haberse sumado al elenco de figuras internacionales. Así habría habido alguien de la izquierda de la izquierda con rol gubernamental en un país europeo importante haciendo lo que tocaba. Pero Díaz no lo hizo.

Díaz no pensó que sus admirados Verdes alemanes iban a sacar adelante esta semana una declaración en el Bundestag en la que se condena el ataque terrorista de Hamás, firmada por el resto de grandes partidos germanos. En esa declaración se afirma que "Israel tiene derecho a la autodefensa".

Faltan en esa declaración la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) y Die Linke, el partido hermanado a Podemos en España.

"Cuando el mundo empezaba a saber de la masacre sin precedentes en Israel, Sumar no tuvo nada mejor que hacer que manifestar su apoyo a Palestina"

En Francia, el equivalente a esos partidos son las izquierdas unidas francesas bajo las siglas NUPES. Estos izquierdistas galos están a la gresca desde el ataque a Israel. Entre otras cosas, no saben o no quieren decir a las claras si Hamás es o no es una organización terrorista.

Desde el mismo día del atentado, en NUPES pedían a Israel que no se defendiera. Lo hicieron con un comunicado en el que pedían un alto al fuego que Hamás no iba a respetar jamás. Entre otras cosas, porque aún tenía a terroristas matando, violando y convirtiendo en rehenes a civiles palestinos, incluidos niños, mujeres y ancianos.

Esto es lo que en NUPES llamaban, el mismo día del atentado, "ofensiva armada de fuerzas palestinas".

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Mayor parece el abismo que separa las posiciones de los cuatro líderes de las principales democracias occidentales cuando uno se asoma a las declaraciones de según qué políticos de la izquierda española. Cuando la masacre del sur de Israel apenas había comenzado y el mundo empezaba a saber de un ataque sin precedentes, los había en Sumar que manifestaban su apoyo a Palestina, como la diputada Tesh Sidi.

La líder de Sumar, Yolanda Díaz, dijo luego con perfecta equidistancia que se solidarizaba "con las víctimas de Israel y de Gaza". No tuvo Díaz palabras de apoyo con Israel, pero sí que dijo apoyar al pueblo palestino, mandándole a gritos "solidaridad".

La vicepresidenta en funciones del Gobierno de España le exigió a Israel el día del peor ataque que se recuerda en décadas que "cumpla con las resoluciones de la ONU". Mientras morían más de 1.200 israelíes en el ataque del sábado, representantes del Gobierno español lanzaba exigencias al país que había sido víctima del terrorismo.

El desfase de lo oído en Cádiz respecto a los mensajes de Washington, Berlín, París o Roma no puede ser mayor. Pero ¿de dónde viene ese desfase?

"Para la izquierda propalestina, Israel, en tanto que 'ocupante', no puede ser víctima"

Obviamente, Díaz y compañía (y es probable que también más allá, hacia el centroizquierda español) no ven el conflicto como lo ven los líderes de las grandes potencias democráticas. La izquierda de la izquierda tiene una bandera palestina liada cual manta a la cabeza.

Díaz y compañía se han puesto en modo piloto automático y se han manifestado atendiendo a una lógica dialéctica en la que todos los problemas se resumen así: en la Franja de Gaza hay un ocupante y unos ocupados. Al ocupante, Israel, incluso cuando sufre ataques como el del otro día, se le puede exigir hasta que deponga las armas porque la prioridad es "un alto el fuego".

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Por eso, esta izquierda no habla inmediatamente del derecho de Israel a la seguridad. Por eso tampoco ha hablado estos días del derecho a defenderse del Estado israelí. A Israel se le atribuye dentro de esta lógica el estatus de ocupante, incluso cuando en la Franja de Gaza no hay presencia israelí desde la desconexión de 2005.

La dialéctica de esta izquierda no está actualizada. Pero eso no importa a la hora de dictaminar que Israel, en cuanto ocupante, no puede ser víctima. Las víctimas, en esta lógica, siempre van a ser los gazatíes. Pero no tanto porque estén sometidos a la dictadura islámica de Hamás, sino porque cuando lleguen las represalias israelíes, la población civil palestina (rehén de los terroristas islamistas en el poder) pagará las terribles consecuencias de la guerra con Israel. 

Esta lógica ocupante-ocupados en Gaza manda justificar o excusar al ocupado, incluso cuando se organiza en bandas terroristas capaces de cometer las peores atrocidades. O en fuerzas políticas de tolerancia cero con cualquier oposición política o con los derechos humanos más fundamentales. Como es el caso de Hamás.

"En esta guerra, igual que ocurre con Ucrania, España tiene a una democracia a la que apoyar de forma decidida"

En esta lógica, hay incluso quien ha ido más allá, como Manu Pineda, eurodiputado de Izquierda Unida y el Partido Comunista de España. A Pineda se le ha visto estos días en imágenes con terroristas armados e incluso con el líder de Hamás, Ismail Haniya.

Hay cero sorpresa en ver a comunistas, marxistas o neomarxistas, abrazar esta lógica ocupante-ocupados en la que Israel es, por definición, el villano del conflicto. Los palestinos, por definición, son las víctimas aunque desde ese estatus los haya que organicen bandas terroristas y atentados como el del sábado.

Aplicado como lente para el conflicto en Oriente Próximo, este prisma dialéctico resulta vicioso. Llevado al extremo, Hamás habría estado "descolonizando" Palestina con sus ataques del sábado e Israel sería culpable por su estatus de colono opresor. Pero ¿cómo no va a ser la víctima Israel en un día como el sábado 7 de octubre? Por supuesto que Israel fue la víctima. No hace falta ser Biden, Macron, Scholz o Meloni para darse cuenta.

Basta con rechazar esa averiada lógica de ocupante-ocupados en la Franja de Gaza y con empezar a pensar que a lo que asistimos es a lo que pasa cuando una democracia entra en un conflicto armado para asegurar su supervivencia. En esta guerra, igual que ocurre con Ucrania, España tiene a una democracia a la que apoyar de forma decidida. Se llama Israel y, como dicen en el documento que ponía de acuerdo a Washington, París, Roma y Berlín, tiene "derecho a defenderse".

En cuanto a los palestinos, ese documento también era claro: "Reconocemos las legítimas aspiraciones del pueblo palestino y apoyamos medidas iguales de justicia y libertad para israelíes y palestinos por igual. Pero no nos equivoquemos: Hamás no representa esas aspiraciones y no ofrece nada al pueblo palestino que no sea más terror y derramamiento de sangre".

*** Salvador Martínez Mas es periodista afincado en Berlín.

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