El ministro de Defensa de China, Li Shangfu, en el centro de la imagen.

El ministro de Defensa de China, Li Shangfu, en el centro de la imagen. Reuters

LA TRIBUNA

¿Por qué a China le desaparecen los ministros?

Las desapariciones de altos cargos del gobierno chino abren grandes interrogantes sobre la solidez de las elites políticas en la segunda potencia económica del planeta. 

20 septiembre, 2023 03:44

El desvanecimiento de la esfera pública del ministro de Defensa de China, Li Shangfu, viene a sumarse a una serie de desapariciones de altos cargos, como la del ministro de Asuntos Exteriores, Qin Gang, desde junio, y la de dos generales de la Fuerza de Cohetes del ejército chino durante el verano. Estas desapariciones abren grandes interrogantes sobre la solidez de las elites políticas en la segunda potencia económica. 

La opacidad habitual dentro del régimen del Partido Comunista de China (PCCh), la formación única que rige al gigante asiático desde hace siete décadas, ha desatado todo tipo de especulaciones por parte de los observadores, quienes consideran que estas desapariciones son un indicio de crisis de poder del líder supremo, Xi Jinping. Especulaciones espoleadas por la negativa oficial china a pronunciarse sobre los motivos de dichas purgas.

Desde su llegada al poder en 2012, Xi ha dado un giro más autoritario y nacionalista a la política china, y ha priorizado medidas ideológicas basadas en la nostalgia por un supuesto pasado glorioso comunista. Esto sucede después de cuatro décadas de reformas capitalistas con intervención directa de Pekín en determinados sectores, lo que se conoce como "política de reforma y apertura", que ha situado a China, en términos macroeconómicos, a la cabeza de la economía mundial, segunda tras Estados Unidos. 

El ministro de Defensa chino, Li Shangfu.

El ministro de Defensa chino, Li Shangfu. Reuters

Es necesario recordar que Xi también ha roto las reglas tácitas dentro del Partido para convertir su cargo en vitalicio. En ese proceso de acumulación de poder, es el propio Xi quien escoge a dedo a sus ministros y a los miembros de los principales órganos de poder del Gobierno-Partido, en función de la lealtad que estos le hayan demostrado a lo largo de los años, y tras haber neutralizado a otras facciones dentro del PCCh defensoras de las reformas capitalistas, como el Grupo de Shanghái del difunto expresidente Jiang Zemin, o la Liga de Juventudes Comunistas del humillado exlíder Hu Jintao.

Hasta Xi, había un cierto equilibrio de poder entre estas facciones para escoger cargos. Pero Xi las desactivó con una masiva campaña anticorrupción, lanzando el mensaje implícito de que este delito estaba vinculado a las reformas capitalistas. Al mismo tiempo, ha hecho de su oposición a Estados Unidos, su principal socio comercial, la razón de ser de su política y ambiciones globales.

"Si los desaparecidos eran los protegidos de Xi Jinping, su destitución podría demostrar que el presidente tampoco es tan poderoso dentro de su propio partido como para protegerlos"

Si las fuentes estadounidenses que indican que Li Shangfu y los dos generales están siendo investigados por corrupción están en lo cierto, sus destituciones indicarían una pérdida de credibilidad de Xi Jinping por haberlos escogido, y un consecuente menoscabo para su poder por haberse visto obligado a expulsarlos de sus cargos.

¿Cómo es posible que Xi, que vigila cual Gran Hermano cualquier movimiento dentro de su territorio, no supiera que sus protegidos, a los que hace menos de un año que ha promocionado a las altas esferas del poder, estaban involucrados en corruptelas? 

Es más, si Qin y Li eran sus protegidos, su destitución podría demostrar que Xi Jinping tampoco es tan poderoso dentro de su propio partido como para protegerlos. Otra teoría sería más preocupante: que es el propio Xi, cada vez más decrépito, quien hace y deshace sin ton ni son.

Lucy Hornby, miembro del Center for Strategic and International Studies (CSIS), acertó tras la desaparición de Qin al vaticinar más purgas: "Desde el inicio de su administración, Xi Jinping ha fomentado las purgas y las denuncias internas como herramienta para garantizar que se lleven a cabo sus prioridades. Sean cuales sean las razones de la purga de Qin Gang, podemos esperar ver a más altos funcionarios ser víctimas de esto en el futuro".

En ese contexto, no son pocos los que temen que Xi esté sufriendo un proceso de putinización, al rodearse de hombres obedientes que le dan la razón en todo, hasta el punto de perder de vista la realidad de los datos, de los hechos y de la calle. Tanto el militar Li como el canciller Qin son miembros del selecto equipo del Consejo de Estado, el poder ejecutivo bajo el mando del primer ministro Li Qiang (aunque las decisiones políticas se toman primero en órganos superiores del PCC). Sus nombres permanecen en la web oficial del gobierno chino como miembros de este órgano, lo que puede indicar que todavía están siendo investigados.

El silencio no hace más que atizar el misterio sobre el destino del canciller Qin Gang. Sin noticias de él desde finales de junio, se han desatado teorías salvajes en redes sociales que incluso claman su ejecución. Se trata de especulaciones, puesto que en la última década no ha habido ninguna ejecución de altos cargos purgados por Xi, ni siquiera entre sus enemigos, hoy encarcelados, como el exministro de Comercio Bo Xilai o el jefe de Seguridad Zhou Yongkang

Xi Jinping este lunes en Beijing.

Xi Jinping este lunes en Beijing. EFE

El caso de Qin abre una gigantesca interrogante acerca de cuál ha podido ser su pecado. Porque los que se le atribuyen no serían suficientes para este castigo. Su caso abre también una pequeña ventana a la vida secreta de los políticos chinos, una vida de lujos y pasiones que no concuerda con la exigencia de austeridad y decoro que ha impuesto Xi. 

Quienes conocimos en persona a Qin Gang como portavoz del ministerio de Exteriores chino, antes de convertirse en embajador en Estados Unidos y en canciller, sabemos que es un profesional ambicioso, de buena familia, que encarnó el perfecto "lobo guerrero" de la diplomacia china, tan arribista y adulador de Xi Jinping que recordaba los tiempos de la Revolución Cultural. Se granjeó muchos enemigos en la cancillería. 

Era de dominio público que el canciller mantenía una relación extramarital con la presentadora estrella de Phoenix TV, Fu Xiaotian, quien a juzgar por sus indiscretas publicaciones en redes sociales, dio a luz a un vástago en Estados Unidos, llamado Er-Kin, que se puede traducir como "hijo de Qin".

En su última publicación en Twitter aparecen tres fotos: el avión privado en el que Fu estaba regresando desde Los Angeles a China, su entrevista televisiva con Qin Gang y la foto de su bebé, insinuando causas y consecuencias. A cualquiera que haya visto la entrevista de Fu a Qin no se le escapa la cantidad de feromonas que flotan en el ambiente y la sintonía entre ambos. Fu y el bebé desaparecieron tras su regreso a China el 11 de abril. ¿De quién era el avión privado? Tal vez sea esa la clave. 

"La aleatoriedad de los pecados es tan difícil de predecir que muchos ejecutivos de empresas extranjeras han abandonado el país ante el temor de ser víctimas de alguna nueva obsesión del líder"

Una de las mejores síntesis de todos los rumores que ha desatado la desaparición de Qin Gang fue publicada en China Talk e incluía interesantes giros de guion, como el pasado ligado a la agencia de inteligencia china de Qin y la posibilidad de que Fu fuera una doble espía. Phoenix TV estaba también vinculada al Grupo de Shanghái. Todos estos detalles podrían justificar el despido y desaparición de Qin. Pero los expertos creen que hay algo más mucho más grave que desconocemos.

Desaparecer, en suma, es lo más normal en la China de Xi. En la larga lista de desaparecidos en la última década se incluye el director de la Interpol Meng Hongwei, enemigo de Xi y desaparecido en 2018 en un viaje a China; el magnate de Alibaba Jack Ma, por supuestas prácticas monopolísticas; la campeona de tenis Peng Shuai, por acusar a un vice primer ministro de abuso sexual; o la millonaria estrella del pop Zhao Wei, por "desviar a los jóvenes de los ideales del Partido Comunista".

Por no mencionar a miles de activistas y opositores al régimen.

La aleatoriedad de los pecados es tan difícil de predecir que muchos ejecutivos de empresas extranjeras han abandonado el país ante el temor de ser víctimas de alguna nueva obsesión del líder. 

Al fin y al cabo, hasta el propio Xi desaparece de las cumbres internacionales. Desapariciones que dan fe de la inestabilidad en el seno de la política china, lo que no hace más que ahuyentar a la inversión extranjera tan necesaria para que el gigante asiático camine a buen ritmo. Por no mencionar la falta de responsabilidad de un modelo que se ofrece como alternativo al "imperialismo" de Estados Unidos, y cuya opacidad, como escribía Michael Schuman en The Atlantic, se convierte en un mayor problema a medida que el país crece, puesto que las decisiones de Xi tienen repercusiones sobre la economía de millones de personas, la salud del planeta y el futuro de la guerra y de la paz.

*** Marga Zambrana es periodista, corresponsal en China desde 2003 y en Oriente Medio desde 2013.

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