Representación de conexión entre humano e IA.

Representación de conexión entre humano e IA. C.F. | Gemini Omicrono

Tecnología

El año que la IA generativa lo inundó todo y no sólo en tecnología: chatbots integrados desde el trabajo a la vida diaria

La IA se ha convertido en una herramienta de gran utilidad para muchos usuarios, que la usan para organizarse o para realizar tareas más rápido.

Más información: La IA que previene delitos: analiza las llamadas de la cárcel para detectar si los reclusos están planificando crímenes

Publicada
Actualizada

La inteligencia artificial (IA) dejó de ser un concepto futurista para convertirse en una tecnología cada vez más avanzada y útil, capaz de realizar tareas complejas, desde acortar el tiempo de producción de series infantiles hasta planificar la rehabilitación de casas. La IA ha inundado la vida de muchas personas, que la usan habitualmente tanto en el trabajo como en el día a día.

Desde hace tiempo, muchos usuarios recurren a la inteligencia artificial y chatbots como ChatGPT, de OpenAI, para resolver dudas, crear contenido o automatizar tareas, pudiendo enfocarse en lo importante sin perder el tiempo en cosas menores, especialmente en el mundo laboral.

Esta tecnología, que se encuentra en constante evolución, está revolucionando sectores enteros con su capacidad para generar texto, imagen o código de programación.

En el día a día, la IA se ha vuelto imprescindible para muchas personas, que emplean desde asistentes virtuales que organizan la agenda o redactan correos hasta algoritmos que recomiendan qué ver, leer o comer.

La mayoría perciben a esta tecnología como parte de su rutina: una herramienta que completa frases, filtra fotos o sugiere la ruta más rápida al trabajo.

En el ámbito laboral, la IA generativa se ha convertido en un aliado para los profesionales de distintos sectores, que sirve en muchos casos para multiplicar la productividad, ya sea creando borradores, generando ideas o analizando grandes volúmenes de datos en segundos.

Un nuevo informe de OpenAI, denominado The State of Enterprise AI Report', ofrece una visión detallada de cómo las empresas están adoptando la inteligencia artificial y qué beneficios ofrece, sobre todo para los trabajadores.

La IA en el trabajo

El impacto de la IA en las empresas ya es tangible. OpenAI siempre ha declarado que su objetivo es que la inteligencia artificial sea beneficiosa para todos, entre los que se incluye a las empresas. La compañía liderada por Sam Altman refleja en su investigación que, durante gran parte de los últimos tres años, el impacto de la IA ha sido más evidente entre los consumidores, pero que poco a poco va inundando organizaciones de todo tipo.

La aplicación de ChatGPT en un ordenador.

La aplicación de ChatGPT en un ordenador. Emiliano Vittoriosi, Unsplash.

Las empresas han comenzado en 2025 a utilizar la inteligencia artificial como infraestructura central y más de un millón de clientes empresariales usan ya las herramientas de OpenAI en una amplia gama de casos de uso y flujos de trabajo operativos. Las cifras de ChatGPT son el mejor ejemplo: tiene más de 800 millones de usuarios cada semana.

El informe de OpenAI se basa en datos de uso del mundo real de clientes empresariales de la compañía y de una encuesta realizada a 9.000 trabajadores de casi 100 empresas, que documenta los patrones de adopción de la IA. Esta investigación muestra que la IA empresarial se está acelerando en amplitud y profundidad, transformando la forma en que las personas trabajan.

En muchos departamentos, la inteligencia artificial ya se ha convertido en la primera línea de trabajo. Por ejemplo, en atención al cliente, los asistentes automatizados resuelven incidencias sencillas, gestionan reclamaciones y tramitan devoluciones.

En recursos humanos fuera de Europa, por su parte, los algoritmos filtran cientos de currículums en minutos, realizan un primer cribado y proponen perfiles que se ajustan a las necesidades de cada vacante, acelerando procesos que antes llevaban días.

Por otro lado, la IA en marketing puede redactar textos para campañas, generar variaciones de anuncios y adaptar los mensajes al comportamiento de cada usuario.

En finanzas, esta tecnología analiza grandes volúmenes de transacciones para detectar posibles fraudes y elaborar informes de riesgo casi en tiempo real, mientras que en fábricas y cadenas logísticas pueden revisar productos en las líneas de producción, coordinar robots que mueven mercancía y ajustar el inventario de forma continua.

Fotomontaje con una imagen de una IA y con el logo de OpenAI.

Fotomontaje con una imagen de una IA y con el logo de OpenAI. Manuel Fernandez | ArtemisDiana en iStock iStock | Omicrono

Una de las claves del informe de OpenAI es que, durante el año pasado, los mensajes semanales en ChatGPT Enterprise (el chatbot de la firma para empresas) aumentaron aproximadamente 8 veces y el trabajador promedio envía un 30% más de mensajes. Mientras, los flujos de trabajo estructurados (GPT personalizados y Projects) han crecido 19 veces.

Estas cifras demuestran que las empresas están empezando a integrar la IA en procesos repetibles. Cada vez más, se reorganiza el trabajo en torno a la inteligencia artificial, en lugar de limitarse a hacerle preguntas de manera ocasional. El estudio muestra igualmente que los usuarios no solo usan esta tecnología con más frecuencia, sino también para tareas más sofisticadas.

En las empresas, la inteligencia artificial ya ha servido para mejorar la velocidad o la calidad del trabajo de los profesionales humanos, siempre según OpenAI. Incluso les ha ayudado a ahorrar entre 40 y 60 minutos al día, llegando a 10 horas semanales en algunos casos. Los trabajadores informáticos señalan en el informe que esta tecnología favorece una resolución más rápida de problemas.

La IA incluso está sirviendo para que los empleados de las compañías puedan realizar nuevos tipos de trabajo que antes no podían hacer, incluyendo programación y análisis.

Sin embargo, una parte significativa de los empleados encuestados aún no ha utilizado funciones clave como el análisis de datos y el razonamiento. La investigación destaca también que Europa es un mercado clave y que la inteligencia artificial está ganando terreno en todos los sectores, pero hay un impulso fuerte especialmente en tecnología, salud, servicios profesionales, fábricas, industrias o finanzas.

En la vida diaria

Las personas usan habitualmente la inteligencia artificial para muchas cosas durante su día a día, para organizarse, pero también como compañía o, incluso, terapia. Muchos usuarios recurren a los chatbots para gestionar sus rutinas diarias, tomar decisiones, planear viajes, recibir recordatorios, buscar apoyo emocional o escapadas, o para salir de dudas respecto a algunas cuestiones, como puede ser cómo recurrir una multa.

Fotomontaje con la ilustración de un robot y circuitos.

Fotomontaje con la ilustración de un robot y circuitos. Manuel Fernández Omicrono / PNGWing

Incluso se suele acudir a ChatGPT u otros modelos de lenguaje similares para averiguar cómo realizar una pequeña obra en casa, reparar un electrodoméstico o montar muebles. También hay quien usa esta tecnología para aprender, ya sea un idioma o materias nuevas. Uno de sus usos más clásicos es para generar imágenes, ilustraciones o vídeos.

Asimismo, la IA se usa en la vida diaria para redactar contenido, como informes, correos electrónicos o reseñas. Curiosamente, las personas utilizan la inteligencia artificial para muchas otras cosas de las que quizá no son conscientes, ya que herramientas integradas en el correo electrónico, el móvil o las redes sociales ya integran esta tecnología por defecto.

Se espera que con el paso del tiempo la IA pueda hacer todavía más tareas y esté aún más asentada en la vida de las personas, aunque conviene tener en cuenta sus limitaciones: son modelos de lenguaje que funcionan a través de probabilidades, por lo que es posible que cometan errores y sufran alucinaciones, es decir, que produzcan información falsa o engañosa.

En todo caso, la inteligencia artificial ya se ha instalado como una capa más de la vida diaria y del trabajo: ayuda a escribir correos y presentaciones, sugiere qué ver por la noche y acelera tareas que antes llevaban horas, pero obliga a aprender a convivir con un asistente que no descansa, que propone soluciones en segundos y que, cada vez más, compartirá espacio con las decisiones humanas en casi cualquier ámbito.