En la atareada y cada vez más dependiente del trabajo sociedad japonesa, encontrar pareja puede ser difícil. Aunque sea motivo de chiste, la verdad es que es un problema real que no tiene fácil solución; y mientras tanto, la sociedad sigue envejeciendo y nacen cada vez menos niños.

No es de extrañar que se hayan ideado todo tipo de soluciones, algunas más estrambóticas que otras. Pero pocas como la que ha presentado la empresa desarrolladora Cyber Agent en asociación con el fabricante Sharp: fiestas en las que unos robots se encargan de ayudarnos a ligar.

El sistema ha sido estrenado en un reciente evento, y por lo que vemos en los vídeos es tan extraño como suena. Este tipo de eventos de emparejamiento son muy comunes, y sirven para que dos personas se conozcan mejor y puedan decidir si iniciar una relación; hasta ahí todo normal, lo interesante de este experimento es el uso de robots para facilitar las conversaciones entre extraños, uno de los talones de Aquiles del japonés medio.

Robots para ligar, la nueva locura proveniente de Japón

En cada mesa hay dos pequeños robots, cada uno representando a un participante. Estos robots aprenden todo lo que hay que saber de cada participante, gracias a un test de 45 preguntas previo al evento; con esa información, son capaces de responder preguntas que tal vez nos daría vergüenza hacer directamente a la persona en cuestión.

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Por ejemplo, si le preguntamos al robot qué aficiones tiene una dama en la que estamos interesados, el robot puede responder que ha empezado a tomar lecciones de piano. Esto es lo que permite iniciar una conversación sobre los intereses de cada uno y una, lo que lleva a conocerse mejor y, con suerte, romper el hielo. Una vez que termina la conversación con los robots, los participantes tienen la opción de iniciar otra conversación persona a persona.

Hablar con un robot hace que sea más fácil expresarse

Puede parecer una tontería, pero usar a los robots como intermediarios puede suponer una gran ayuda para hacer preguntas personales; especialmente para las personas más tímidas o cerradas, que tienen dificultad tanto para abrirse a un extraño como para hacerle preguntas de su vida privada. Puede ser algo vergonzoso y extraño hablar de uno mismo; pero al expresarse a un robot y no a la persona que tenía al lado, muchos fueron capaces de expresarse mejor.

El experimento tuvo un éxito relativo. De los 28 participantes se formaron cuatro nuevas parejas; y muchas indicaron que fue gracias a la ayuda de estos robots que pudieron dar ese paso. Es gracias a los robots que pudieron descubrir que tenían cosas en común con candidatos que no eran “su tipo”, por ejemplo.

Por el momento esto es sólo eso, un experimento. Pero visto el éxito, no nos extrañaría que se implementase como un servicio real; y quién sabe, tal vez el resto del mundo también podríamos aprovechar una ayuda semejante.

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