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Adictos al agua: Beber demasiada agua puede ser peor que beber poco

Beber demasiada agua es tan perjudicial, o más, que beber poco. Si nos pasamos cada día, podríamos estar sufriendo potomanía.

17 febrero, 2015 20:31

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Siempre hemos asociado el agua con la vida. De hecho, eso es lo que se intenta buscar en primera instancia a la hora de detectar vida en otros lugares fuera de la Tierra, además de moléculas orgánicas claro.

Se nos ha dicho que “lo ideal” es beber alrededor de 2 litros de agua diarios, contando alimentos claro (no os confundáis con beber 2 litros líquidos de forma exclusiva como suele pasar).

Pero, como en todo, la dosis es importante para acabar convirtiendo algo beneficioso en un veneno mortal, y el agua no se escapa de esto. Beber demasiada agua, a diario, puede ser incluso peor que sufrir una deshidratación común.

Problemas de beber demasiada agua

Se oye hablar de bondades del agua, como la “desintoxicación”, pero pasarse es incluso peor que quedarse corto de agua. La obsesión o incluso adicción a beber agua, denominada potomania, es el consumo de un exceso diario de agua potable de manera descontrolada (más de 4 litros de agua diarios, llegando a casos que consumen incluso 10 litros por día, una barbaridad). Y, ojo, porque el exceso de agua es potencialmente mortal. Por supuesto hablamos de exceso grave, no de pasarse por medio litro.

Sudor excesivo

Uno de los problemas de beber demasiada agua es el sudor excesivo, también denominado hiperhidrosis, como ya os comentamos en su día en el artículo “Doctor, ¿por qué me sudan las manos?“. Es un problema bastante común por lo que he podido detectar gracias a la gran cantidad de emails recibidos sobre este artículo. El problema es el círculo vicioso ocasionado: Sudamos mucho, tendemos a beber más agua para compensar, y nuestro sistema renal y las glándulas sudoríparas tienden a aumentar el sudor por el aumento de agua. Y así, sigue el círculo.

¿Solución? A parte de consultar a nuestro profesional médico de referencia, es conveniente probar a beber menos agua (siempre en los límites adecuados, sin tender a la deshidratación). Muchos pacientes notan como sudan menos a raíz de disminuir la ingente cantidad de líquido que consumian anteriormente.

Insomnio

Durante el sueño, se libera una hormona reguladora del agua a nivel del organismo, la ADH o hormona antidiurética, cuyo fin es que podamos dormir adecuadamente y nuestros riñones no nos den el aviso de que hay que ir a orinar.

Sin embargo, si le damos un exceso de agua a nuestro cuerpo, los riñones no harán caso a la ADH, y sí al volumen inesperado que tienen que filtrar, lo que en consecuencia nos hará ir a orinar a deshoras.

Insuficiencia renal crónica

A largo plazo, enlazando con el caso anterior, ocurre algo similar  en los inicios de una insuficiencia renal en los individuos diabéticos. En un principio, aumenta la filtración renal de líquido (la diabetes provoca más sed de lo normal, y el beber más ocasiona mayor filtrado y mayor trabajo para los riñones), pero poco a poco los riñones se ven saturados, y la filtración va disminuyendo hasta acabar reteniendo sustancias no deseadas como el potasio (causante de arritmias si supera ciertos limites) o la hormona PTH (causante de picor en etapas avanzadas de la insuficiencia renal crónica).

Hablamos de casos donde los riñones ya están enfermos, ya sea por diabetes o por otras enfermedades, pero el exceso del líquido elemento en cantidades no deseadas no hace más que empeorar la situación.

El agua como veneno

Un caso extremo lo podemos ver en el Daily Mail, donde se habla de Jacqueline Henson, una mujer de 40 años que falleció en 2008 por intoxicación por agua. Dicha mujer, todo sea dicho, se encontraba en un programa de pérdida de peso muy estricto, y acabó muriendo tras la ingesta de 4 litros de agua en apenas dos horas.

Esto se debe a que un exceso de líquido en un corto espacio de tiempo deja poco margen de maniobra a nuestro organismo para compensar la situación, y el equilibrio de sales e iones de nuestro organismo no puede volver a la normalidad tan rápido. Los riñones se ven saturados, y los niveles de sales iónicas en sangre también se acaban afectando, causando en primera instancia dolor de cabeza y posteriormente un fallo renal agudo por intoxicación por agua. Por su parte, las células cerebrales también se acaban afectando, pues al haber demasiado líquido exterior compensan absorbiendo agua, hinchandose, aumentando la presión del cráneo y, en casos graves, causando hiponatremia (falta de sales, que puede ser fatal).

Como veis, el exceso es tan malo o más que el defecto.

¿Cuánta agua es realmente necesaria para el día a día?

Como hemos dicho, todos los casos anteriores se deben a un exceso de consumo de agua diario, ya sea más lento o más corto, pero siempre excesivo (más de 3 – 4 litros diarios). Pero, ¿cuánta agua es la cantidad ideal?

Según las últimas recomendaciones del Instituto de Investigación Agua y Salud, para un hombre adulto la cantidad máxima deberían ser 3 litros, y para una mujer adulta 2,2. Os dejo la tabla detallada aquí:

OJO, vuelvo a recordar que dentro de estas cantidades de agua también se incluyen otras bebidas (té, café, leche, zumos) o alimentos (frutas, verduras, y demás alimentos). También podemos incluir las bebidas alcohólicas o refrescos, con un elevado porcentaje de agua, pero su elevado porcentaje de azúcar no las hace recomendables evidentemente.

Por otra parte, para acabar y aunque sea de sentido común, si realizamos ejercicio físico a diario o cualquier actividad de esfuerzo, la cantidad de agua que necesitaremos ingerir se elevara de forma proporcional. No es lo mismo pasar un día de reposo que un día con 2 horas de ejercicio físico, evidentemente. Los cambios o modificaciones a estas medidas de ingestión de agua deben ser en relación a nuestra actividad diaria.