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Galileo shot first: La Relatividad de la que nadie habla

20 agosto, 2014 11:19

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Corría el año 1916 cuando Albert Einstein terminó el tratado más revolucionario desde Sir Isaac Newton. Desde entonces, hablar de relatividad en ciencia (e incluso fuera de ella) nos trae a la cabeza irremediablemente el nombre de este alemán con pinta de loco. Sin embargo, no es la de Einstein la única teoría de la relatividad, ni mucho menos. Siglos antes, otro genio de estos que siempre recordaremos estableció una teoría de la relatividad que sentó las bases del estudio de movimientos. Su nombre, Galileo Galilei.

Nadie puede poner en duda la importancia de Einstein en la vida moderna, tampoco lo pretendemos. Lo que si queremos es dar una mejor perspectiva de lo que Einstein hizo y de cómo estaba la física hasta la llegada del científico alemán. Mucho antes que él, antes incluso de que Newton publicara su Principia Mathematica, Galileo Galilei estableció las bases del estudio de movimientos a través de lo que puede considerarse la primera Teoría de la Relatividad. Aunque bastante limitada, esta teoría galileana tiene un gran mérito si tenemos en cuenta cuándo se presentó.

No hace falta presentaros a Galileo, pero nunca está de más recordar por qué es recordado dentro del ámbito de la ciencia. Galileo es considerado el padre de la ciencia por introducir el método científico como el mejor método para sistematizar estudios y llegar a conclusiones válidas para siempre. Este italiano también es conocido por realizar un montón de estudios sobre el movimiento de los objetos en pos de superar el “los objetos se paran porque se cansan” de Aristóteles que hasta entonces era un verdad científica.

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Además de los famosos experimentos de caida libre desde la torre de Pisa, y su fallido intento de medir la velocidad de la luz, Galileo nos dejó su gran teoría sobre el movimiento. De esta, lo mejor con diferencia es su estudio sobre el movimiento relativo de un objeto respecto a otro. Pero antes debemos saber qué es un marco de referencia inercial. Este palabro define un sistema de referencia que tomaremos como fijo. Para que podamos decir que un marco de referencia es inercial este debe mantener un movimiento con velocidad constante (o nula).

Según Galileo, todos los marcos de referencia inerciales son igualmente válidos; todas las leyes de la física se mantienen inmutables. De esta forma es imposible distinguir entre dos marcos de referencia inerciales cuál está en movimiento y cual se mueve o con qué velocidad se mueve cada uno. Es por eso que aunque la Tierra (y nosotros con ella) se mueve a más de 1.000km/h (dependiendo de la latitud) no somos capaces de apreciarlo, ni tenemos forma de medir este movimiento sin otro punto de referencia externo, como el Sol.

Pero el Sol realmente tampoco está quieto, ni la Galaxia… No puede decirse de ningún objeto que esté en movimiento absoluto, tan solo podemos hablar de su movimiento en relación a otro punto. Este efecto es muy notable cuando estamos en un tren en la estación y pasa otro al lado nuestro; no sabemos con certeza si nos movemos nosotros o ellos. En el resto de situaciones es nuestra intuición la que nos dice que somos nosotros los que nos movemos porque “la Tierra está quieta”.

Es posible que alguno haya pensado ya sobre esto, o se lo hayan contado, pero en 1613 esto fue un resultado mayúsuculo y una base importante para que Newton produjera sus leyes universales sobre el movimiento, que aún a día de hoy son una de las obras más bellas e importantes de la historia de la ciencia. En este sentido la relatividad de Einstein es una superación que incluye más casos.

La relatividad de Einstein, entre otras cosas, propone que todos los sistemas de referencia son igualmente válidos, inerciales o no; y que es imposible distinguir un objeto acelerado de uno atraído por una fuerza tipo gravedad. Para ello Einstein tuvo que romper con la idea de que el tiempo y el espacio son cosas universales y definirlos en función de cada marco de referencia, de forma que el concepto de eventos simultáneos es totalmente dependiente de nuestro punto de referencia.

Galileo es uno de los científicos más importantes de la historia, no solo por ser su “creador”, sino por los grandes avances y revolucionarios planteamientos; principalmente la separación religión-ciencia. Con este artículo le rendimos un pequeño homenaje a la vez que sacamos a la luz una teoría bella, cotidiana pero eclipsada por otra más reciente y rompedora.