El astronauta español Pablo Álvarez

El astronauta español Pablo Álvarez ESA Omicrono

Defensa y Espacio

Pablo Álvarez, un año de astronauta: “Aunque soy ingeniero me podría tocar empastar la muela a otro”

"Hasta que no me vea en el cohete preparado para lanzarme al espacio no se convertirá en algo real" / "Hay muchas empresas del sector aeroespacial en España que están haciendo las cosas muy bien. Estamos en el camino correcto" / "Para Europa es muy importante tener autonomía de acceso al espacio, ser independientes"

26 diciembre, 2023 00:59

Desde hace algo más de un año, cada día en la vida de Pablo Álvarez es como subirse a un cohete para explorar lo desconocido. A veces, literalmente. Porque este ingeniero aeronáutico, nacido en León en 1988, es desde noviembre de 2022 uno de los cinco astronautas titulares de la Agencia Espacial Europea y está destinado a convertirse en el primer astronauta español que viaja al espacio 30 años después de que lo hiciera Pedro Duque.

Especializado en ingeniería aeroespacial tras pasar por la Universidad Tecnológica de Varsovia, Álvarez habla con fluidez español, inglés, francés y polaco. Ya tenía experiencia en el sector espacial después de trabajar en el diseño, desarrollo y pruebas del rover ExoMars (ahora llamado Rosalind Franklin, con un lanzamiento previsto para 2028) como ingeniero de Airbus, pero nada le había preparado para todo lo que ha tenido que afrontar en los últimos meses.   

El astronauta español, que acaba de volver del Centro Espacial Houston de la NASA tras una visita de una semana, habla con EL ESPAÑOL-Omicrono por videoconferencia desde una oficina del Centro Europeo de Astronautas en Colonia (Alemania). Pese a lo exigente del entrenamiento al que se está sometiendo con el objetivo de ir a la Estación Espacial Internacional (y, con suerte, a la Luna), su permanente sonrisa transmite el entusiasmo contagioso del niño que siempre soñó con ir al espacio y cada día está un poco más cerca de conseguirlo.

Pablo Álvarez (arriba a la izquierda) junto al resto de la promoción de astronautas de la ESA

Pablo Álvarez (arriba a la izquierda) junto al resto de la promoción de astronautas de la ESA ESA Omicrono

Hace un año le comunicaron que había sido seleccionado como astronauta de la ESA entre 22.500 candidatos. ¿Ha tenido tiempo de hacerse a la idea de que va a ir al espacio?

Poco a poco te vas acostumbrando a la idea, sobre todo a partir del primer día que vienes aquí a la Agencia Espacial Europea y ves que el objetivo de todo el mundo que trabaja contigo es que vayas al espacio. Una vez que te unes aquí al Centro Europeo de Astronautas, se va haciendo todo más real. De momento estamos en medio del entrenamiento básico y todavía queda bastante tiempo para una misión. Creo que hasta que no me vea realmente en el cohete preparado para lanzarme al espacio no se convertirá en algo real.

¿Cómo ha cambiado su vida desde entonces?

Imagínate, eres un ingeniero y tienes un trabajo normal y 24 horas después te anuncian como astronauta y estás dando entrevistas por todos lados. Tu trabajo de repente consiste en aprender muchas cosas nuevas, de todo tipo de asignaturas y materias: idiomas, cosas más operativas, actividades extravehiculares... todo para prepararte para una misión espacial. Hay muy pocas cosas de mi vida anterior que se parezcan a la nueva, es un cambio de 180 grados en muchos sentidos.

Hay muy pocas cosas de mi vida anterior que se parezcan a la nueva, es un cambio de 180 grados en muchos sentidos.

¿Cómo es un día en el Centro Europeo de Astronautas, a qué cosas se enfrenta?

No tenemos rutina porque hacemos tantas cosas distintas que no hay dos días iguales. Tengo aquí la lista de asignaturas que hemos tenido que estudiar: ciencia de los materiales, meteorología, agencias espaciales, historia de los vuelos espaciales... También nos han enseñado, por ejemplo, cómo hacer fotos y vídeos en el espacio, porque una vez que estemos allí tenemos que ser nosotros los que produzcamos el material. También hemos tenido entrenamiento médico, psicología, comportamiento humano, un entrenamiento de supervivencia en agua, física, biología, preparación para experimentos, ingeniería, observación de la Tierra... ¡hasta me han metido en una centrifugadora!

Han sido ocho meses muy intensos, así que no, no nos aburrimos. También hemos tenido varios viajes para conocer las sedes de la Agencia Espacial Europea. Justo hace una semana estuvimos en el Centro Espacial Houston de la NASA.

¿Cuál ha sido el mayor desafío hasta ahora?

Quizá la variedad de todo lo que tienes que aprender. Me esperaba algo un poco más operativo y destinado a la misión en la Estación Espacial Internacional. En realidad, este primer año está centrado en aprender muchas cosas genéricas sobre el mundo en el que estamos, que también es normal porque cada uno tiene un pasado distinto. Hay pilotos, ingenieros, médicos, científicos, astrofísicos... esas son las profesiones de los cinco que estamos en entrenamiento ahora mismo. Y todos tenemos que ponernos al mismo nivel en todas las asignaturas. Luego, una vez que se te asigna una misión, ya empieza el entrenamiento más operativo y específico.

En cuanto al entrenamiento físico, ¿también es muy exigente?

Sí, hay varias sesiones de gimnasio todas las semanas y tenemos que mantenernos bastante activos y sanos, porque tenemos que llegar en buena forma a nuestra misión. En el espacio el cuerpo, los músculos y los huesos se deterioran mucho. Cuanto mejor llegues a nivel físico, mejor vas a volver.

Una vez que estemos en la ISS también tendremos que hacer todos los días 2 horas y 30 minutos de ejercicio, para que el cuerpo se deteriore menos. Por eso conviene estar acostumbrado, desarrollar la técnica adecuada para no lesionarte, porque si te lesionas en el espacio vas a tener un problema muy serio, incluso puedes poner en riesgo la misión o tu salud.

Entrenamiento físico junto a sus compañeros

Entrenamiento físico junto a sus compañeros ESA Omicrono

Como ingeniero aeronáutico, ¿tendría un cometido especializado en esa futura misión?

En la ISS no seremos muchos, así que todos tenemos que saber de todo. Quizá un médico puede estar más especializado en cuestiones de salud y un ingeniero en temas de mantenimiento y reparaciones más específicos, pero en general todos tenemos que estar preparados para hacer todo. Por eso tenemos una formación tan larga y tan variada aquí. En cualquier momento tenemos que saber cómo iniciar un procedimiento y cómo ejecutarlo, sea el que sea. Aunque soy ingeniero, en un momento dado me puede tocar sacarme sangre para un experimento en el que yo sea el sujeto de prueba, o empastar una muela a mi compañero.

Antes hablaba de sus compañeros de promoción. ¿Cómo es su relación personal con ellos? ¿Aquello es como un Gran Hermano de astronautas?

Sí, pero parte del proceso de selección también consistía en escoger a las personas adecuadas con las que sea muy fácil convivir. Al final, no sólo en la estación espacial sino también aquí en la Tierra, pasamos muchísimo tiempo juntos, a veces trabajando bajo mucha presión... y la verdad es que son geniales.

Nos llevamos muy bien y rápidamente se han convertido en amigos para mí. La gente tiene muchas veces la idea, quizá por las películas, de que es un entorno súper competitivo. Pero lo que me he encontrado yo es todo lo contrario. Es gente que sabe trabajar en equipo, que siempre te va a echar una mano en cuanto pueda. 

¿Confiaría ciegamente en ellos en un entorno tan extremo como una misión espacial?

Sí, sin ninguna duda. Otra característica que notas rápidamente es que suelen ser esa gente que inspira mucha, mucha confianza. Lo ves durante el entrenamiento: les ponen en un simulador el primer día y saben lo que están haciendo, se toman todo muy en serio y son bastante perfeccionistas. Tienen unas cualidades especiales, sin duda.

El astronauta español Pablo Álvarez

El astronauta español Pablo Álvarez ESA Omicrono

¿Cuáles son los siguientes pasos del entrenamiento hasta esa primera misión en la Estación Espacial Internacional?

El entrenamiento básico acaba en abril y luego estaría a la espera de que se me asigne una misión. En principio, los cinco que estamos entrenando ahora volaremos a la estación espacial entre 2026 y 2030, aunque todavía no tenemos un orden definido. Si lo comunicaran en el próximo año, necesitaremos dos años de entrenamiento específico para la misión, así que si me asignan una misión en 2024 entraría en ese ciclo.

Antes de ir tienes que formarte en todos los módulos de la Estación Espacial Internacional, por lo que pasas bastante tiempo en California y Houston, en Canadá, en Japón, en Rusia y aquí en Europa, los lugares donde se han fabricado los distintos módulos [y donde practican en réplicas a escala real]. Durante ese tiempo también estás preparándote para los experimentos que tendrás que llevar a cabo en esos seis meses de misión. Participas en unos 200 o 250 experimentos distintos y tienes que estar al tanto de todo lo que vas a hacer.

Estamos en los albores de una nueva era de la exploración espacial, con misiones tan importantes como Artemis y prodigios de la ingeniería como Starship de SpaceX. Para alguien que siempre ha soñado con ser astronauta y lo ha conseguido, debe ser un momento fantástico... 

Desde luego, estamos viviendo una revolución en el sector espacial, todo está cambiando muy rápido. Vamos a volver a la luna 50 años después y lo vamos a hacer para quedarnos, porque esta vez la idea es establecer bases allí. Tenemos que aprender tanto científicamente como tecnológicamente y saber todo lo que necesitamos para ir todavía más lejos y llegar a Marte. Es un momento increíble no sólo para mí, sino para toda la humanidad, pero tener la oportunidad de vivirlo desde dentro es todavía más apasionante.

Es un momento increíble no sólo para mí, sino para toda la humanidad, pero tener la oportunidad de vivirlo desde dentro es todavía más apasionante

En ese sentido, ¿cómo ves los últimos avances de España en el sector aeroespacial, con lanzamientos como el del Miura 1?

Estoy muy ilusionado con todo lo que está pasando en España en ese sentido. Hemos tenido el primer lanzamiento de un cohete comercial con el Miura 1 y estoy deseando ver el Miura 5, que ese sí que va a ser un cohete que va a poner carga útil en órbita. La gente de PLD lo está haciendo genial.

Además, tenemos la Agencia Espacial Española, que está empezando a funcionar ahora. Por fin existe un organismo que tiene una voz única con el resto del sector espacial en Europa y en el mundo, no como antes, que estaba un poco dividida entre varios ministerios y otros organismos. También estamos ahí, fabricando un satélite para Copérnico y participando en el programa de la Unión Europea de Observación de la Tierra. Hay muchas empresas en España que están haciendo las cosas muy bien, creo que estamos en el camino correcto.

Por supuesto, siempre creo que habría que invertir más, porque hacerlo en ciencia e investigación espacial supone invertir en el futuro de todos. Pero bueno, al menos estamos en la línea correcta.

¿Hasta qué punto pueden competir la ESA y las empresas europeas con la NASA y SpaceX? 

Estamos lejos, pero estoy deseando ver el Ariane 6, que ojalá vuele por fin, y también el Vega-C, un cohete para cargas un poco más pequeñas. Ahora mismo el mercado de lanzadores está copado por SpaceX, porque están revolucionando el sector y no hay nadie tan competitivo. Sin embargo, para Europa es muy importante tener esa autonomía de acceso al espacio, ser independientes.

El 2024 va a ser un año importante, espero que muy bueno en ese sentido, también en cuanto a observación de la Tierra. Europa tiene el mejor programa a nivel mundial, tanto con Copérnico como con los satélites que han desarrollado los distintos países. 

Hay quien todavía no entiende la importancia de la exploración espacial. Nadie mejor que un astronauta para explicar por qué es tan fundamental que se sigan destinando recursos a las misiones espaciales...

Muchas veces no somos conscientes de lo presente que está el espacio en nuestras vidas. Cada persona interactúa cada día de media con 200 satélites. Cada vez que usas el GPS estás interactuando con varios, cada vez que enciendes la televisión, cada vez que usas Internet, cada vez que ves la predicción meteorológica... Los incendios y los desastres naturales también se están monitorizando desde el espacio.

En cuanto a las misiones espaciales, sobre todo responde al afán de exploración que tenemos los humanos como especie, pero también sirven para desarrollar muchísimos experimentos médicos, que luego sirven para tratar enfermedades aquí en la tierra.

En un entorno de microgravedad que no tenemos en nuestro planeta, las cosas se comportan de otra forma. Es un ejemplo que siempre pone Sara García, mi compañera, que es la experta en esto. Una célula cancerígena podría comportarse de manera menos agresiva en microgravedad, porque es un entorno hostil para ella. Si eres capaz de reproducir eso, ya sea con un medicamento o con una terapia, eso puede llevarte a desarrollar nuevos métodos o fármacos.

Ya que la menciona, ¿habla a menudo con Sara García? ¿Le ha dado mucha envidia que usted sea astronauta titular y ella se haya quedado de reserva?

Somos muy amigos y ella tiene una carrera apasionante, le encanta la investigación que está desarrollando en el CNIO. Una de las cosas que creo que más le hubieran dolido sería dejarla a medias. Estoy seguro de que en algún momento va a tener su oportunidad y su misión, y espero que también pueda desarrollar parte de su investigación contra el cáncer en el espacio. No hay nadie mejor que ella para hacerlo. 

Por último, ¿qué es lo que más echa de menos de España y de su tierra, León? 

He vivido casi 12 años fuera de España, de León me fui con 19, así que estoy bastante acostumbrado (ríe). Lo que más echo de menos es lo típico, mi familia, mis amigos, la comida y el tiempo. Aquí estoy, mirando por la ventana en Alemania y hace un tiempo horrible. Pero bueno, supongo que todo lo demás compensa.

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