La GameKid ha sido presentada como la consola portátil basada en Raspberry Pi ideal para los que añoran los juegos de antaño.

En la actualidad las consolas, ya sean portátiles o no, son tremendamente frágiles, parece que no podemos mirarlas mal sin que se rompan; todo fruto de su gran complejidad y la miniaturización de componentes.

Antes la cosa no era así; los niños de antes podían llevarse la consola portátil encima y de alguna manera sobrevivían a la experiencia; los creadores de la GameKid quieren recuperar esta filosofía de fabricación para crear una consola que “pueda ser atropellada por un tanque”.

La consola portátil basada en Raspberry Pi para los nostálgicos

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Por eso el aspecto de la GameKid tiene ese aire retro, inspirado en la Game Boy; cabe con dificultades en un bolsillo, le sobra espacio por todos lados y su diseño es el de un ladrillo. Pero pese a todo, o tal vez gracias a eso, tiene su encanto. En lo único en lo que mejora a las consolas de antes es en las opciones: tenemos cuatro botones en vez de dos, además de la cruceta direccional y los botones de Start y Select.

La GameKid es compatible con los modelos de Raspberry Pi A+, B, y 2, y ha sido configurada con RetroPie para emular todo tipo de consolas; en nuestras manos tendremos acceso por lo tanto a miles de juegos clásicos en su diminuta pantalla. Cuenta con altavoces estéreo y salida de audio jack, además de HDMI para conectarlo a una pantalla; si le ponemos un teclado y ratón, podemos usarlo como un mini ordenador. En su interior tiene una batería de 2.500 mAh capaz de durar más de cinco horas con una Pi A+, por lo que en ese aspecto también notaremos los avances de las últimas décadas.

Podemos conseguir un kit de GameKid por 99 dólares, pero la Raspberry Pi se vende por separado y tendremos que montarla por lo que puede que sea demasiado cara si no somos demasiado nostálgicos, aunque todavía estamos a tiempo de conseguir una GameKid completa y montada por 139 dólares.