Militar de la BRIPAC apuntando con el misil antitanque Spike.

Militar de la BRIPAC apuntando con el misil antitanque Spike. BRIPAC

Observatorio de la Defensa

Defensa asegura que prescindir de tecnología israelí no implica un "incremento significativo de los costes" de los programas

Desde el Ministerio de Robles también aseguran la "plena operatividad de las Fuerzas Armadas" y garantizan que ninguna capacidad se verá afectada.

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Las claves

El Ministerio de Defensa asegura que prescindir de tecnología israelí en programas militares no supondrá un incremento significativo de los costes previstos.

España ha cancelado o modificado programas clave como el lanzacohetes SILAM y los misiles Spike, sustituyendo componentes israelíes por alternativas nacionales o europeas.

Defensa afirma que el proceso busca reforzar la autonomía estratégica y aprovechar las capacidades de la industria española y europea, sin afectar la operatividad de las Fuerzas Armadas.

El Gobierno no detalla qué partes han sido sustituidas ni qué empresas españolas o europeas han asumido la producción de los componentes reemplazados.

El rechazo frontal de cualquier tipo de tecnología israelí aplicada al sector de la defensa en España ha supuesto un importante cambio en la hoja de ruta de los principales actores industriales.

Programas muy importantes como el lanzacohetes SILAM, misiles Spike, los designadores láser para los cazas Eurofighter o equipos críticos como las radios contaban con participación de compañías de Israel.

Desde el Ministerio de Defensa, alineado con el resto del Gobierno, decidieron, a mediados de octubre, poner negro sobre blanco las restricciones y embargos. Un proceso que no estuvo exento de polémica y que desde Podemos calificaron de demasiado blando.

Sin embargo, el cambio de parecer respecto a la incursión de tecnología israelí llevaba fraguándose varios meses en el seno del Ministerio encabezado por Margarita Robles.

Tanto es así que las compañías encargadas de sacar adelante los programas afectados por los cambios en la política de defensa del Gobierno ya se encontraban evaluando opciones y alternativas. Un proceso que se ha llevado —y que sigue vigente— a contrarreloj.

Este golpe de timón ha generado cierta desconfianza sobre el cumplimiento de los calendarios y cronogramas aceptados por la Dirección General de Armamento y Materiales (DGAM) y el tejido industrial armamentístico español.

Ante estas dudas, el grupo parlamentario Vox preguntó al Gobierno por escrito planteando dos preguntas.

La primera, sobre cuánto prevé el Ejecutivo que costará sustituir la tecnología de Israel. Y la segunda, preguntando si el Gobierno garantiza que no se producirá ninguna "reprogramación", refiriéndose a cambios en el cronograma establecido, de ningún programa afectado.

Respuesta de Defensa

Ante esas dos preguntas emitidas por Vox el 22 de septiembre, el Ministerio de Defensa ha asegurado que mantiene como "prioridad el fortalecimiento de la base industrial y tecnológica nacional y europea".

Lanzacohetes Silam

Lanzacohetes Silam Escribano

Con el "objetivo de garantizar la autonomía estratégica y reducir dependencias externas".

"En coherencia con este objetivo, se está procediendo a la incorporación progresiva de sistemas, repuestos y componentes suministrados por empresas de la industria española y, en su caso, europea", apuntan desde Defensa.

Este proceso lo están llevando a cabo "en estrecha colaboración con la base industrial y tecnológica de defensa y no implica un incremento significativo de los costes previstos".

Además, está "orientado a reforzar la autonomía estratégica y a aprovechar las capacidades de la industria nacional".

También apuntan a que el Plan Industrial presentado por el propio presidente Sánchez en abril de 2025 prevé la "reconversión de programas previos a su implantación, de tal manera que los nuevos sistemas de armas contarán con tecnología" de procedencia española o europea.

"El plan se está desarrollando de forma planificada y coordinada", apuntan.

"Garantizando que ninguna capacidad operativa de las Fuerzas Armadas ni ningún Plan Especial de Modernización se vea afectado, asegurando la plena operatividad de las Fuerzas Armadas", finaliza.

Esta respuesta deja algunos flecos sueltos importantes. El primero es qué entienden en Defensa por "incremento significativo de los costes previstos". Principalmente al tratarse de programas, en su mayoría, de varios cientos de millones de euros.

Tampoco hace referencia específica a las partes de los sistemas que se han sustituido por ser de origen israelí ni qué compañías —españolas o europeas— se han hecho cargo de ellas.