Avión T-7A Boeing
BAE Systems se alía con Boeing y Saab para ofrecer el T-7A como nuevo entrenador de los pilotos de combate británicos
Reino Unido dispondrá de los mismos aviones de instrucción con los que cuenta la Fuerza Aérea de Estados Unidos, en reemplazo de los actuales Hawk.
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Al igual que España, el Reino Unido está en la búsqueda de un nuevo avión de entrenamiento con el que adiestrar a sus futuros pilotos de combate. Esto después de que el primer ministro británico, Keir Starmer, anunciara el pasado julio los planes de su gobierno de sustituir los míticos Hawk, en servicio en la Royal Air Force desde finales de los años '70, por un modelo más moderno.
En este sentido, la estrategia elegida por Londres es similar a la de Madrid: optar por un avión ya existente pero que gran parte de fabricación se lleve a cabo en su propio territorio y mediante una importante participación de la industria nacional de la defensa.
De esta manera, España ha seleccionado el Hürjet diseñado por la empresa turca TAI, mientras que todo indica que Reino Unido se ha decantado por el T-7A Red Hawk, desarrollado de forma conjunta entre la estadounidense Boeing y la sueca Saab para la Fuerza Aérea de Estados Unidos.
Precisamente, BAE Systems ha comunicado este martes que ha sellado una alianza con estas dos compañías para ofrecer a la RAF un nuevo avión entrenador en base al diseño del T-7A, "pieza central de esta colaboración".
"Nuestra nueva colaboración con Boeing y Saab nos permitirá presentar una propuesta atractiva a la Real Fuerza Aérea y a nuestros clientes internacionales, aprovechando la última tecnología en sistemas de entrenamiento y un avión de entrenamiento a reacción de primera clase", ha explicado Simon Barnes, director general del sector aéreo de BAE Systems.
Avión T-7A de EEUU Saab
De acuerdo a lo informado por la empresa británica, el ensamblaje final de los futuros aparatos se llevará a cabo en Reino Unido, generando empleos de alto valor en el país. Los tres socios involucrados en este proyecto desarrollarán tanto el sistema de entrenamiento propiamente dicho como los sistemas de misión asociados.
Asimismo, las compañías explorarán formas de ampliar la cadena de suministro británica para la aeronave, según ha detallado BAE Systems a través de un comunicado. "Esta colaboración potencia nuestras capacidades tecnológicas, fortalece la base industrial transatlántica y ofrece oportunidades para el desarrollo conjunto", ha afirmado Bernd Peters, vicepresidente de Desarrollo de Negocios y Estrategia de Boeing Defense.
Un avión pensado para EEUU
El T-7A ha sido desarrollado siguiendo los requerimientos de la US Air Force que, en 2018, escogió el avión como reemplazo de sus unidades T-38C Talon. Cinco años antes, Boeing y Saab habían alcanzado un acuerdo de desarrollo conjunto para concebir una aeronave con la que concurrir a la licitación lanzada por el Pentágono.
La asociación entre ambas empresas, que abarca áreas como el diseño, la producción, el soporte, las ventas y el marketing, se ha prolongado a lo largo de la última década. En esta alianza, la compañía sueca es responsable de fabricar la sección trasera del fuselaje, que incluye la parte posterior de la aeronave, desde donde termina la cabina hasta el cono de cola, junto con los subsistemas asociados.
"La sólida alianza entre Boeing y Saab permitió desarrollar el T-7A como la mejor solución mundial para la formación de pilotos del futuro. Gracias a la colaboración con BAE Systems, el Reino Unido podrá contar con un digno sucesor del Hawk", ha señalado Lars Tossman, director del área de negocio aeronáutico de Saab.
Sus fabricantes aseguran que el T-7A es un sistema de entrenamiento de vanguardia para tripulaciones aéreas de cuarta, quinta y sexta generación, que ofrece un salto generacional en capacidades.
Aviones T7-A de EEUU Saab
Además, su diseño versátil le permite adaptarse a las tecnologías y requisitos de misión cambiantes, entrenando a nuevos pilotos para volar los aviones de combate/aviones rápidos y bombarderos polivalentes más avanzados del mundo.
La aeronave se ha diseñado teniendo en cuenta el mantenimiento, para reducir costes y complejidad. El soporte logístico integrado, tanto a bordo como en tierra, así como su alta fiabilidad y disponibilidad, minimizan el coste del ciclo de vida de todo el sistema, según apuntan desde las compañías involucradas en su desarrollo.
El avión de entrenamiento cuenta con un monomotor, doble deriva y asientos tipo estadio que ofrecen una excelente visibilidad desde la cabina tanto al instructor como al alumno. El T-7A está equipado con aviónica moderna y sistemas de visualización avanzados.
El Red Hawk presenta una longitud de 14,1 metros, una envergadura de diez metros y una altura de cuatro. Tiene una velocidad máxima de Mach 1,3 y un alcance de 1.839 kilómetros. Su techo de vuelo es de 50.000 pies.