Miembros de la Fuerza de Guerra Naval Especial, durante unos ejercicios.

Miembros de la Fuerza de Guerra Naval Especial, durante unos ejercicios. Armada

Observatorio de la Defensa

El Observatorio de la Vida Militar: el aumento del gasto en defensa prima los "sistemas de armas" y olvida al personal

Alerta sobre el creciente desinterés de los jóvenes españoles por ingresar en las Fuerzas Armadas, un fenómeno que califica de “muy preocupante” por sus consecuencias a medio plazo.

Más información: El presidente del Observatorio de la Vida Militar: "Sin un salario atractivo, nos costará mucho retener a las tropas"

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Las claves

El Observatorio de la Vida Militar critica que el aumento del gasto en defensa prioriza la modernización de sistemas de armas sobre las mejoras en las condiciones del personal militar.

El informe alerta sobre la falta de atractivo de la carrera militar para los jóvenes, destacando una caída significativa en las solicitudes para acceder a las academias y un déficit de entre 13.000 y 23.000 efectivos.

Las bajas retribuciones y la elevada movilidad dificultan la captación y retención de militares, generando malestar y agravios en comparación con otros colectivos de la Administración.

El Observatorio reclama una revisión urgente de la Ley de la Carrera Militar y una mayor inversión en el personal para asegurar la operatividad y la igualdad en las Fuerzas Armadas.

El Observatorio de Vida Militar acaba de hacer público su informe sobre la situación de las Fuerzas Armadas en 2024, donde critica que “el actual debate geopolítico parece volcar el esfuerzo en modernizar y ampliar los sistemas de armas".

Según señala Mariano Casado, presidente del Observatorio de la Vida Militar al Observatorio de la Defensa de EL ESPAÑOL, “existe una percepción generalizada de que los fondos del Plan de Modernización no se están destinando a mejoras para el personal, lo que genera inquietud y malestar”.

Y lamenta, “no contempla con el mismo énfasis, ni en número ni en preparación, al personal militar que deberá emplearlos”. Es decir: a la hora de elevar el presupuesto de Defensa al 2,1% del PIB como ha prometido el Gobierno se prima el armamento sobre el factor humano.

Las Fuerzas Armadas se enfrentan a un escenario complejo, marcado por la necesidad de modernizar sus capacidades y la urgencia de atraer y retener talento. El Gobierno estableció en abril un aumento de 10.471 millones de euros de inversión en Defensa para llegar al 2%, dividido en 5 partidas

Una de las medidas destacadas es la relativa a las condiciones laborales, la formación y el equipamiento de las Fuerzas Armadas. El plan contempla un incremento de las retribuciones del personal militar un aumento de efectivos, respaldado por una partida presupuestaria de 679 millones de euros.

Según avanzó el Gobierno, en el citado Plan de Modernización, 35,45% de la inversión se destinará a las condiciones laborales y de preparación de la tropa y la marinería y al equipamiento de las Fuerzas Armadas.

Junto con el aumento de las retribuciones, el Ejecutivo también señaló que incrementaría el número de efectivos de las Fuerzas Armadas y modernizará sus sistemas de formación y sus equipamientos, de manera que las condiciones de los soldados españoles se homologuen a las de los soldados europeos y se reconozca mejor la labor de las Fuerzas Armadas.

Pero a pesar de ello, Casado insiste en que “hay una notable falta de publicidad y comunicación sobre las partidas presupuestarias asignadas al personal, en contraste con la alta visibilidad que se otorga a los ámbitos operativo e industrial”. Y recuerda que "Aunque existan partidas específicas para personal, su falta de publicitación dificulta la visibilidad".

El citado Informe del Observatorio señala también que “el continuo avance en derechos está llevando a un incremento de las medidas de conciliación, como se verá más adelante, que deberían haber venido acompañadas de un incremento de efectivos”, lo que “ha producido una prolongada reducción en los últimos años”.

Igualmente, plantea una reflexión sobre cuál debería ser, tras 17 años del escenario que plantea la Ley de la carrera militar, el número de militares con que deberían contar las Fuerzas Armadas españolas en relación con su actual población (49.000.000 aproximadamente).Destaca que “actualmente es de 2,4 militares por cada 1000 habitantes. Lejos del 3.6 de la Unión Europea y del 6 por mil de la OTAN”.

No son atractivas para los jóvenes

Igualmente, el documento, que refleja la situación de las Fuerzas Armadas españolas a lo largo de casi 500 páginas, alerta sobre el creciente desinterés de los jóvenes españoles por ingresar en las Fuerzas Armadas, un fenómeno que califica de “muy preocupante” por sus consecuencias a medio plazo.

Casado recuerda que “si los militares se comparan con otros colectivos como las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado, la diferencia es notable”.

Mariano Casado, en la sede del Observatorio de la Vida Militar.

Mariano Casado, en la sede del Observatorio de la Vida Militar. Yolanda Rodríguez

Más allá de las cuantías, desde el Observatorio reclaman adaptar el sistema retributivo a las particularidades de la vida militar: pagar las guardias, las maniobras o el tiempo que se está fuera de casa, que para algunos supera los 120 días al año. En otros colectivos de la Administración, como el personal estatutario de sanidad, esos conceptos se pagan.

El estudio destaca la caída en un 8,5% de las solicitudes de acceso directo a la carrera de oficial, lo que ha provocado que los aspirantes por plaza pasaran de 4,6 en 2023 a solo 3,5 en 2024. “Cabe destacar que tres años antes, en 2021, esa ratio era de 6,25 por plaza”, apostilla. En el caso de los suboficiales, la proporción entre solicitudes y puestos de acceso directo ha pasado de 6,8 en 2023 a 4,7 en 2024, frente a 8,3 en 2021, lo que ha obligado a dejar plazas vacantes.

Respecto a la tropa y marinería, el número de solicitantes se mantuvo el año pasado, según el informe, pero la ratio bajó hasta 4,2, acentuando el “desplome” que se ha producido desde 2013, cuando se rozaron los 28 aspirantes por cada plaza, lo que dificulta el proceso de selección de los futuros soldados y obliga a bajar el listón para vestir el uniforme.

Aunque aún se mantiene la exigencia de una nota alta para ingresar en las academias militares, el Observatorio subraya que la falta de aspirantes para convertirse en futuros oficiales –la élite de las Fuerzas Armadas— “debe empezar a ser motivo de preocupación” y considera “urgente analizar las causas de ese cada vez más escaso interés”.

La reducción de solicitantes se produce en un momento en que los ejércitos tienen que incrementar el ritmo de reclutamiento para solventar un déficit que el propio informe cifra entre 13.000 y 23.000 militares.

En 2024 ya se produjo un ligero incremento de 329 efectivos respecto al año anterior, hasta sumar 116.739 en servicio activo; aunque siguen siendo 13.300 menos de los que había en 2010.

La disminución del número de aspirantes por plaza no responde únicamente al incremento en el tamaño de las convocatorias. Según el último informe del Observatorio Militar, la causa principal radica en las bajas retribuciones de los militares, consideradas “descompensadas y desfasadas, muy por debajo del resto de la Administración General del Estado y con notables diferencias respecto a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado”.

A este factor se suma la elevada movilidad que caracteriza la carrera militar, que obliga con frecuencia a cambios de destino —solo el año pasado, 19.980 efectivos se trasladaron—. La combinación de traslados constantes, el alto coste de la vivienda y la escasez de ayudas económicas asociadas a estos movimientos lleva a muchos militares a renunciar a ascensos y oportunidades de promoción para evitar mudarse de localidad.

Mariano Casado subraya que "si no hay retribuciones atractivas, nos va a costar mucho retener a la gente, que ya se está yendo en todas las escalas. Si no atendemos esta necesidad, tendremos un problema operativo importante".

Casado asegura a EL ESPAÑOL que “mantener al personal satisfecho es crítico para la exigibilidad operativa. La preparación y la cohesión “no se improvisan”; requieren sistemas bien engrasados y apoyos consistentes”.

Y recuerda que “los apoyos a las familias son “sustanciales e importantísimos”. Los apoyos al personal son manifiestamente mejorables y se mencionan en las conclusiones del informe. Las oficinas de atención al personal necesitan reforzarse o reconfigurarse, aunque la frase queda incompleta”.

Pese a que todos los grupos políticos se han pronunciado por unanimidad en el Congreso a favor de subir el sueldo de los militares, se mantiene desde hace años una situación que el informe califica de “insostenible y gravemente contraria a la igualdad”, sin que “se hayan adoptado medidas eficaces y reales para su solución”.

A modo de ejemplo, la memoria del Observatorio cita las dietas, que se mantienen congeladas desde hace 19 años.

Falta de personal

La falta de personal en las Fuerzas Armadas resulta cada vez más evidente en un contexto de creciente proyección exterior. A lo largo de 2024, un total de 16.809 militares —más del 14% de los efectivos— participaron en misiones internacionales, lo que supone un incremento del 40% respecto al año anterior.

A esta sobrecarga operativa se suman las medidas de conciliación familiar, a las que se acogieron casi 40.000 militares el año pasado, un millar más que en 2023. El informe destaca que la tradicional brecha entre hombres y mujeres en el uso de estas medidas se ha ido reduciendo hasta igualarse en algunas unidades, como la UME.

Los mandos, no obstante, advierten de los efectos colaterales de esta política. Señalan que las medidas de conciliación reducen la disponibilidad operativa de las unidades y aumentan la carga de trabajo de quienes no las disfrutan, generando, según sus propias palabras, “una sensación de agravio”.

El Observatorio subraya que esta situación podría mitigarse con un incremento de las plantillas, una medida que, lejos de implementarse, se ha frenado en los últimos años.

Ley de la Carrera Militar

Otro punto clave, es el desarrollo pendiente de la Ley de la Carrera. El presidente del Observatorio de la Vida Militar insiste en “que la Comisión de Defensa ha reiterado la necesidad de culminar la implementación de la ley de la carrera. Persisten aspectos sin finalizar, especialmente en los cuerpos de ingenieros y sanidad de los ejércitos”.

“La tecnología es estratégica y exige cuidar a los ingenieros. En recientes promociones de acceso a oficiales de los cuerpos de ingenieros han quedado muchas plazas desiertas, señal de problemas de captación y atractividad”, asegura.

Así, desde el citado Observatorio “proponen un análisis a medio plazo, con consensos, sobre la configuración de la carrera, dado que el escenario geoestratégico actual difiere del que inspiró la normativa vigente”. Una revisión, que a su entender “emerge como asunto muy urgente y prioritario”.