Infante de marina español en los Cárpatos

Infante de marina español en los Cárpatos EMAD

Observatorio de la Defensa

La Infantería de Marina, de la Bahía de Cádiz a 2.000 metros en los Cárpatos rumanos: "Nos adaptamos a todos los entornos"

El Tercio de Armada se ha perfeccionado sus capacidades de emboscada, hostigamiento e infiltración en escenarios de alta montaña, junto a la OTAN.

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Pocas son las oportunidades que tiene la Infantería de Marina, una fuerza especializada en el ámbito anfibio y con base en San Fernando (Cádiz), para demostrar sus capacidades en escenarios que se escapan de su zona de confort. Justamente, esto es lo que ha hecho el Tercio de Armada durante su despliegue en Rumanía, bajo bandera de la OTAN.

La unidad de élite de la Armada ha llevado a cabo dos maniobras multinacionales en las que ha puesto a prueba su preparación y operatividad en zonas boscosas y terrenos de gran altitud en los Cárpatos.

"Ambos han consistido en la realización de ejercicios tácticos, de infiltración, exfiltración, reconocimiento y combate ofensivo en zonas de alta montaña", ha explicado a EL ESPAÑOL el teniente Pablo Munilla García, oficial que estuvo al frente del contigente español involucrado en estos operativos.

El primero de ellos, denominado FTx Scorpion, tuvo lugar en Ranca, al norte de Novaci, pleno corazón de los Cárpatos Meridionales. En las faldas del imponente pico Papusa (2.509 metros), una sección española reforzada con un pelotón de reconocimiento y un equipo de sistemas aéreos no tripulados trabajó codo con codo con una sección de reconocimiento portuguesa, una unidad belga y efectivos rumanos especializados en montaña.

Durante tres intensos días de adiestramiento, se llevaron a cabo ejercicios de infiltración y exfiltración en observatorios de altura, patrullas en sectores boscosos y un asalto final conjunto sobre un objetivo cercano al Papusa.

"El principal desafío era el movimiento en zonas de montaña, de alrededor de 2.000 metros de cota, por las condiciones climáticas cambiantes y, sobre todo, por que la unidad de la que provenimos -Brigada de Infantería de Marina "Tercio de Armada"- no solemos realizar este tipo de ejercicios en montaña, por lo que no estamos acostumbrados", ha señalado Munilla.

La interoperabilidad, es decir, la capacidad de coordinarse con aliados de distintos países y compartir procedimientos de combate, se reveló como un pilar esencial para el éxito de las maniobras. "Este objetivo se consiguió en ambas misiones", ha asegurado el teniente español.

Infante de marina español operando un dron durante un ejercicio en los Cárpatos

Infante de marina español operando un dron durante un ejercicio en los Cárpatos EMAD

"El objetivo secundario era poner a prueba el adiestramiento de la unidad, sobre todo en el plano físico, debido a la exigencia del terreno, y fue cumplido con creces", ha explicado el militar.

La capacidad que se pretendía adquirir, principalmente, era la de operar eficazmente en montaña, siendo capaces de realizar, por ejemplo, emboscadas, hostigamientos y asaltos de manera efectiva", ha añadido.

'Eagle Eye'

El segundo gran ejercicio fue Eagle Eye, desarrollado en Soveja, en los montes Vrancea, cerca de la frontera con Moldavia. Allí, se reunieron -nuevamente- unidades españolas, belgas, portuguesas y rumanas, estas últimas pertenecientes al 282 Batallón de montaña.

La primera parte de este entrenamiento consistió en una exposición colectiva del material de cada contingente y en sesiones de cross training: intercambios prácticos que permitieron comparar y unificar procedimientos de movimiento y ocupación de posiciones de observación. Este trabajo previo sentó las bases para la actividad central del ejercicio.

Infantes de marina españoles en los Cárpatos

Infantes de marina españoles en los Cárpatos EMAD

El momento culminante llegó con un enfrentamiento simulado de 48 horas denominado Force on Force. Durante dos días, las unidades españolas y portuguesas se midieron en un escenario táctico contra las belgas y rumanas mediante toda una serie de operaciones tácticas diseñadas para aumentar la cohesión multinacional y la capacidad de reacción de la fuerza en un entorno complejo y cambiante.

"El trabajo realizado con los otros países ha sido excepcional, el nivel de cohesión entre las diferentes naciones que estamos desplegadas en Rumanía es muy alto, debido a que realizamos muchos adiestramientos de manera conjunta. Existe un gran clima de trabajo y siempre es un placer trabajar con fuerzas de otros países", ha destacado Munilla. 

Infantes de marina españoles en Rumanía

Infantes de marina españoles en Rumanía EMAD

En este sentido, el teniente ha subrayado que estos entrenamientos repercuten de una manera "muy positiva" en el accionar de la Infantería de Marina. "Nos permiten ampliar el espectro de capacidades que podemos ofrecer al batallón multinacional. Aunque somos un cuerpo cuyo ámbito principal es el anfibio, en este despliegue estamos demostrando nuestra adaptación a diferentes entornos y nuestra flexibilidad", ha insistido.

El Multinational Battlegroup desplegado en Rumanía es uno de los ocho grupos que la OTAN mantiene a lo largo de su flanco oriental, con el objetivo de reforzar la disuasión y la defensa en esta región estratégica.

España se unió a esta misión el 15 de octubre de 2024, cuando inició el despliegue de tropas y medios en la localidad rumana de Cincu. Con su presencia, las Fuerzas Armadas españolas contribuyen activamente a garantizar la capacidad de respuesta de la Alianza.

A este esfuerzo se han sumado también otros aliados como Bélgica, Luxemburgo, Macedonia del Norte, Polonia, Portugal y Estados Unidos. Todos ellos, bajo la coordinación de Francia, completan las capacidades operativas del Battlegroup y refuerzan así la cohesión de la defensa multinacional en la zona.