Sistema diseñado para bloquear temporalmente los satélites chinos y rusos en caso de conflicto
Rusia convierte la interferencia GPS en una gran amenaza: riesgo para aviones, barcos y redes eléctricas
La Agencia Espacial Europea ha anunciado una inversión de 1.000 millones de euros para desplegar una nueva red de satélites de uso militar.
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Las interferencias de señal GPS han dejado de ser un problema limitado a zonas de conflicto para convertirse en una gran amenaza europea. Desde Kaliningrado hasta Ucrania, los sistemas rusos terrestres son ahora lo suficientemente potentes como para interferir incluso con satélites en órbita baja, poniendo en riesgo la aviación, el transporte marítimo, las redes eléctricas y la seguridad.
El 12 de agosto, la Oficina de Comunicaciones Electrónicas de Letonia confirmó que Rusia está interrumpiendo los sistemas de navegación por satélite desde tres emplazamientos permanentes en los óblasts de Kaliningrado, Leningrado y Pskov. Estas interferencias generan riesgos generalizados para la aviación civil y las infraestructuras críticas en toda la región del mar Báltico.
La agencia lo describe como un “problema creciente” que ha trascendido las fronteras nacionales, obligando a los pilotos a recurrir a métodos alternativos e incluso a suspender vuelos. Se trata de interferencias de “ataque híbrido deliberado” que afecta a la vida cotidiana.
Según los expertos de la industria espacial de Astrolight —una startup lituana especializada en comunicaciones láser para espacio y Tierra—, la prioridad es invertir en tecnología láser resistente a las interferencias. “Los países bálticos están en la primera línea de la guerra electrónica, y esto podría extenderse pronto a otras regiones”, declaró Laurynas Mačiulis, director ejecutivo de la compañía.
“Los satélites, la navegación y las comunicaciones sufren ataques constantes. Necesitamos tecnología resistente a las interferencias ahora, y debe abordarse en toda la OTAN, no solo a nivel local”, asegura.
Hasta ahora, las interferencias y suplantaciones de señales GPS eran vistas como amenazas puntuales, limitadas a aviones o tropas en tierra. Sin embargo, informes desde Ucrania en julio de 2025 revelan un salto alarmante: los sistemas rusos ya pueden perturbar señales GPS de satélites a más de 1.900 kilómetros de altura.
Este avance tecnológico representa una escalada significativa en el ámbito de la guerra electrónica, pues por primera vez se confirma que los sistemas instalados en tierra pueden afectar la precisión y la operatividad de satélites ubicados en la órbita baja de nuestro planeta, con implicancias que van mucho más allá del entorno militar y podrían impactar la infraestructura global.
1.000 millones de euros
Las agencias de la ONU han advertido que estas interferencias amenazan operaciones militares, interrumpen la navegación aérea y afectan al transporte marítimo. La infraestructura civil —desde redes eléctricas hasta sistemas bancarios dependientes de la sincronización GPS— también está en riesgo, lo que pone de relieve la vulnerabilidad de los enlaces de radiofrecuencia (RF) ante interferencias de alta potencia.
En respuesta, la Agencia Espacial Europea, ha tomado mediadas y ha anunciado una inversión de 1.000 millones de euros para desplegar una nueva red de satélites de uso militar.
El comisario europeo de Defensa y Espacio, Andrius Kubilius, urge a fortalecer la coordinación en la UE para enfrentar los ataques híbridos rusos. “La estrategia de guerra híbrida y total de Rusia en Europa es clara", advirtió Kubilius, citando desde los ataques a Ucrania hasta el sabotaje y la interferencia política en toda la región. "Estas acciones demuestran que las amenazas híbridas están ocurriendo ahora mismo, y debemos responder con mayores inversiones y tecnología aún más potente”.
Los riesgos de la guerra electrónica van mucho más allá de la infraestructura física y política. “Creemos que los satélites de órbita baja serán el próximo objetivo de la guerra electrónica del enemigo. En zonas de conflicto, estos satélites son imprescindibles para aportar inteligencia en tiempo real y monitorear infraestructuras críticas”, advierte Laurynas Mačiulis, director ejecutivo de Astrolight.
En los últimos dos años, la Dirección de Inteligencia de Defensa de Ucrania (GUR) ha confirmado la destrucción de más de 1.500 objetivos rusos, valorados en miles de millones de dólares, gracias al uso de imágenes obtenidas mediante satélites radar ucranianos. Este tipo de tecnología está demostrando ser fundamental en la defensa y la gestión de grandes operaciones militares.
Tecnología láser
“La comunicación basada en láser es la única tecnología actual que ofrece verdadera inmunidad contra estas amenazas de guerra electrónica de nueva generación y puede proteger de forma fiable nuestros satélites contra interferencias y bloqueos”, afirmó Mačiulis.
A diferencia de la radiofrecuencia, las comunicaciones láser son altamente direccionales y difíciles de interceptar, ya que sus haces tienen un ancho inferior a milésimas de grado.
Astrolight ha desarrollado un sistema de comunicación láser de última generación diseñado para operar en entornos conflictivos, proporcionando enlaces ininterrumpidos de alta velocidad entre satélites y tierra. Esta tecnología puede emplearse tanto en plataformas terrestres como en el espacio.
La compañía ya demostró su sistema POLARIS con la Armada lituana durante el verano, logrando comunicación segura entre buques. En septiembre, participará en maniobras REPMUS junto a aliados de la OTAN para validar estas capacidades en escenarios operativos reales.