Fragata española de la clase Santa María

Fragata española de la clase Santa María Armada Omicrono

Observatorio de la Defensa

Una fragata de la Armada persigue a un submarino y un buque de Rusia en las proximidades del Estrecho

Desde el Estado Mayor de la Defensa no han especificado cuándo ni dónde se ha producido el seguimiento del sumergible ruso.

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La fragata Reina Sofía (F-85) de la Armada ha hecho seguimiento a un submarino y a un buque auxiliar de Rusia que transitaban por aguas próximas al Estrecho, según ha informado este martes el Estado Mayor de la Defensa (EMAD).

El EMAD ha puntualizado que se trataba del sumergible Novorossiysk y el buque auxiliar Yakov Grebelsky, pero no ha especificado ni cuándo ni dónde se produjo el seguimiento. Al finalizar su labor, la fragata española atracó en el puerto de Melilla. 

El trabajo de la Reina Sofía se enmarca en la activación Sinergia 25, en la que el Mando Operativo Marítimo (MOM) ha reforzado la vigilancia en aguas del Estrecho, el mar Mediterráneo y el archipiélago canario.

Las operaciones se monitorizan desde el Centro de Operaciones y Vigilancia de Acción Marítima (COVAM), ubicado en Cartagena (Murcia), que vigila las operaciones que ejecutan unidades de los tres ejércitos para garantizar la seguridad.

El submarino Novorossiysk, perteneciente a la clase Kilo, forma parte de la flota que Rusia mantiene en el Mar Negro. Moscú dispone de diez unidades de este tipo, cuya construcción comenzó en 2010.

De ellas, seis fueron asignadas a la escuadra desplegada en esta región marítima, que comparte, principalmente, con Ucrania y Turquía, y entraron en servicio entre 2014 y 2016. Las otras cuatro fueron dirigidas hacia la Flota del Pacífico y comenzaron a incorporarse a partir de 2019.

Los sumergibles de la clase Kilo funcionan con un sistema de propulsión diésel-eléctrico y están equipados con torpedos, minas y misiles que se lanzan desde seis tubos disponibles en el casco. Cada unidad mide 74 metros de largo y 6,5 metros de ancho, alcanzando bajo el agua una velocidad máxima de 20 nudos.

Aunque la profundidad operativa de los submarinos es uno de los secretos mejor guardados por las armadas que cuentan con estas naves, se estima que los Kilo pueden navegar habitualmente a unos 240 metros, llegando en casos extremos a los 300 metros.  Además, cada embarcación cuenta con una autonomía de 45 días y requiere una tripulación compuesta por 52 marinos.