Dron Reaper lanzando un misil
Trump abre la puerta a la venta de drones MQ-9 Reaper a Arabia saudí: 122.000 millones de euros en juego
Aliados de Washington en Europa y el Pacífico también podrían acceder con mayor facilidad a esta tecnología
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El presidente estadounidense Donald Trump planea reinterpretar un tratado internacional de Control de Tecnología de Misiles (MTCR, por sus siglas en inglés), firmado en 1987, por Estados Unidos y otros 34 países, para facilitar la venta de drones militares pesados —como los conocidos MQ-9 Reaper— a países aliados, según avanza Reuters.
El giro normativo abriría la puerta a negocios de miles de millones de dólares, empezando por la posible venta de más de un centenar de drones MQ-9 Reaper a Arabia Saudí, dentro de un megacontrato militar estimado en 142.000 millones de dólares (122.280 millones de euros).
Y no sería el único interesado: aliados de Washington en Europa y el Pacífico también podrían acceder con mayor facilidad a esta tecnología, lo que pondría en marcha una nueva ola de exportaciones para la industria de defensa estadounidense.
La clave está en la manera de catalogar estos drones: en lugar de tratarlos como “sistemas de misiles” —lo que limita mucho su exportación según el citado Régimen de Control de Tecnología de Misiles (MTCR) —, la Administración Trump busca equipararlos a aviones de combate como el F-16.
Esta medida permitiría que países como Emiratos Árabes Unidos y naciones de Europa del Este, que hasta ahora se encontraban con trabas y restricciones para acceder a drones militares avanzados estadounidenses, puedan comprar esta tecnología de forma más rápida y sencilla.
Los grandes fabricantes estadounidenses, como General Atomics, Kratos y Anduril, serían los principales beneficiados, ya que sus drones pasarían a estar bajo el sistema de “Ventas Militares Extranjeras” del Departamento de Estado, lo que facilita contratos internacionales.
Con esta decisión, el gobierno de Trump buscaría contrarrestar la creciente competencia de China, Israel y Turquía, que han ganado terreno en el mercado global al vender drones con menos restricciones.
Turquía, por ejemplo, ha popularizado sus drones Bayraktar-TB2, usados activamente en Ucrania, mientras que Rusia recurre tanto a sus propios drones como a modelos iraníes en la guerra.
Funcionarios estadounidenses, citados de forma anónima por Reuters, defendieron la medida asegurando que permitirá a Estados Unidos recuperar el liderazgo en este sector estratégico y no dejar espacio a rivales como Ankara y Pekín.
Críticas
No obstante, según la citada agencia, la iniciativa también genera críticas. Organizaciones de derechos humanos y expertos en control armamentista advierten que una flexibilización de estas restricciones podría aumentar la inestabilidad en regiones ya convulsionadas, como Oriente Medio y Asia del Sur.
Algo que tuvo muy en cuenta el presidente Joe Biden cuando, en 2021, decidió endurecer las condiciones para la venta de armas a Arabia Saudí, en respuesta a las denuncias internacionales sobre el uso de equipamiento militar estadounidense en la guerra de Yemen.
Washington expresó entonces su preocupación por el hecho de que bombardeos liderados por la coalición saudí hubieran provocado miles de víctimas civiles, incluidos hospitales, mercados y otras infraestructuras esenciales.
Sin embargo los vínculos entre Washington y Riad han cambiado. Se estrecharon en octubre de 2023, en plena crisis regional tras el ataque de Hamás contra Israel, cuando la Administración Trump intensificó su cooperación con Arabia Saudita como parte de sus esfuerzos por contener la escalada en Oriente Medio, vigilar los movimientos de Irán y sostener un frente común con sus aliados.
Ahora es un socio clave para la Casa Blanca.