Misiles hipersónicos DF-17 en un desfile militar chino Reuters
La carrera internacional por contar con el misil hipersónico más poderoso: China y Rusia aventajan a Estados Unidos
Capaces de volar entre continentes a una velocidad varias veces superior a la del sonido, estas armas son el orgullo de Pekín y Moscú.
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Al mejor estilo de lo que sucedía durante los años más duros de la Guerra Fría, las potencias internacionales están inmersas en una carrera armamentística para ver quién es capaz de desarrollar el arma más poderosa, aquella que haga pensárselo dos veces a cualquier país rival ante la posibilidad de un conflicto directo.
Los protagonistas de esta nueva competencia a nivel mundial son los misiles hipersónicos, capaces de viajar a velocidades que, según el modelo, oscilan entre Mach 5 y Mach 20 y de impactar contra objetivos ubicados en otro continente.
A diferencia de los misiles balísticos, cuya trayectoria dibuja una curva parabólica bastante predecible, los hipersónicos pueden moverse de manera errática, maniobrados en el vuelo final hacia su objetivo. A día de hoy no existe escudo aéreo alguno capaz de derribarlos a tiempo.
Actualmente, son dos los países que, por lejos, han demostrado los mayores avances en el desarrollo de este tipo de armamento y, a diferencia de lo que se podría pensar en un principio, ninguno de ellos es Estados Unidos.
China y Rusia han presumido de haber diseñado y construido poderosos misiles hipersónicos, cuyas capacidades han quedado demostrado en numerosos lanzamientos y pruebas llevadas a cabo a lo largo de los últimos años.
Pekín, por ejemplo, cuenta con distintas variantes del Dongfeng, la baza principal de la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular chino. Quizá la más famosa de sus versiones sea la Dongfeng 17 (DF-17), que el gigante asiático dio a conocer en 2019, durante un desfile militar en ocasión de su Día Nacional.
En particular, el DF-17 está diseñado para hundir portaviones o cualquier tipo de embarcación enemiga. El misil se compone de una primera fase de propulsión con un cohete -que incluyen diferentes etapas- y una segunda representada por un vehículo planeador, que posee un sistema de alerones que le otorgan una gran maniobrabilidad.
Una de las particularidades de esta arma es que emplea un camión como plataforma de lanzamiento, lo que le confiere una gran flexibilidad de despliegue ya que no necesita de grandes infraestructuras fijas.
Sin embargo, el programa de misiles hipersónicos más avanzados del mundo es el de Rusia, que cuenta con el sistema más rápido de los desarrollados hasta la fecha: el Avangard, capaz de viajar 20 veces más rápido que la velocidad del sonido, es decir, casi 25.000 km/h.
Carga de un misil Avangard en un silo
Esta arma había comenzado a desarrollarse en los años 80, pero el programa fue cancelado tras la caída de la URSS. Años después, ya con Putin en el Kremlin, el proyecto fue reactivado.
El propio presidente ruso ha calificado al Avangard como un "meteorito invencible", a la par que ha asegurado que "es invulnerable a una interceptación por cualquier medio de defensa antimisiles existente o potencial del adversario".
Este sistema emplea el cohete para una primera fase de propulsión que lleva al Avangard a una altitud alrededor de los 100 km.
En ese momento, un vehículo planeador se separa para continuar en solitario hacia su objetivo, pudiendo alcanzar prácticamente cualquier punto del planeta gracias a la trayectoria suborbital que experimenta.
El Dark Eagle de EEUU
Si bien Estados Unidos se ha quedado rezagado en el desarrollo de este tipo de armamento, no solo por haberse sumado tarde a la carrera sino también debido a varios fallos y retrasos, a finales del año pasado el Pentágono confirmó la primera prueba completa de su misil hipersónico Dark Eagle.
El arma, diseñada por las empresas Northrop Gumman y Lockheed Martin, consiste en un gran cohete propulsor de dos etapas, más de 7.400 kg de peso y menos de un metro de diámetro, que transporta, al igual que los sistemas ya mencionados, un vehículo planeador.
Lanzamiento del misil Dark Eagle Omicrono
Desde Washington han asegurado que el Dark Eagle puede alcanzar Mach 17, o lo que es lo mismo, más de 20.000 km/h, velocidad similar a la que llegan los vehículos espaciales en su reentrada a la Tierra.
Eso, junto a un rango superior a los 2.700 km, ofrece según la US Navy "una combinación de velocidad, alcance, maniobrabilidad y altitud que permite derrotar con rapidez y gran capacidad de supervivencia a objetivos en los que el tiempo es un factor crítico y que están fuertemente defendidos".