Componentes del equipo español en el ejercicio Global Sentinel, encargados de la vigilancia espacial

Componentes del equipo español en el ejercicio Global Sentinel, encargados de la vigilancia espacial Ministerio de Defensa

Observatorio de la Defensa

El Centro de Operaciones y Vigilancia Espacial del Ejército del Aire, clave en la puesta en marcha del satélite SpainSat NG

El COVE, dependiente del Mando del Espacio (MESPA) monitorizó el posicionamiento orbital del nuevo satélite de comunicaciones de Defensa.

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El Real-World Event celebrado entre el 3 y el 7 de agosto ha estado coordinado por el Centro de Operaciones y Vigilancia Espacial (COVE) del Ejército del Aire español. La actividad central consistió en las últimas maniobras orbitales del satélite SpainSat NG-1 al tiempo que se ponía en servicio.

En concreto, el personal del COVE junto a miembros de los mandos espaciales de Francia, Italia, Japón y Rumanía realizaron el seguimiento operativo del satélite y de su recolocación en su órbita geoestacionaria final.

La española GMV ha prestado apoyo técnico al COVE, dependiente del Mando del Espacio (MESPA), durante los cinco días que ha durado el evento. Expertos de la compañía colaboraron con el personal militar "en tareas clave", según indican en un comunicado.

Principalmente en la determinación de la órbita, el análisis de posibles colisiones y del entorno orbital del propio SpainSat NG. "Esta participación ha permitido validar capacidades operativas en un entorno real, reforzando tanto la preparación conjunta como la colaboración internacional en el Conocimiento del Dominio Espacial".

El Real-World Event impulsado por el COVE se enmarca en la iniciativa internacional Global Sentinel, coordinada por el Comando Espacial de Estados Unidos (USSPACECOM). El objetivo es "promover la cooperación internacional en seguridad espacial".

Interior del centro de operaciones de COVE en Torrejón de Ardoz (Madrid)

Interior del centro de operaciones de COVE en Torrejón de Ardoz (Madrid) Ejército del Aire y del Espacio

GMV colabora con el COVE en este ejercicio desde el 2018, "aportando soluciones avanzadas en Vigilancia Espacial y experiencia operativa en escenarios tanto simulados como reales".

"Esta colaboración continuada refleja el papel estratégico de la industria española en el desarrollo de capacidades críticas para la Defensa en el ámbito espacial", apuntan desde la compañía española.

Centro de Vigilancia Espacial

El COVE tiene como misión la vigilancia y conocimiento de la situación espacial y la provisión de servicios en apoyo al resto de operaciones que llevan a cabo las Fuerzas Armadas, según señala el propio Ejército del Aire y del Espacio.

Antes incluso de su constitución como Centro, ese mismo Ejército asumió en 2015 el control operativo del radar de vigilancia espacial de la Agencia Espacial Europea, situado en las mismas instalaciones que la estación radionaval de Santorcaz (Madrid).

Se trata de un radar desarrollado por Indra que sirvió como primera aproximación de las Fuerzas Armadas a esta tarea. Sin embargo, no fue hasta 2019 cuando comenzó a operar el COVE tal y como se le conoce hoy en día.

Lo hace, además, con unas nuevas instalaciones en la Base Aérea de Morón (Sevilla). Incluyen un radar, también proporcionado por Indra, más avanzado y de uso exclusivo por parte del personal militar, que se encarga tanto de su protección como de su operación.

Radar de COVE en Morón (Sevilla)

Radar de COVE en Morón (Sevilla) Ejército del Aire y del Espacio

Por otro lado, el centro de monitorización se encuentra situado en la Base Aérea de Torrejón (Madrid), donde el personal se afana por encontrar amenazas que pongan en peligro la seguridad nacional en diferentes ámbitos.

Por ejemplo, la supervivencia de satélites críticos para las Fuerzas Armadas, vigilar qué orbitadores extranjeros sobrevuelan el país con fines de espionaje e incluso detectar objetos extraños.

La misión del Centro es complementaria a la que realizan otras entidades y organismos civiles que desarrollan tareas análogas, apuntan desde el Ejército del Aire y del Espacio. Principalmente aquellas con un propósito más científico para el seguimiento de asteroides o de objetos celestes naturales.

El COVE alcanzó la Capacidad Operativa Inicial (IOC, por sus siglas en inglés) en julio de 2021 y, el año pasado, la Dirección de Armamento y Material (DGAM) dependiente del Ministerio de Defensa español adjudicó a la compañía GMV un contrato por 2,7 millones de euros para proporcionar soporte y mantenimiento.

El SpainSat NG2 en la sala blanca de integración de Airbus

El SpainSat NG2 en la sala blanca de integración de Airbus Rodrigo Mínguez Toulouse, Francia

Como aplicación general, "el COVE se encarga de monitorizar el estado del espacio y, a partir de sus datos, dar soporte a las Fuerzas Armadas", según contó Alberto Águeda, director de vigilancia y gestión de tráfico espacial de GMV en una entrevista anterior a EL ESPAÑOL.

Se trata de brindar "protección de todos los bienes que están en órbita, tanto españoles como de terceros, y de los que dependen directamente de ellos en la tierra".

El COVE tiene vía libre para utilizar información recogida por los sensores civiles y "existe una profunda colaboración entre estamentos", señaló Alberto Águeda.

"La parte civil española puede compartir su catálogo, que en parte se genera con sus sensores, a los militares". A estos últimos "no les interesa mucho la basura espacial", que recae en la parte científica y académica, sino que se centran en las amenazas que ponen en peligro la seguridad nacional.