X-37B
La Fuerza Espacial de EEUU se prepara para el octavo vuelo de la X-37B, el vehículo orbital que prueba tecnología secreta
La nave, fabricada por Boeing, es una de las plataformas de experimentación más importantes para el Departamento de Defensa de Estados Unidos.
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En abril de 2010, un cohete Atlas V de la estadounidense United Launch Alliance (ULA) despegaba desde el puerto espacial de Cabo Cañaveral con una nave espacial secreta. Fue el primer vuelo de la X-37B, una plataforma utilizada por el Departamento de Defensa del país americano de la que no se sabía —ni se sabe hoy por hoy— casi nada.
Algo más de 15 años después, en plena nueva edad de oro de la exploración espacial, la Fuerza Espacial de Estados Unidos se enfrenta en unos días al inicio de una nueva misión con la citada nave, fabricada por Boeing a principios de este milenio.
"La Fuerza Espacial de EEUU, en asociación con la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea, tiene previsto lanzar la octava misión del Vehículo de Prueba Orbital (OTV) X-37B el 21 de agosto", según explican en un comunicado. El lugar del despegue será el mismo que ha venido utilizando desde el vuelo inaugural.
Personal de la Fuerza Espacial de Estados Unidos acercándose al X-37B en la sexta misión
Este octavo vuelo del X-37B se llevará a cabo a bordo de un cohete Falcon 9 de SpaceX, designado USSF-36, con "una amplia gama de objetivos de prueba y experimentación" que se realizarán una vez se encuentre en órbita.
"Estas demostraciones y experimentos operativos comprenden tecnologías de última generación, como las comunicaciones por láser y el sensor inercial cuántico de mayor rendimiento jamás probado en el espacio", aseguran.
En la misión, además de las instituciones ya mencionadas, participan el Laboratorio de Investigación de la Fuerza Aérea y la Unidad de Innovación de Defensa, dos de las instituciones de desarrollo tecnológico militar más importantes del mundo y que operan bajo el paraguas del Departamento de Defensa.
Comunicaciones y navegación
Tal y como informan desde la Fuerza Espacial, la octava misión "contribuirá a mejorar la resiliencia, la eficiencia y la seguridad de las arquitecturas de comunicaciones espaciales de Estados Unidos".
Para llevarlo a cabo, realizarán demostraciones de comunicaciones láser que "involucrarán a las redes comerciales de satélites que están proliferando en la órbita baja de la Tierra". Por ejemplo, como Starlink de SpaceX.
"Las comunicaciones láser son fundamentales" para el escenario espacial futuro. "La longitud de onda más corta aumenta la cantidad de datos que se pueden enviar con cada transmisión".
Además, también "son más seguras que las transmisiones de radiofrecuencia tradicionales gracias a la naturaleza más específica de los rayos láser". El empleo de comunicaciones láser con el uso de las redes espaciales "mejora la resiliencia de las arquitecturas espaciales al garantizar que no contengan ningún punto único de fallo".
Las comunicaciones láser "marcarán un paso importante en la capacidad de la Fuerza Espacial de aprovechar las redes espaciales proliferantes como parte de arquitecturas espaciales diversificadas o redundantes", ha asegurado el general Chance Saltzman, jefe de Operaciones Espaciales.
Recreación por ordenador del X-37B en el espacio
Junto con ese sistema láser, la misión número 8 tendrá como coprotagonista al sensor inercial cuántico de mayor rendimiento del mundo utilizado en el espacio.
"Esta demostración permitirá una navegación precisa sin ayuda en el espacio al detectar la rotación y la aceleración de los átomos sin depender de redes satelitales como el GPS tradicional", apuntan desde la Fuerza Espacial estadounidense.
La tecnología del sensor inercial cuántico es "útil para la navegación en entornos sin GPS y en consecuencia, mejorará la resiliencia de la navegación de las naves espaciales estadounidenses frente a las amenazas actuales y emergentes".
Desde la Fuerza Espacial estadounidense también apuntan a que esta tecnología podría ser efectiva a la hora de "ampliar las fronteras" de los viajes y la exploración espacial a larga distancia. Esencialmente porque no necesita de sistemas secundarios o de apoyo para su funcionamiento.
"La demostración del sensor inercial cuántico en la misión OTV 8 es un avance positivo para la resiliencia operativa en el espacio", ha asegurado Ramsery Horn, comandante del Space Delta 9.
"Ya sea navegando más allá de las órbitas terrestres en el espacio cislunar u operando en entornos sin GPS, la detección inercial cuántica permite capacidades de navegación robustas", prosiguió Horn.
El militar ha señalado que esta tecnología contribuye al impulso del Quinto Escuadrón de Operaciones Espaciales y a toda la Fuerza Espacial, "garantizando el movimiento y la maniobrabilidad incluso en entornos sin GPS".
Este Quinto Escuadrón de Operaciones Espaciales al que se refiere Horn se encuadra dentro del Delta 9 de la Fuerza Espacial estadounidense. Y es el encargado de llevar a cabo las operaciones diarias en órbita de la nave X-37B en asociación con la Oficina de Capacidades Rápidas de la Fuerza Aérea.