Vista aérea tomada con un dron las huellas dejadas por una excavadora en el suelo que cubre la fosa común en el desierto de Dhumair.

Vista aérea tomada con un dron las huellas dejadas por una excavadora en el suelo que cubre la fosa común en el desierto de Dhumair. Reuters

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El régimen de Al Asad trasladó miles de cadáveres a una fosa común en el desierto para ocultar crímenes de guerra

Esta operación secreta buscaba eliminar pruebas de asesinatos masivos durante la guerra civil siria y mejorar la imagen internacional de su Gobierno.

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El régimen de Bashar al Asad puso en marcha una operación clandestina durante dos años para trasladar miles de cadáveres desde una de las fosas comunes más grandes de Siria a otra oculta en el desierto a más de una hora de distancia.

Una investigación de Reuters ha sacado a la luz este operativo secreto con el que el dictador trató de borrar pruebas de asesinatos masivos cometidos durante la guerra civil siria y mejorar la imagen internacional de su régimen.

La operación, que se denominó "Operación Mover Tierra", arrancó en febrero de 2019 y se prolongó hasta abril de 2021. En ese periodo, durante cuatro noches, casi todas las semanas, entre seis y ocho camiones trasladaron tierra y restos humanos desde la fosa de Qutayfah hasta el lugar elegido en el desierto de Dhumair, a decenas de kilómetros.

El Gobierno de Al Asad comenzó a enterrar en Qutayfah, en las afueras de Damasco, los cuerpos de soldados y prisioneros fallecidos en las cárceles y hospitales militares alrededor de 2012, al comienzo de la guerra civil.

Sin embargo, un activista sirio de derechos humanos reveló la existencia de esta fosa al hacer pública su ubicación aproximada y difundir imágenes en medios locales en 2014. Su ubicación exacta se reveló unos años después, en testimonios judiciales y otros medios de comunicación.

Mejorar su imagen exterior

La idea de trasladar miles de cadáveres surgió a finales de 2018, cuando Asad estaba a punto de hacerse con la victoria en la guerra civil siria, según un exoficial de la Guardia Republicana.

El dictador esperaba recuperar el reconocimiento internacional tras años de sanciones y acusaciones de crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y violaciones de derechos humanos.

Sin embargo, se desconocía aún la magnitud de estos crímenes al no permitir el régimen el acceso de ningún grupo sirio independiente u organización internacional de derechos humanos a las cárceles ni a las fosas comunes.

Vista aérea de la fosa común en el desierto de Dhumair.

Vista aérea de la fosa común en el desierto de Dhumair.

Para descubrir la ubicación de la fosa común de Dhumair y detallar la vasta operación, Reuters habló con 13 testigos con conocimiento directo de los esfuerzos realizados durante dos años para trasladar los cuerpos, revisó documentos de los funcionarios involucrados y analizó cientos de imágenes satelitales de ambas fosas tomadas a lo largo de varios años.

La nueva fosa descubierta en el desierto de Dhumair por la agencia de noticias con al menos 34 trincheras de 2 kilómetros de longitud, es una de las más extensas creadas durante la guerra civil siria. Los testimonios de testigos y las dimensiones de la enorme tumba sugieren que decenas de miles de personas podrían permanecer enterradas allí.

Una herida sin cerrar

Reuters informó al Gobierno del nuevo mandatario sirio, Ahmed al Sharaa, sobre los resultados de esta investigación el pasado martes, sin que por el momento haya respuesta.

La agencia no ha podido contactar con el expresidente sirio ni con varios oficiales militares identificados por testigos como actores clave en la operación, ya que tras la caída de la dictadura a finales del año pasado, Asad y muchos de sus asesores huyeron del país.

Más de 160.000 personas desaparecieron bajo el aparato de seguridad de Al Asad y se cree que están enterradas en las docenas de fosas comunes que creó, según organizaciones sirias de derechos humanos.

El nuevo presidente sirio, Ahmed al Sharaa, ha hecho muy poco desde su llegada para encontrar a los miles de desaparecidos de la guerra civil del país.

El nuevo presidente sirio, Ahmed al Sharaa, ha hecho muy poco desde su llegada para encontrar a los miles de desaparecidos de la guerra civil del país. Reuters

Las excavaciones organizadas y los análisis de ADN podrían ayudar a rastrear su paradero, cerrando así una de las heridas más dolorosas de Siria .

Sin embargo, los recursos disponibles en Siria son escasos, incluso las fosas comunes más conocidas permanecen en gran medida desprotegidas y sin excavar.

Y los nuevos líderes del país, que derrocaron a Asad en diciembre, no han publicado ninguna documentación sobre las personas enterradas en ellas, a pesar de las reiteradas peticiones de las familias de los desaparecidos.

Mohammed Reda Jehlki, director de la Comisión Nacional para las Personas Desaparecidas del Gobierno, ha declarado que el gran número de víctimas y la necesidad de reconstruir el sistema judicial dificultan la labor.

Ha anunciado planes para crear un banco de ADN y una plataforma digital centralizada para las familias de las personas desaparecidas, y ha señalado la urgente necesidad de formar a especialistas en medicina forense y pruebas de ADN.