Alemania en alerta. A las puertas de la Navidad, el país vive sus horas más trágicas: de martes a miércoles se registraron 20.815 nuevos contagios y 590 muertes, cifras récord desde el inicio de la pandemia. Los datos son analizados desde dos perspectivas: se puede tratar del pico de la curva y en adelante mejorarán o bien del inicio de una pesadilla de días o semanas como vivieron Italia o España en la primera ola. Con esto sobre la mesa, el Gobierno debe apresurarse para decidir.

La canciller, Angela Merkel, ya presentó las restricciones de cara a las reuniones familiares de las próximas semanas -hasta 10 personas y los niños no cuentan- tras negociar con los estados federados. El plan consistía en endurecer las medidas hasta el 20 de diciembre para entonces dar un respiro hasta el 1 de enero, pero no lo dio por cerrado: los números tenían que mejorar. Los alemanes ya temen una Navidad 'a la italiana'. Es decir, una no Navidad.

Las autoridades sanitarias alemanas consideran que la cifra de nuevos casos diarios se ha estabilizado, pero a un nivel "demasiado alto". El número total de infectados se eleva hasta los 1.218.524, de los que 19.932 han muerto. La incidencia acumulada en los últimos siete días en el conjunto del país se sitúa en 149,1 por cada 100.000 habitantes. Esta tasa sigue elevándose desde principios de noviembre, cuando se encontraba en torno a las 120, a pesar de las crecientes restricciones.

Merkel: "Lo siento de corazón"

Tras conocerse los datos diarios de este miércoles, Merkel intervino en el pleno del Bundestag advirtiendo de las grandes dificultades que quedan aún por delante a pesar de la vacuna, a punto de ser autorizada en la UE. 

"El numero de contactos es demasiado alto, la reducción de contactos no es suficiente", argumentó Merkel en referencia a las restricciones. Por eso, en un discurso inusualmente emocional de la canciller, instó a aplicar nuevas restricciones en los próximos días para reducir el número de nuevos contagios y, consecuentemente, el de hospitalizados y muertes por la covid.

"Como las cifras son las que son, tenemos que hacer algo", afirmó la canciller, que reconoció que las restricciones son competencia de los estados federados, pero destacó que ella y el Gobierno central tienen una "responsabilidad especial" a este respecto. Merkel lleva semanas abogando por un endurecimiento de las restricciones, a lo que se resisten algunos estados federados. Las diferencias entre los "Länder" hacen además difícil la toma de decisiones consensuadas.

La canciller aseguró, en este sentido, que considera que hay que tomarse "en serio" las recomendaciones que difundió este martes la Leopoldina, la Academia de Ciencias de Alemania, que abogó por un confinamiento "duro", cerrando incluso los colegios, para reducir "al mínimo absoluto" los contactos.

"Son recomendaciones acertadas el cierre de comercios, mantener el número de las reuniones al mínimo posible (...), cerrar los colegios -ya sea prolongando las vacaciones hasta el 10 de enero o con clases digitales-,... necesitamos reducir los contactos", explicó.

Agregó que le "duele de verdad en el corazón" ir contra los puestos de comida navideños, pero consideró que estas tradiciones de las fiestas "no son aceptables si el precio a pagar es que la cifra diaria de muertos alcance las 590 personas", como sucedió en las últimas 24 horas en Alemania, una cifra récord.

"No puede ser que ahora antes de navidades tengamos muchos contactos y a continuación sean las últimas navidades con los abuelos porque hemos desperdiciado la oportunidad de hacer algo", argumentó. 

Confinamiento duro

El objetivo declarado del Gobierno es reducir la incidencia acumulada a siete días hasta los 50 nuevos casos por cada 100.000 habitantes, al entender que sólo por debajo de ese umbral se pueden rastrear los nuevos casos y romper las cadenas de contagios, poniendo la pandemia bajo control.

Ante las dificultades para frenar la propagación, varios estados han empezado a poner en marcha nuevas restricciones por encima de las acordadas generales. Merkel urge desde hace semanas a tomar decisiones más radicales para controlar la pandemia, pero las competencias en este ámbito corresponden a los Länder y no es fácil aunar posturas en este nivel administrativo.

No se descarta que la canciller y los líderes de los Länder se reúnan de urgencia antes de Navidad para decidir nuevas medidas, como algunos de ellos han sugerido. Varios líderes regionales abogan ya por un "confinamiento duro" como el de primavera -con comercios y colegios cerrados-, una opción que también ha puesto sobre la mesa la Leopoldina, la Academia de Ciencias de Alemania.

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