Esther Expósito en la presentación de su último trabajo.

Esther Expósito en la presentación de su último trabajo. Gtres

Salud y Bienestar

Esther Expósito (25), actriz: "Cuando tienes ansiedad tu cerebro piensa que te estás muriendo, es muy angustioso"

La actriz, referente internacional de toda una generación, alza la voz contra un tema que afecta a millones de personas.

Más información: Mar Flores (56 años), sin tapujos sobre la salud mental: "Lo pasé muy mal. O me retiraba o acababan conmigo"

Publicada

Su fama llegó de la mano de la serie Élite a los 18 años. Ahora, Esther Expósito (25 años) ha conquistado la pequeña y la gran pantalla, también a nivel internacional, siendo considerado uno de los rostros más reconocidos de la industria audiovisual.

Sin embargo, a pesar de su corta edad, la intérprete madrileña ha aprendido que el precio del éxito puede ser demasiado alto.

Si hace unos meses sorprendía en El Hormiguero hablando de su parálisis del sueño y de cómo la ansiedad la había llevado a un momento "tenebroso y complejo", ahora vuelve a sincerarse en una entrevista en la que admite lo difícil que le resulta disfrutar de la vida.

Una confesión que pone sobre la mesa un tema cada vez más urgente: la salud mental de los jóvenes en una era dominada por la exposición constante, las redes sociales y la presión de la perfección.

En palabras de la propia actriz, la ansiedad no solo la acompaña en los momentos de más estrés, sino que condiciona su día a día: "Me cuesta, pero lo intento. Trato de agradecer lo que tengo, aceptar lo que hay y disfrutarlo, no estar siempre en busca de lo que falta. Me obligo un poco a estar aquí y disfrutar ahora. Pero claro, las personas que tenemos ansiedad sabemos que eso es muy difícil".

El lado oculto de la fama

Cuando Élite se estrenó en Netflix, más de 20 millones de personas vieron la primera temporada en apenas un mes.

Para Esther Expósito, que entonces apenas tenía 18 años, aquel éxito fue un terremoto personal. "Empiezo a ser consciente de que mi vida no va a volver a ser la que era", llegó a confesar en una entrevista para El País Semanal.

Ese fenómeno no solo le abrió puertas profesionales, también le quitó privacidad, rutina y normalidad.

De repente, su vida se convirtió en objeto de escrutinio: su físico, sus parejas, sus amistades… todo estaba bajo la lupa. La actriz, sin embargo, no ha dudado en señalar que ese nivel de exposición se tradujo en episodios de ansiedad cada vez más frecuentes.

"Hace dos años atravesé un momento bastante tenebroso y complejo por mi ansiedad, porque ha ido a más. Siempre he tendido a ella, pero la normalicé y fue creciendo hasta derivar en un estado depresivo", relataba recientemente.

La ansiedad: una compañera silenciosa

La confesión de Expósito conecta con la experiencia de miles de jóvenes que conviven a diario con la ansiedad. Según la Organización Mundial de la Salud, uno de cada siete adolescentes sufre problemas de salud mental, siendo la ansiedad y la depresión los trastornos más comunes.

Lo que cuenta la actriz refleja lo que muchos sienten, pero pocos se atreven a verbalizar: la incapacidad de disfrutar del presente.

Quienes padecen ansiedad viven en un estado de alerta constante, atrapados entre la preocupación por lo que puede ocurrir y la frustración por lo que no controlan. "Uno de los problemas de la ansiedad es que nunca estás presente, siempre hay algo que te inquieta, una rumiación", explica.

Ese mismo bloqueo emocional es el que le ha llevado incluso a rechazar trabajos, con la consiguiente pérdida económica: "He perdido muchísimo dinero por rechazar proyectos, tanto de actriz como de marcas. Pero no me veía defendiendo ciertas cosas y no quería comprometer mi bienestar".

El cuerpo también habla

La ansiedad no se manifiesta únicamente en pensamientos intrusivos o en la dificultad para disfrutar del momento. En el caso de Esther Expósito, también tuvo un reflejo físico.

La parálisis del sueño fue una experiencia que, según relató en televisión, llegó a repetirse cada noche durante una temporada.

"Estoy medio consciente y mi cerebro se va a lugares oscuros. El peor sueño es cuando intento correr y no puedo; necesito hacerlo, pero me cuesta y me despierto con mucha angustia", explicó ante un Pablo Motos que se quedó en silencio.

Fue cuando decidió acudir a una neuróloga, que le explicó lo que le ocurría: su sistema locomotor se dormía antes que el nervioso, provocando esa sensación de terror. "Tu cerebro piensa que te estás muriendo y manda señales para que te despiertes, pero como estás despierta, los oyes", le dijo la especialista.