Imagen de una lata de sardinas.
El farmacéutico Santo Segarra: "Una lata de sardinas aporta el 375 % de la vitamina B12 que necesitas al día"
La vitamina B12, también llamada cobalamina, es esencial para la salud humana. Una deficiencia puede llevar a problemas graves como anemia y daño neurológico.
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El consumo de sardinas, tanto frescas como en conserva, ha sido valorado desde hace mucho tiempo por sus múltiples beneficios para la salud.
Estos pequeños peces azules son un alimento muy recomendado por especialistas de nutrición y médicos por su valor nutricional. Además, su versión en conserva es fácilmente accesible y económica.
Según el farmacéutico Santo Segarra, el perfil nutricional de las sardinas es tan amplio que una sola lata puede cubrir una parte significativa de los requerimientos diarios de varios micronutrientes clave, como la vitamina B12, fósforo o selenio.
¿Qué aporta una lata de sardinas?
De acuerdo con el experto, uno de los aspectos más destacados es su altísimo contenido de vitamina B12, esencial para el funcionamiento normal del cuerpo, especialmente para el sistema nervioso, la formación de glóbulos rojos y el metabolismo celular.
Esta vitamina se encuentra en alimentos de origen animal como carne, pescado, huevos y productos lácteos. En cuanto a la conserva, "una sola lata aporta el 375 % de la vitamina B12 que necesitas al día".
Además de su aporte de B12, las sardinas son una excelente fuente de selenio, un oligoelemento "clave para una tiroides saludable", ya que participa en la síntesis de hormonas tiroideas y protege al cuerpo del daño oxidativo.
Según el experto, solo una lata de sardinas aporta cerca del 55% del selenio que se necesita diariamente, ayudando así a mantener el equilibrio hormonal y fortalecer el sistema inmunológico.
Otro componente nutricional crucial presente en las sardinas es el fósforo. Este mineral es esencial para la salud ósea y dental, y juega un papel importante en el almacenamiento y uso de la energía dentro del cuerpo.
Las sardinas ofrecen un 68% del fósforo requerido al día, según Santo Segarra, lo cual es particularmente beneficioso para personas que buscan fortalecer su estructura ósea o prevenir enfermedades como la osteoporosis.
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Más allá de estos nutrientes esenciales, las sardinas son una de las mejores fuentes naturales de ácidos grasos omega-3, particularmente EPA y DHA, que son esenciales para la salud cardiovascular y cerebral.
Estos ácidos grasos esenciales ayudan a reducir la inflamación, mejorar la circulación sanguínea y favorecer el buen funcionamiento del cerebro.
Su consumo regular ha sido asociado con una menor incidencia de enfermedades cardíacas, así como con mejoras en el estado de ánimo y la memoria.
"Una lata proporciona el 68% de fósforo y el 50% de los ácidos grasos esenciales omega-3 o el 53% de la vitamina D que necesitas cada día", indica Segarra.
La vitamina D es fundamental para la absorción del calcio, el fortalecimiento del sistema inmunológico y la regulación del estado de ánimo.
Esto es especialmente relevante para personas que tienen poca exposición al sol o viven en regiones con climas fríos y nublados, donde la deficiencia de esta vitamina es común.