Francisco Rosero, endocrino.

Francisco Rosero, endocrino.

Salud y Bienestar

Francisco Rosero, endocrino: "Los antojos de dulce durante la menstruación pueden ser un signo de inflamación crónica"

Un nuevo estudio del NIH sugiere que la inflamación de bajo grado podría estar detrás de los antojos por chocolate.

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La menstruación, también conocida como regla o período, es el sangrado vaginal que ocurre como parte del ciclo menstrual femenino. Cuando esta se interrumpe o finaliza, da lugar al periodo de la menopausia.

A pesar de ser un proceso natural, la menstruación tiende a causar varios síntomas que pueden afectar la salud física y emocional. Dolores abdominales o pélvicos, hinchazón, cambios de humor e irritabilidad, dolor de cabeza y antojos alimentarios, especialmente de dulces.

Estos últimos son, de hecho, uno de los más comunes. Sin embargo, de acuerdo con el endocrino Francisco Rosero, "no son normales", e indican precisamente lo contrario, que nuestro cuerpo está inflamado y necesita dejar de comer azúcar.

La relación entre inflamación crónica y antojos

Durante el síndrome premenstrual nuestro cuerpo sufre multitud de cambios físicos y emocionales, aunque no a todas les afecta de la misma forma. A pesar de que los síntomas varían en cada caso, los antojos de dulce suelen estar presente en la gran mayoría de las mujeres.

Aunque en el momento estos antojos puedan parecer inofensivos, un consumo excesivo de azúcar tiene múltiples efectos negativos para la salud, incluyendo aumento de peso, obesidad, riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2, caries y alteraciones en el hígado.

Además, más allá de las consecuencias a largo plazo, tener antojos de dulce en la menstruación puede tener relación con un problema actual, según el endocrino Francisco Rosero: con la inflamación crónica.

De acuerdo con un nuevo estudio del National Institutes of Health (NIH), la inflamación de bajo grado podría estar detrás de los antojos por chocolate, dulces o comida salada antes de la menstruación.

La inflamación crónica de bajo grado no es una inflamación aguda evidente, como una hinchazón o fiebre, sino una respuesta inmune sutil, pero persistente, que se instala en el organismo debido a una acumulación de malos hábitos.

Según Rosero, esta inflamación se produce debido a tres pilares principales. El primero de ellos, y como ya hemos comentado, el consumo de productos ultraprocesados, harinas refinadas, azúcar y bebidas azucaradas.

Estos alimentos alteran la microbiota intestinal, desestabilizan la glucemia y promueven un estado inflamatorio que se perpetúa silenciosamente.

Sin embargo, también existen dos pilares ajenos a la alimentación, como el sedentarismo, que limita la circulación de sustancias antiinflamatorias naturales que el cuerpo libera con el movimiento físico regular o el estrés crónico.

"Esos tres factores producen inflamación crónica de bajo grado, que empeora la sintomatología y que empeoran los antojos durante la menstruación", indica Rosero.

Por este motivo, y de acuerdo con el estudio citado, cuando una mujer siente una necesidad intensa de consumir azúcar, no siempre son las hormonas, sino que ese deseo "puede ser el reflejo de un cuerpo inflamado".

No es que el cuerpo necesite más azúcar, sino que está atrapado en un círculo vicioso: la inflamación genera desequilibrios en los neurotransmisores y las señales de hambre, lo cual conduce al consumo de alimentos inflamatorios, que a su vez refuerzan la inflamación.

Este ciclo se intensifica durante la menstruación, cuando el cuerpo ya se encuentra en un estado de mayor sensibilidad fisiológica.

"La solución es sencilla, baja la inflamación, dejando de tomar ultraprocesados, productos con azúcar, gaseosas… Muévete más y elimina el estrés. Tu cuerpo no está pidiendo más azúcar, está pidiendo menos inflamación", confiesa el experto.