
Ramón Grimalt, dermatólogo especializado en cirugía
Ramón Grimalt, dermatólogo: "Tomar colágeno para tener una piel más sana y joven, no sirve de nada"
El experto alerta de cómo el marketing cosmético ha ganado un protagonismo desmedido, haciendo que hayamos interiorizado una realidad que no existe.
Más información: Clotilde Vázquez, endocrina: "Es imposible adelgazar en la menopausia y saberlo es vital para prevenir enfermedades"
El culto a la juventud eterna se ha convertido en parte de nuestra rutina, llegando a ser abrumador el bombardeo a través de diferentes canales sobre qué métodos son los mejores para conseguirlo. Un hecho que los expertos en medicina y belleza aconsejan no seguir siempre a rajatabla.
Una de las últimas voces en sumarse a esta advertencia es la del dermatólogo Ramon Grimalt, licenciado en Medicina y Cirugía, quien asegura que el tan "de moda" colágeno no resulta ser el milagro para tener una piel más joven y, lo más importante, más sana.
"Tomar colágeno, sea a través de alimentos o suplementos dietéticos, no hará que tengas una piel más sana". Así de contundente se muestra en su libro Estima la teva pell: Aprèn a escoltar-la i a tenir-ne cura (Ama tu piel: Aprende a escucharla y cuidarla), donde desmitifica muchas de las prácticas más populares (y lucrativas) del mundo del cuidado facial.
¿Tomar colágeno para rejuvenecer?
Grimalt, con más de 100.000 seguidores en Instagram y décadas de experiencia en dermatología, es claro en lo referente a una de las proteínas que mayor protagonismo ha cobrado en los últimos años, gracias a su fama de ser el mejor antídoto contra el envejecimiento de la piel.
El colágeno no tiene ninguna evidencia científica que respalde sus supuestos beneficios sobre la piel. Aunque está de moda, como lo han estado previamente el aceite de coco o las semillas de chía, el experto insiste: "Todo va al estómago y el organismo lo distribuye como quiere". O sea, que por más batidos, cápsulas o caldos de hueso que consumas, eso no significa que tu piel los vaya a notar.
Cuando ingerimos colágeno, este se descompone en aminoácidos en el proceso digestivo, igual que cualquier otra proteína. El cuerpo lo utiliza para lo que necesita en ese momento, que puede ser reparar músculo, tejidos, órganos, pero no necesariamente para "rellenar" arrugas o dar firmeza al rostro.
El negocio del 'skin care'
El dermatólogo, además, lanza una advertencia seria sobre el fenómeno del skin care, una obsesión creciente, especialmente entre adolescentes, que, lejos de ayudar, puede provocar daños reales en la piel.
"Hay chicas de 11 años preguntándome por rutinas faciales. Es una barbaridad", comenta. Y lo más preocupante: muchos padres acceden a comprar productos sin conocer sus efectos secundarios.
Este ritual, que incluye sérums, tónicos, mascarillas, rodillos y hasta aparatología facial, suele venir acompañado de promesas milagrosas y packaging seductor. Pero para Grimalt, "cuantos menos productos te apliques en la piel, más sana estará". De hecho, considera que los productos dermatológicos, como las cremas hidratantes, deberían usarse como se usan los medicamentos: solo cuando hay una necesidad real.
Grimalt no se declara anti-cremas, sino pro-ciencia. "Si te gusta ponerte una crema porque te hace sentir bien, adelante. Pero no esperes que te quite veinte años de encima", afirma. Es más, invita a probar no ponerse nada tras la ducha, y observar cómo la piel, por sí sola, recupera su equilibrio sin ayuda externa.
¿Cremas coreanas? Otro mito más
Las K-beauty lovers quizá no quieran leer esto, pero Grimalt desmonta también el boom de las famosas cremas coreanas. "Generan grandes frustraciones, sobre todo en adolescentes. Las mujeres coreanas no tienen una piel más bonita por las cremas, sino porque evitan radicalmente el sol", asegura.
Mientras que en Corea el uso de sombreros, guantes y gafas para protegerse del sol es norma cultural, en países como España solemos hacer justo lo contrario: nos exponemos sin piedad en las horas más intensas y creemos que basta con aplicarnos un poco de protector solar por la mañana.
La única solución contra el envejecimiento
Para Grimalt, el único método científicamente probado para retrasar el envejecimiento de la piel es evitar el sol. Ni cremas mágicas, ni colágeno, ni rutinas interminables frente al espejo. Simple y llanamente: protección solar real y limitar la exposición directa.
"Si vas a la playa, te van a salir manchas o algunas arruguitas. Es así. No hay crema que lo evite del todo", sentencia el dermatólogo. ¿La solución? Aplicar protector solar justo antes de salir al exterior, evitar las horas centrales del día y usar barreras físicas como sombreros o ropa adecuada.
La dieta, también cuenta, pero no como se cree. "Una persona que se cuida y que sigue una dieta saludable suele tener una piel más sana", admite Grimalt, pero rápidamente añade: "No existen alimentos milagrosos". Ni los frutos rojos, ni el aceite de oliva, ni el salmón van a borrar arrugas o cicatrices. Comer bien es importante, claro, pero no esperes que tu piel luzca como la de un filtro de Instagram solo por comer aguacate.
También desmonta otro mito: los suplementos, aunque se presenten como soluciones milagrosas, carecen en su mayoría de evidencia real. Y lo peor, pueden incluso empeorar condiciones como el acné o la rosácea si no se consumen con criterio médico.