Trisha Pasricha, médico digestivo.

Trisha Pasricha, médico digestivo.

Salud y Bienestar

Trisha Pasricha, médico digestivo: "Si quieres cuidar tu microbiota elige una dieta rica en fibra, no tomes probióticos"

La experta y profesora de Harvard, ha confesado que nunca recomienda los probióticos a sus pacientes debido a la poca evidencia científica.

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Los fármacos probióticos están empezando a posicionarse como una alternativa de mercado en lo que a salud se refiere. En los últimos años, especialmente en España, se han convertido en la opción por excelencia de personas que buscan mejorar su salud digestiva, pero, que, en cambio, no prestan atención ninguna a su alimentación diaria. 

Estos probióticos contienen microorganismos vivos destinados a mantener o mejorar las bacterias "buenas" (microbiota normal) del cuerpo. Se pueden encontrar en supermercados, farmacias y tiendas especializadas, además de ser promovidos en anuncios televisivos y redes sociales por médicos, nutricionistas e influencers del bienestar. 

Sin embargo, a pesar de esta creciente demanda y de las afirmaciones sobre sus beneficios, algunos expertos siguen dudando acerca de su efectividad e, incluso, gastroenterólogos como la doctora de Harvard Trisha Pasricha, confiesan que es un "desperdicio de dinero". Y que, en su lugar, lo mejor es recurrir a dietas ricas en fibra.

Lo que dice una experta de Harvard sobre los probióticos

La doctora Trisha Pasricha, médico especialista en el aparato digestivo, investigadora y profesora de Harvard, ha mostrado su opinión acerca de los probióticos en The Washington Post. La experta ha confesado que "como gastroenteróloga, rara vez aconsejo a mis pacientes que empiecen a tomar probióticos", y no solo eso, sino que la Asociación Americana de Gastroenterología no recomienda los probióticos para la mayoría de las afecciones digestivas.

La ciencia ha demostrado que el intestino alberga billones de bacterias beneficiosas que desempeñan un papel crucial en nuestra salud general, lo que sugiere que introducir microorganismos vivos adicionales podría ayudar a equilibrar este ecosistema y prevenir o aliviar ciertas afecciones. Sin embargo, la realidad es mucho más compleja y la evidencia sobre su efectividad no es concluyente.

Los defensores de los probióticos aseguran que estos pueden fortalecer el microbioma intestinal, mejorar la digestión, reforzar el sistema inmunológico e incluso influir en la salud mental. No obstante, uno de los principales problemas que señala Trisha Pasricha es la falta de regulaciones estrictas para los probióticos de venta libre. En Estados Unidos, la FDA (Administración de Alimentos y Medicamentos) no los clasifica como fármacos, lo que significa que no están sujetos a las mismas pruebas rigurosas que los medicamentos. 

Esto permite que los fabricantes comercialicen sus productos con afirmaciones que, en muchos casos, no están respaldadas por estudios clínicos sólidos. En España y Europa, si bien la regulación es más estricta, sigue existiendo una gran variedad de productos con diferentes formulaciones y calidades, lo que complica la tarea de determinar cuáles son realmente eficaces.

Un estudio publicado en Frontiers in Medicine, concluyó que la mayoría de la información que se ofrece en las webs sobre probióticos no es digna de confianza, y que las afirmaciones sobre sus beneficios frente a las enfermedades suelen ser inexactas.

Cabe destacar que los estudios sobre probióticos se encuentran en una fase temprana y ello no significa que sean inútiles, sino que de momento la evidencia es insuficiente. En este caso, según el nuevo trabajo llevado a cabo por los investigadores de la Brighton & Sussex Medical School, debería desconfiar de la información que pueda encontrar sobre ellos en la red.

Imagen de archivo de un hombre en una farmacia.

Imagen de archivo de un hombre en una farmacia.

Según la experta, la composición del microbioma intestinal es única en cada persona, influenciada por factores como la dieta, el historial médico y el estilo de vida. Esto significa que un probiótico que funciona para una persona puede no tener el mismo efecto en otra, por lo que se hace imposible desarrollar un tratamiento universal y efectivo a base de estos fármacos. En su lugar, se debería individualizar el tratamiento.

A pesar de estas limitaciones, Pasricha explica que algunos pacientes reportan sentirse mejor después de tomar probióticos, lo que sugiere que, en ciertos casos, podrían ser beneficiosos

La experta confiesa que existen casos muy específicos en los que las guías clínicas respaldan el uso de probióticos en adultos: Para disminuir el posible riesgo de infección con C. difficile, una bacteria que causa diarrea grave, mientras toma un tratamiento con antibióticos o cuando los pacientes con enfermedad inflamatoria intestinal que se han sometido a una cirugía para resecar una porción del intestino desarrollan una afección llamada pouchitis.

No obstante, su efectividad solo ocurre en una pequeña parte de la población, en muchos otros casos, "las personas gastan grandes sumas de dinero en estos productos sin experimentar mejoras en sus síntomas", confiesa. Es por ello que Pasricha prefiere analizar la evidencia científica con sus pacientes y evaluar otras alternativas antes de recomendar probióticos de forma generalizada, como es el caso de una dieta rica en fibra.

Una dieta rica en fibra como alternativa a los probióticos

En lugar de recomendar probióticos, la doctora Trisha Pasricha enfatiza la importancia de una dieta rica en fibra como la mejor estrategia para mantener un microbioma saludable y mejorar la salud general. A diferencia de los probióticos, cuya efectividad sigue en estudio, la fibra ha demostrado científicamente ser un factor clave en la preservación de una flora intestinal equilibrada.

El consumo insuficiente de fibra puede llevar a la pérdida de importantes categorías de bacterias beneficiosas en el intestino. Una vez que ciertos grupos bacterianos desaparecen, cabe la posibilidad de que no se recuperen, incluso cuando se intenta incrementar la ingesta de fibra. Por este motivo, es fundamental adoptar este tipo de dieta desde una edad temprana. 

Según la experta, la clave para fomentar una microbiota intestinal sana es la variedad. Cuanto más diversa sea la alimentación, más diverso será el microbioma y, por ende, mejor será el estado de salud general. Por ello, Pasricha recomienda incluir en la dieta una amplia gama de alimentos vegetales ricos en fibra, como legumbres, cereales integrales, verduras y frutas.

Además, el consumo de frutos secos y alimentos fermentados como el yogur natural, el kéfir, el chucrut o el kimchi puede aportar beneficios adicionales, proporcionando un entorno favorable para el desarrollo de bacterias beneficiosas.

Esta recomendación está respaldada por numerosos estudios científicos que han analizado los efectos positivos de la fibra en la microbiota intestinal y en la prevención de enfermedades digestivas y metabólicas.

Más allá del intestino, una alimentación basada en fibra también ha demostrado reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares, mejorar la función inmunitaria y favorecer la regulación del azúcar en sangre.