Una mujer tapándose el pecho.

Una mujer tapándose el pecho. iStock

Salud y Bienestar

Micropigmentación mamaria, un 'tatuaje' que ayuda a las mujeres que han tenido cáncer

Muchas mujeres que han pasado por una mastectomía sienten inseguridad por no tener el complejo areola-pezón. La micropigmentación puede ayudar a dar una apariencia normal al pecho. 

26 noviembre, 2022 01:30

El tratamiento del cáncer de mama requiere, en un gran número de casos, la cirugía de mastectomía para la completa recuperación de la paciente. Habitualmente se extirpan tanto la mama como el complejo areola-pezón, una región que proporciona identidad al pecho. Este cambio provoca no solo marcas físicas, también efectos psicológicos como complejos, vergüenza y malestar.

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En Clínica FEMM contamos actualmente con varios métodos para la reconstrucción del complejo areola-pezón: uno de ellos es la micropigmentación mamaria.

Amparo Ortega Olivares, especialista en micropigmentación facial, corporal y paramédica, explica que realiza esta técnica estética de maquillaje permanente “consiste en implantar cierto color en las capas más superficiales de la piel. Entre sus muchas utilidades encontramos el dibujo de una areola en las pacientes que han pasado por la mastectomía”.

Pero, ¿cómo funciona este proceso? El primer paso es evaluar cuál es la mejor técnica que se adapte a cada necesidad y caso, y definir correctamente la zona a colorear para no perder la simetría visual: los pezones y la areola deben quedar a la misma altura y en la posición adecuada.

"Una vez terminado con este paso, defino el tamaño de este teniendo en cuenta el pecho de la paciente". En muchas ocasiones se debe colorear ligeramente la areola sana para equilibrar el color de ambas, según Amparo Ortega Olivares.

En la reconstrucción mamaria es fundamental conseguir un acabado natural. Por este motivo, la especialista en micropigmentación opta por crear la imagen en tres dimensiones para que obtenga “un efecto óptico de volumen y realismo. Los detalles y el tono del color utilizado son muy importantes para que se asemeje lo máximo posible a una mama natural. Gracias a los colores creo un juego de luces y sombras para que no parezca que la zona está plana”.

Este procedimiento puede realizarse una vez pasados seis meses tras la reconstrucción mamaria, cuando el pecho ha adquirido el volumen necesario. Normalmente, las pacientes no sienten molestias durante la sesión porque la piel del pecho suele ser un injerto. En el caso de que duela, existen recursos para que la paciente se encuentre lo más cómoda posible. Dura unas dos horas y se realiza en quirófano, sin anestesia.

Es posible que requiera dos sesiones y, en algunos casos, retoques cada cierto tiempo para recuperar el color. En el caso del tratamiento de una areola sola, se realizará en la primera sesión una prueba de color para conseguir acercarnos al color natural lo más acertadamente posible.

Amparo Ortega afirma que “el proceso de cicatrización no resulta complicado: la paciente debe aplicarse durante dos semanas una crema regeneradora, además de evitar el sol en la zona”, pudiendo realizar su vida cotidiana con excepción de baños en piscinas y mar.

“La micropigmentación mamaria tiene una gran cantidad de beneficios físicos y psicológicos: las pacientes no llegan a verse como eran antes del cáncer. Sin embargo, esta técnica ayuda a cerrar el proceso reconstructivo: pasan página y permite a las pacientes tener una vida normal tras el cáncer porque corrige las secuelas físicas y estéticas que sufren como consecuencia de la enfermedad”, añade Amparo Ortega.

Desde Clínica FEMM siempre recordamos a las pacientes la importancia de acudir a un especialista cualificado que utilice materiales homologados y cuide los detalles para poder otorgar los mejores resultados.