Fotograma de 'Sex And The City'.

Fotograma de 'Sex And The City'. Archivo

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Si tienes 40 ya eres mayor para salir de fiesta o cómo el edadismo llega al ocio nocturno: “Vete a hacer cerámica”

Una mujer de 44 años se hace viral al denunciar que un conocido local madrileño le ha negado la entrada a causa de sus años.

Más información: Nativel Preciado, en el Club de Lectura de Magas: "Al perder el pudor a contar la verdad es cuando mejor escribes"

Marita Alonso
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"La noche es joven", dicen. Lo que no aclaran es que para el ocio nocturno, esta está en muchos casos reservada a las nuevas generaciones. Así lo hizo saber Esther Polo, de 44 años, mediante un vídeo en el que explicó cómo una divertida cita de reencuentro entre amigas dio un giro inesperado cuando, al intentar entrar en una conocida sala madrileña, la entrada le fue negada.

Denuncia que ni su conducta ni su vestimenta fueron la causa, sino su edad. "¿Os podéis creer que en pleno 2025 haya discotecas que no permitan la entrada, especialmente a mujeres —aunque también a hombres— de más de 30 años? Esto es lo que me pasó a mí anoche en el icónico local", expresó.

"Cuando fuimos a entrar, mi código QR falló…", añadió Polo en el vídeo, que se ha viralizado y ha reabierto el debate acerca de si hay una edad a la que es oportuno dejar de salir.

"Ya me habían advertido de que hay un nuevo director de sala que quiere rejuvenecer el lugar. Para hacerlo, no se le ha ocurrido nada mejor que cuando llegues a la puerta, en vez de ser valientes, honestos y comentar su nueva política de acceso, simulen que tu código no funciona", explica.

@estherpolocelda Me negaron la entrada a Florida Park por tener más de 30. Esto no debería pasar, por eso tenía que contarlo. Mi primer vídeo en tik tok merecía tener un propósito a la altura de esta red social y su capacidad de viralización😉💪. Este vídeo no es perfecto. No tiene luces, ni edición profesional, y quizá sea más largo de lo que debería. Pero es REAL. Lo grabo porque anoche viví algo que todavía me cuesta creer: me negaron la entrada a Florida Park Madrid por tener más de 30 años. No lo hago por mí, ni por mi autoestima (que por suerte la trabajo cada día y está muy sana), sino para que nadie más pase por lo mismo. Para que si planeas tu noche en Madrid y has pasado los treinta, no te la arruinen como me la arruinaron a mí y a mis amigas. Y sobre todo, para que reflexionemos: ¿de verdad queremos espacios que nos dividan por edad? Me gustaría pensar que entre todos podemos llegar a construir una sociedad donde la autenticidad y la inclusión sean el futuro y no la edad ni la belleza física. Si estás de acuerdo con este mensaje, te invito a compartirlo. No por mí, sino porque juntos podemos hacer que se escuche. GRACIAS. #FloridaPark #DiversidadReal #EdadNoEsUnFiltro #MarketingConValores #InclusiónEsFuturo ♬ sonido original - Saliendo con Esther

Un nuevo filtro

Mientras que algunos se extrañan de lo ocurrido y aseguran que jamás han tenido problemas para acceder al local, otros comentan casos similares. "Me pasó lo mismo este viernes 13, y eso que un buen amigo que antes tenía mucha mano me pasó un QR… Pero ya me advirtió de que ni al antiguo equipo de relaciones públicas se les había dejado pasar", dice una internauta.

"A mis amigas y a mí nos hicieron lo mismo. Dijeron que la política había cambiado y ahora el local es para gente más joven. De hecho, la cola estaba llena de veinteañeros. Las seis personas que estaban detrás de nosotras eran de nuestra quinta, es decir, gente de más de 35 años, y el portero no les dejó entrar", comenta otra.

Lo que demuestran los comentarios es que la edad sigue teniendo un lugar destacado en el mundo de la noche, algo que obliga a muchas personas a quedarse en casa pese a tener ganas de salir, pues las miradas acusatorias, las mofas e incluso la posibilidad de ser expulsados por su fecha de nacimiento se convierten en motivos por los que preferir abrazar el candor del clásico "película y mantita".

Al hablar de lo sucedido a Ariana Diaz Celma, Relaciones Públicas de Good2b Agency, señala que lo oportuno es dar a conocer de antemano esta información en el caso de que haya unas nuevas normas: "Hay clubs para personas de más de 25 años, otros para mayores de 40 años, etc. Creo que, en este sentido y con estas premisas claras, debería ser el propio público el que decida dónde quiere ir y dónde no".

"Yo no me sentiría cómoda en una disco light, por ejemplo. Me parece absurdo que quien está en la puerta tenga el poder para dejar entrar a alguien o no por su edad", asegura.

Nos ponemos en contacto con Esther Polo para hablar sobre lo sucedido. Confiesa que a raíz de haber dado a conocer su caso, se ve a sí misma con otros ojos… Y lamentablemente, esa mirada no es especialmente amable. "La semana pasada terminé en Oh My Club, porque es un sitio muy diverso, pero tengo que confesar que, en realidad, el plan de la noche era ir a Vandido".

Sin embargo, cuenta, "la gente que estaba haciendo cola era jovencísima y yo notaba que me miraban, como preguntándose: ‘¿Qué hace esta señora aquí?’. Y soy consciente que es algo que pienso a raíz de lo ocurrido", comenta a Magas antes de hacerse una pregunta.

"¿Dónde está la gente de 30 y algo ahora? Que conste que creo que de forma orgánica, todos nos vamos recolocando; sin prohibiciones, buscamos un estilo similar y a gente afín. Pero estrategias así [como la que Polo denuncia] me hacen ver que en la cabeza de muchos sitios hay que reservar el sábado noche a un público más joven, porque piensan que los que tenemos más de 35 años preferimos el tardeo", asegura.

La Federación de Empresarios de Ocio Nocturno y Espectáculos, España de Noche, señala que esta nueva forma de disfrutar en la calle es el responsable del aumento de hasta un 25% del volumen de negocio de esos lugares que no dudan en incorporarlo a su oferta.

Mezcla y gana

Lo curioso es que dentro del mundo del ocio, los festivales de música son un gran ejemplo de cómo aunar con acierto a diferentes generaciones. Los responsables de configurar el listado de participantes, conscientes de que son los más adultos los que más dinero están dispuestos a invertir en su tiempo de ocio, se aseguran de que los artistas que participan en cada encuentro sean de edades diversas, prestando especial atención al público adulto.

Imagen de archivo de una asistente a un concierto.

Imagen de archivo de una asistente a un concierto. iStock

Por ello, no es casualidad que en los carteles siga habiendo siempre clásicos, pues funcionan para atraer a esas personas con ese nivel adquisitivo superior que —supuestamente— se alcanza con la edad. Nacho Alberto, copropietario de la icónica coctelería catalana Bitter, asegura que la gente "mayor" cada vez sale más. Quiere hacer un apunte acerca del término tardeo, que ya ha aparecido en este escrito en boca de Polo.

"Sin duda hay edadismo no solo nocturno, sino también social. Donde no hay edadismo es en la tarde. El "tardeo" es ese concepto casi canallita bien pensado por las marcas y DJ de azoteas, que contenta y completa (a mucha honra y con todos mis respetos) a esas personas que se sienten mayores pero que no han arrojado la toalla del todo", explica a Magas.

Respecto a lo que le ha ocurrido a Polo, también tiene una opinión tajante. "Como estrategia me parece inconstitucional y financieramente poco acertada. Las franjas por edades me parecen apropiadas en los chiquiparks... Siempre he creído en la belleza de la transversalidad de los locales de ocio nocturno. Pero es algo en lo que hay que trabajar. Crear un ecosistema donde animales de 20 años y otros de 60 puedan coexistir me parece un reto", asegura

Laura Miralles, responsable de Marketing & Comunicaciones de Grupo Boca Grande, coincide en que la noche tendría que ser un espacio para todos. "Tenemos que sentirnos bienvenidos tanto los más jóvenes, como yo, como los que tengan más años", asegura.

Contra el edadismo

Chica Club nace precisamente con la intención de crear un espacio que mezcle generaciones sin ir a extremos. "Buscamos una fusión natural de la mano de personas con energía, curiosidad, ganas de disfrutar y bailar. No se trata tanto de la edad, sino de mantener la actitud y ofrecer calidad musical", comenta Christian Cramer, Managing Partner de Chica Club, que forma parte del Grupo Boca Grande.

Su directora comercial, Raina Zehera, explica que lo que les diferencia es que no ponen un límite hacia arriba. "Yo misma represento a una generación que sigue con la misma vitalidad y las mismas ganas de salir, de reír y de bailar. No hay una edad en la que eso deba apagarse y mucho menos, prohibirse. Al contrario: la noche debería seguir siendo un espacio divertido", asegura.

Una creadora de contenido llamada @noritag reflexiona en un vídeo publicado en su perfil de TikTok acerca de cuándo es oportuno dejar de salir a la discoteca. "Lo siento mucho, pero hay edades para todo. Si tienes 40 años, no vayas a la discoteca. Hay muchos bares y lugares adaptados para cuando nos hacemos mayores. Si tienes 40 años, deja la discoteca. Ve a hacer cerámica o a un bar de gente de tu edad", dice la usuaria, que tenía 28 años al grabar el vídeo.

Precisamente Esther Polo comenta la cantidad de personas le han preguntado dónde salir entonces. Por eso ahora ha creado un perfil de TikTok llamado Saliendo con Esther. "Hice el vídeo para evitar que otras personas, sobre todo mujeres, pasen por el mal trago y la vergüenza que sentí yo. Ahora me escriben locales para que vaya, por lo que he pasado de plebeya a reina", dice con orgullo y, para qué negarlo, con mucho arte.

Ariana Díaz Celma explica que especialmente en ciertos lugares es inevitable que alguien muy joven se escandalice si ve a personas mayores en un espacio y haga este tipo de comentarios. "Es lo que tiene la inexperiencia y pensar que a los 35 años vas a llevar una vida estable, con familia e hijos. En este caso, entiendo que a la persona mayor no debería importarle, a mí me importaría más bien poco".

"Yo pensaría: 'Yo decido dónde voy y con quién; si esto incomoda a alguien, que no mire'. Esto, en ciertos circuitos —como la electrónica— y ciudades, como Berlín, sucede mucho menos. Aún nos queda mucho que aprender y muchos tabús que enterrar", asegura a Magas.

Imagen de archivo de un grupo de amigas preparándose para salir.

Imagen de archivo de un grupo de amigas preparándose para salir. iStock

Hace años, la periodista Diana Aller reflexionó acerca de si es ridículo ir al Sónar a partir de los 40 años. Ahora publica Todas las guerras empiezan en verano (Altamarea, 2025), un libro en el que reflexiona acerca del paso del tiempo y cuyos personajes, que recibieron la paga en pesetas, salen de fiesta con absoluta normalidad.

"Somos una generación profundamente estafada. No me refiero a todos, pero sí a un reseñable porcentaje que nos movemos en ese amplio espectro vital entre la adolescencia y la jubilación a quien va dirigida la publicidad. Somos una suerte de almas en pena buscando nuestro sitio y no lo encontramos. Porque en realidad nuestro sitio es este, el mundo es nuestro. Pero está copado por gente normativa, absurda, neurotípica y adiestrada que, sobre todo, se rige por el miedo", asegura.

"Así que nos encontramos en exposiciones, en festivales, en noches de varios días o en bares de mala muerte. Me niego a reivindicar un derecho que ya me pertenece. Pero sí veo necesario e intento ser el referente que yo no he tenido. Demostrar que otra vida es posible, que ocio no es siempre consumo, que la amistad es el amor más bonito que hay y que ‘envejecer con dignidad’ es ser moralmente interesante y no preocuparse del estatus desde un lugar netamente neoliberal", dice.

Su reflexión llega antes de responder a una última pregunta —la de si sería oportuno hacer fiestas y locales para personas que tengan más de 35 años— con una poderosa propuesta. "Yo haría fiestas y discotecas para gente a la que le importe la edad y fiestas y discotecas para gente que a la que no. ¿Cuáles creéis que serían más divertidas?", pregunta como broche final.