Doreen Dixon llevaba empadronada en Martos, Jaén, 14 años. Fue en 2011 cuando se asentó en uno de esos pueblos que oficialmente son una cosa, pero popularmente, algo bien distinto.
A Martos se le conoce como la Ciudad de la Peña y aunque administrativamente pertenece a la comarca metropolitana de Jaén, tradicionalmente se le considera parte de la comarca de la Sierra Sur. Campiña, serranía y el olivar como protagonista. Un paisaje y una geografía social bien distinta a la de su Gran Bretaña de origen.
Como si de una burla macabra se tratara, Doreen Dixon se instaló en Martos con su marido, Kevin Dixon. Burla macabra porque no deja de parecer una mueca patriarcal, esa costumbre que aún se mantiene en algunos países de nuestro entorno de que las mujeres casadas adopten el apellido de su marido.
En condiciones normales asusta por el subtexto que contiene de posesión del patriarca y desposesión de identidad, anonimato y pérdida de referente familiar de las mujeres, pero cuando se trata de maridos asesinos o violadores, la frase provoca escalofríos.
Doreen y Kevin Dixon. Los Dixon, matrimonio, padres de una hija residente a las afueras de Londres. Ella, 78 años, nacionalidad británica y con una enfermedad degenerativa que le iba reduciendo la movilidad desde hacía tiempo. Él, 81 años, nacionalidad británica y presunto asesino de su propia esposa, según los indicios e investigaciones policiales.
El mismo escalofrío que provoca recordar a Dominique y Gisèle Pelicot. Los Pelicot. Dominique, condenado por drogar, violar y reclutar a más de 50 hombres para abusar de Gisèle.
El pasado lunes 3 de marzo de 2025, se recibió una llamada de auxilio sanitario para la Calle Los Cojos. Los efectivos de este servicio acudieron al domicilio en el que se encontraba Doreen Dixon y la trasladaron al hospital. Estuvo poco tiempo. Falleció horas después de su ingreso, el 4 de marzo.
Fue Kevin quien había hecho la llamada. El marido había telefoneado aquel lunes a los servicios de emergencia solicitando ayuda tras declarar que su esposa había sufrido una caída por las escaleras.
Según su marido, se trataba de una muerte accidental y así se certificó. Sin embargo, la autopsia reveló posibles malos tratos físicos.
El día 10, una semana después de la agresión, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género certificaba que se trataba de un asesinato machista. No había accidente, no había caída fatídica, Doreen supuestamente había fallecido por uno de los numerosos golpes que tenía en la cabeza.
Los Dixon llegaron a Andalucía ya en edad de jubilación. En Martos no tienen muy claro cuál era su ocupación antes de retirarse porque como dice uno de sus vecinos, “14 años en Andalucía, pero ni papa de español”.
Parece que Kevin había sido taxista y Doreen bibliotecaria. Ella misma lo explicó a su manera en uno de los clubs de lectura de Martos al que acudió durante un tiempo porque a Doreen era raro, muy raro, encontrarla en casa.
Y fue también en su segunda casa, en este pueblo andaluz donde celebraron su 50 aniversario de boda, en el restaurante El Roma, decorado con todo el aparataje de las ocasiones especiales. Sus amistades, básicamente la abundante colonia británica del lugar, llevaron hasta unos enormes globos dorados con los números bien brillantes.
50 años casados. Los Dixon frecuentaban al resto de familias inglesas; especialmente Doreen recordada en la comunidad como el estereotipo de la abuela amable, cariñosa, siempre de buen humor y con ganas de fiesta.
¿Cómo era Doreen? Vitalista. Respuesta unánime entre quienes la conocían. Tenía muchísima vitalidad, a pesar de que la salud no la acompañaba. No consiguió frenarla ni la enfermedad que iba mermando su capacidad de movilidad, nada la dejó en casa. Al principio se ayudaba de una muleta porque vivía en la parte alta del pueblo y eso le complicaba bastante.
Tras la pandemia del COVID, cuando su salud empeoró, comenzó a utilizar un scooter eléctrico, uno de esos vehículos diseñados para personas con movilidad reducida. El de Doreen era rojo, tan alegre como ella. A menudo se le podía ver aparcado a la puerta del Sotanillo, su bar favorito en el pueblo.
Vitalista y familiar. Viajaba a Inglaterra, donde dejó todo, cada vez que tenía excusa: para la boda de su nieta, para el nacimiento de su biznieto… Sus 78 años no le impedían recorrer el pueblo en su moto ni utilizar las redes sociales. Allí están todas las fotos familiares cargadas de cariño y sonrisas.
De lo que no hay rastro es de aquella ocasión en la que se vistió de mexicana, aunque su pandilla no lo ha olvidado. De todos sus disfraces, aquel había sido el más celebrado. Esa era otra de sus aficiones: amante de la fiesta, adoraba disfrazarse, cualquier excusa valía, cualquier motivo.
En Martos también conocían bastante a su familia, sobre todo a su nieto mayor, que iba muy a menudo a visitar a sus abuelos y que era el único de la familia que hablaba español por sus largas estancias en Latinoamérica.
Él cuidaba los dos grandes perros que su abuela tanto quería, pero había dejado en Inglaterra cuando se instaló en Martos. Le gustaba la gente, le gustaban los animales, le gustaba la vida. Doreen, la británica andaluza, a veces aparecía con moratones en los brazos porque aseguraba, “se caía mucho”, cada dos por tres.
Doreen explicaba que había venido a Martos por placer, porque quería sol y buen ambiente. Quizá eligió Jaén atraída por el olivo, omnipresente en esa tierra como símbolo de longevidad e inmortalidad.
O, tal vez, con una larga vida ya a sus espaldas, sabía que también es el árbol símbolo de resistencia y renovación, capaz de soportar condiciones adversas. Quién sabe ya cuáles fueron sus sueños, arrebatados a golpes, presuntamente, por el señor Dixon.
No estás sola
El Ministerio de Igualdad, por medio de la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, quiere recordar que el teléfono 016 (es un número de teléfono gratuito y confidencial que no deja rastro en la factura), las consultas online a través del email 016-online@igualdad.gob.es, el canal del WhatsApp en el número 600 000 016 y el chat online, accesible desde la página web violenciagenero.igualdad.gob.es/, siguen funcionando con normalidad las 24 horas, todos los días de la semana.
En el 016 se puede pedir asesoramiento sobre los recursos disponibles y los derechos de las víctimas de violencia de género, así como asesoramiento jurídico de 8 h a 22 h todos los días de la semana, con atención en 53 idiomas y un servicio adaptado a posibles situaciones de discapacidad.