
María Hernández-Mora, psicóloga clínica especializada en adicción al sexo
María Hernández-Mora, psicóloga: "En España, el 70% de los niños de 9 años llega al porno de manera accidental"
Es cofundadora de la primera unidad de adicción sexual y pornográfica en Francia, tiene pacientes de 9 a 72 años y cientos en lista de espera.
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Desde que María Hernández-Mora (Madrid, 1992) creara la primera unidad de adicciones sexuales y cibersexo en Francia, tuvo una gran afluencia de pacientes: hombres y mujeres de 9 a 70 años de todo tipo de nivel social, cultural y religión. Muchos llevaban consumiendo pornografía desde la adolescencia, si bien, su paciente tipo es un varón de entre 25 y 40 años.
La psicóloga clínica se formó en Madrid con uno de los pioneros en España en tratar la adicción sexual, el doctor Carlos Chiclana. En 2016, se casó con un francés y se mudó a París, donde realizó la primera tesis doctoral sobre adicción a la pornografía en ese país.
Tiene más de 200 personas en lista de espera en el Hospital Simone Veil y 150 en la Association Déclic-Sortir de la Pornoshère, que ha cofundado. Les recomienda que, mientras, acudan a un psicólogo, aunque no esté especializado: "La adicción es una respuesta a necesidades afectivas y emocionales".
En el mundo hay 750 millones de plataformas pornográficas, de ellas el 20% son pedófilas. Generan 97.000 millones de dólares al año. En un estudio de 2024, realizado en 42 países de los cinco continentes, la adicción a la pornografía en hombres oscilaba entre un 3 y un 29% y, en mujeres, entre un 0,7 y un 7%. Como la OMS no reconoce esta adicción, no se hacen estudios a nivel nacional de epidemiología, ni se invierte en prevención, investigación y tratamiento.
En España, el tratamiento a este tipo de adicción está más desarrollado, pero no hay una estructura de salud pública con una red de unidades como en las que se trata la depresión, la adicción al alcohol, las drogas o el juego. María Hernández-Mora colabora con la asociación Dale una vuelta, con la que impartirá por segundo año un curso para profesionales de la salud esta primavera.
El 38% de los adolescentes españoles de entre 14 y 17 años ve pornografía semanalmente. Según una encuesta del Ministerio de Derechos Sociales, en general los hombres lo hacen por placer y diversión; ellas por curiosidad. Destaca la socióloga Gail Dines que vivimos en una sociedad pornificada en la que las mujeres se esfuerzan por tener actitudes pornográficas.
María Hernández-Mora, forma parte de una red francesa de investigadores de adicciones y es la única especializada en pornografía. Necesita equipo. Sostiene que, con la ayuda adecuada, todo el mundo puede salir de la adicción.

María Hernández-Mora, en un momento de la entrevista.
Durante 10 años, Dominique Pelicot invitaba a hombres a tener relaciones sexuales con su mujer drogada y subía los contenidos a su web, donde tenía más de 500.000 visitantes al mes. Nadie alertó de lo que estaba sucediendo.
El caso Pelicot revela un problema social más profundo. Abusar de una mujer, mientras duerme o se le droga, es común en la pornografía online. Esto revela hasta qué punto hemos banalizado el consumo del sexo y de la mujer como producto.
La pornografía ha existido siempre, ¿qué ha cambiado?
La pornografía es todo contenido que tiene como objetivo la excitación sexual de la persona que lo mire. El desarrollo en el soporte pornográfico ha ido modificando la manera de consumir pornografía. Con internet y los smartphones el contenido en línea es infinito, gratuito, anónimo y tiene una capacidad excitatoria mucho más potente.
Es muy distinto ver una fotografía en la que el observador tiene que utilizar su imaginario sexual, que un vídeo que te impone sonidos, formas y actitudes, con una intensidad a la que nunca el cerebro humano había estado expuesto. No hay espacio para imaginar ni desear.
La pandemia disparó el consumo de pornografía, pero después no se ha reducido.
A nuestro cerebro le gusta el placer y cuando aprende conductas, le cuesta desaprenderlas. En el informe de Pornhub de 2024, se aprecia un aumento considerable de consumo de pornografía por parte de las mujeres que va a ir subiendo, aunque son los hombres quienes más consumen. Se ha normalizado el consumo de pornografía.

María Hernández-Mora, psicóloga clínica especializada en adicción al sexo durante la entrevista.
Un estudio de 2020 sobre el contenido de los portales pornográficos más vistos mostró que el 45% de los vídeos contenían violencia física. En el 97% de estos vídeos el blanco era la mujer. ¿Tiene consecuencias en la vida real?
Por supuesto. La media actual de consumo pornográfico es de nueve minutos. Es decir, en nueve minutos el usuario tiene un orgasmo más potente que en una hora de relación cuidada con su pareja. Todo eso va modificando las estructuras cerebrales, sobre todo, las que se encargan de la regulación emocional y de las pulsiones.
También se va haciendo más frágil el córtex cerebral -la parte delantera que se encarga de la voluntad- a la vez que se refuerza la actividad del sistema límbico, que es el que se encarga de las pulsiones sexuales. Poco a poco, las personas se van volviendo mucho más impulsivas sexualmente y van introduciendo la conducta pornográfica en sus patrones de conducta.
Lluís Ballester dice que la gran mayoría de los vídeos pornográficos son una exhibición de una actividad delictiva. Es decir, si esas escenas sucedieran en la vida real, serían imputables penalmente.
¿Qué efecto tiene la pornografía en el trato a la mujer?
Los jueces están viendo que la violencia sexual, tanto individual como en grupo, está aumentando de manera exponencial en países donde hay políticas activas de prevención del machismo y la violencia sexual. Esto es alarmante entre adolescentes.
Los estudios científicos son unánimes: a mayor consumo, mayor violencia sexual. Además, las mujeres que consumen pornografía tienen cuatro veces más posibilidades de volverse ellas mismas víctimas de violencia sexual.
Recientemente, dos menores han sido condenados (los otros eran inimputables) por agredir sexualmente en grupo a otra menor de 11 años en Badalona. ¿Hay una proliferación de pequeños psicópatas?
La psicopatía es un término psiquiátrico muy complejo. Lluís Ballester dice que el consumo de la pornografía produce una desconexión empática cuando una persona, en su búsqueda máxima de placer, se desconecta de su aparato racional, moral y emocional. Esa persona no es un psicópata, pero está alimentando esa disociación interna. Eso, a fuerza de repetirlo, hará que tengamos hombres impulsivos, violentos, intolerantes a la frustración y que no soporten el no. Ya se está viendo.

La psicóloga clínica especializada en adicción al sexo, María Hernández-Mora.
¿Cómo afecta a un menor la exposición a la pornografía?
A los nueve años se es prepúbero. El cerebro virgen no tiene la capacidad ni la maduración psicoafectiva y psicosexual para elaborar la sexualidad que le está presentando la pornografía. Se está produciendo una efracción psicológica, yo lo llamo una violación psicológica.
Muchos de los adolescentes que trato por adicción me dicen que, desde que son pequeños, tienen un stock de imágenes pornográficas en la cabeza que no consiguen quitarse. Son imágenes que chocan muchísimo al niño y se fijan en su memoria para intentar ser asimiladas.
El niño que cae de manera precoz en pornografía tiene una cascada de reacciones: shock, asco y fascinación. Poco a poco el cuerpo se va despertando, el niño va obteniendo placer y entrando en la masturbación de manera temprana. La mezcla de asco, vergüenza, fascinación y placer es un combo de emociones, afectos y sensaciones que altera gravemente su desarrollo psicosexual y favorece que vuelva a consumir para poder entender lo que está viendo.
"Educa a tus hijos antes de que el porno lo haga por ti" dice la campaña de prevención del Ministerio de Derechos Sociales. ¿Es posible controlar los contenidos a los que acceden los menores?
En esa campaña hemos participado el equipo de Dale una vuelta. En España, entre el 40 y 70% de los niños de nueve años caen de manera accidental en la pornografía. Hay que prevenirlos. A raíz del aumento de violencia sexual entre menores, en Francia han impuesto a las páginas pornográficas tener un dispositivo eficaz de verificación de la edad. El problema es que hay material pornográfico en todas partes, en redes sociales, e incluso en páginas webs de juegos infantiles.
¿Cuáles son los mecanismos adictivos de la pornografía?
El cerebro reacciona con la misma intensidad a la pornografía que a una raya de cocaína. La pornografía además estimula el sistema de la sexualidad, que es un placer específico y muy agradable. Un placer amargo, porque es vacío y carece de vínculo afectivo. Además, a mayor pornografía, mayor disfunción eréctil y mayores problemas para tener placer y el orgasmo en la relación sexual real. Es un engaño.
El cerebro se engancha con facilidad a lo que le genera placer, sobre todo cuando se puede obtener en cualquier momento y gratis. Pero no existen programas nacionales de prevención.
Se ha banalizado el consumo de pornografía y la industria ha conseguido normalizar y convencer a las personas de que la pornografía es una necesidad. Ahora, esto es muy importante, no todo el que consume pornografía desarrolla una adicción, pero tiene papeletas.

Un momento de la entrevista con María Hernández-Mora, psicóloga clínica especializada en adicción al sexo.
¿Cómo se da uno cuenta de que es adicto?
El adolescente empieza consumiendo pornografía de vez en cuando. Poco a poco, va introduciendo el porno en sus necesidades, hasta el punto en que se vuelve un regulador emocional. Es decir: estoy triste, consumo; frustrado, consumo; me siento solo, consumo. Así va necesitando la pornografía para responder a las necesidades afectivas, emocionales y relacionales.
Al normalizar esa necesidad, los pacientes llegan a consulta cuando las consecuencias son evidentes: disfunciones sexuales severas, profundo asco hacia sí mismos, sentimientos depresivos, autoestima herida y una tolerancia muy desarrollada. La tolerancia es la necesidad de consumir pornografía de manera cada vez más intensa o más frecuente porque el cerebro se va volviendo insensible.
Muchos de mis pacientes llegan cuando han empezado a consumir contenidos pedófilos y sólo se excitan con patrones de violencia sexual, lo que no corresponde con sus valores. Empiezan a asustarse de ellos mismos. Muchos me dicen que cuando se ponen a consumir se vuelven un robot, pierden la noción del tiempo y de la moral, van a lo que necesitan con un 'mono' muy fuerte. A veces tienen fobia social, les da miedo reproducir lo que han visto.
YouTube tardó cuatro años en tener 50 millones de usuarios, Pornhub, el principal portal pornográfico, sólo 19 días. ¿Está regulada la accesibilidad al porno?
No. Ese es el drama. El neurocientífico Peter Whybrow dice que es una droga numérica, como una cocaína electrónica. Peor, porque además modifica tu visión de la sexualidad. El consumo de drogas está regulado, pero no el de pornografía.
¿Quién controla el contenido de estas plataformas?
Es difícil controlarlo, además está ramificado. Una de las claves de esta industria es disfrazar el proxenetismo. Tienen un marketing muy bueno. Hacen entrevistas a mujeres orgullosas de ser estrellas del porno. Yo he trabajado en un informe para el senado francés sobre la industria y hemos entrevistado a más de 50 mujeres que han salido. Todas cuentan lo mismo, las drogan y las mantienen enganchadas para someterlas y violentarlas.
Es paradójico que en una sociedad tan preocupada con la violencia contra la mujer no se ponga límites a esta industria ni se cuestione el consumo adulto. Por lo menos, hay cierta preocupación por el consumo en los adolescentes. Parece que los intereses financieros influyen para que no se limite el consumo.
Hace poco, Lily Phillips se acostó de manera voluntaria con 100 hombres en un solo día mientras vendía las imágenes en su cuenta de Onlyfans. ¿Se trata de una patología, de una manera de ganar dinero o de libertad de hacer lo que una quiera con su cuerpo?
Se trata de todo eso junto. Viktor Frankl decía que frente a la estatua de la Libertad habría que levantar la de la Responsabilidad. Esta chica, por supuesto, es libre de hacer lo que le da la gana. No conozco su historial, pero tiene vulnerabilidades psicológicas evidentes. Probablemente haya antecedentes de abuso sexual, puede tener una adicción severa, venir de un ambiente donde nunca se la haya tratado con respeto…
¿Cuál es el problema? Que este tipo de sexualidad masiva y violenta se está normalizando con la pornografía. Me preocupa la mujer, pero también los 100 hombres y todos los espectadores. El mensaje a los chicos es que se lo pueden pasar muy bien todos juntos con una chica. Esa ruptura entre sexualidad y afectividad es un drama para los adultos de mañana.