Amaia y Karlos Arguiñano con el nuevo Kaiaren 2016.

Amaia y Karlos Arguiñano con el nuevo Kaiaren 2016.

Protagonistas

Amaia, la benjamina ingeniera de Karlos Arguiñano que cambió las motos por los vinos

La hija pequeña del popular cocinero toma las riendas de la bodega K5 para crear un nuevo vino que aseguran, les traerá muchos éxitos. 

7 abril, 2023 02:17

Tras siete años recorriendo el mundo como ingeniera de telemetría en motos GP, Amaia, la hija pequeña de Karlos Arguiñado toma las riendas de la bodega familiar, K5. Este es el espíritu competitivo y emprendedor de una segunda generación, que apuesta por la innovación y por la expansión del Txakoli.

Hablamos con la benjamina sobre sus pasiones, su familia y sobre el nuevo caldo en el que ha estado trabajando, Kaiaren 2016.

¿Eres el ojito derecho de papá Arguiñano?

Somos siete hermanos, pero no soy la única niña, ya que también está mi hermana María, que mis padres acogieron hace muchos años. Pero si que soy la pequeña, aunque tengo que decirte que siempre he sido una más, por lo menos es lo que siempre me ha trasladado mi madre. La diferencia al final, con respecto a cualquier otra familia, es que somos muchos.

Mucha gente me dice: ¡Ah, serás la princesita de la casa! Pero de eso nada de nada. Recuerdo que me peleaba todos los días con mis hermanos, y tampoco recuerdo tener ningún privilegio por ser niña o por ser la pequeña.

Siempre me ha tocado también ayudar en casa, y en el bar. Luego sí que los privilegios igual de de no trabajar en verano tanto, que igual mis hermanos si que hacían más horas en algún momento, pero ya era porque yo estudiaba más también, pero no por ser chica.

Padre e hija en la bodega K5.

Padre e hija en la bodega K5.

Eres ingeniera de profesión y has trabajado durante siete años en el mundo de las motos como experta en telemetría, ¿por qué lo dejaste?

Pensaba que estaría allí un par de años, a lo sumo tres... pero al final fueron siete. En mi mente no estaba trabajar allí toda la vida, así que como trabajo temporal para coger experiencia, pues me parecía muy divertido, que me podía aportar muchísimo y por otro lado, viajaba mucho.

No me veía ahí toda la vida dentro del paddock, quería tener una vida más estable. Ya cuando me di cuenta de que estaba pasando el tiempo demasiado rápido, decidí que era el momento de pensar en algo más cerquita de casa. Y también tenía pareja ya y si quería en algún momento formar mi propia familia, pues no lo veía muy compatible.

¿Echas de menos algo de ese sector?

Hay cosas que sí que echo de menos como la adrenalina de las carreras. Esos momentos de máxima concentración durante los entrenos en los que te enfocas, y todo sale rodado, el ambiente del equipo y del paddock. En el equipo éramos familia, pero también vas conociendo a mucha gente, y vas como en un grupo a todos los sitios. Pero bueno, en la balanza al final ganó el estar cerca de casa y tener una vida más un poco estable. Ahora también me toca viajar, pero es de otra manera.

¿Sigues siendo motera?

Nunca he llevado una moto grande, pero sí que me gustan. Justo ahora tengo un niño pequeño y no tengo mucho tiempo para ello. Me gusta, sobre todo, ver las carreras y en familia. Siempre los domingos subimos a comer al caserío, abrimos la salida de motos GP todos en familia, junto a mi padre, y él siempre me avisa: 'Amaia, que ya va la salida'. Y da igual que estemos comiendo, que vamos al salón para verlo y luego nos reunimos otra vez.

Cambiaste las motos por las bodegas K5, ¿qué significan las siglas?

Viene de la montaña K2, y el 5 viene de los cinco socios que fundaron la bodega. No estamos tan altos, pero bueno, por un lado sí que estamos en la montaña, y por otro lado, la flecha del K5 que es una flecha amarilla, que representa el camino hasta la cima, hasta el éxito.

Hablemos del último caldo que habéis conseguido para la bodega, el Kaiaren 2016.

Para llegar a este vino, que es de una añada de 2016, hay que ver toda la experiencia de la bodega. El proyecto comenzó en el 2005, la primera añada de K5 nace en 2010, y en esos años ya se empezó a trabajar con la crianza sobre lías, un tipo de crianza que se hace en depósito de acero inoxidable, lo que permite, aparte de suavizar la sensación de acidez en boca, darle volumen al vino y hace que aguanten y evolucionen mejor.

15 hectáreas de viñedo propio de donde se extraen 80.000 botellas cada año.

15 hectáreas de viñedo propio de donde se extraen 80.000 botellas cada año.

Nuestros vinos con este clima y con la uva que tenemos, Hondarrabi Zuri, tienen muy buena acidez y eso hace que aguanten bien en botella. Y en el 2015 ya vimos que los que los K5 del 2000 de los primeros estaban que aguantaban muy bien y estaban muy ricos con el tiempo en botella y con las crianzas sobre lías que hacíamos. Se decidió apartar en 2016 una parte de esa añada, que estaba muy buena, y se dejó para que hiciese más crianza sobre el lías.

Ese vino que se dejó en un depósito de 5000 litros, ha permanecido cuatro años haciendo la crianza sobre lías. Se embotelló en el 2021, ya hace dos años e intencionadamente también se le ha dado tiempo en botella, porque ya sabíamos que nuestros vinos en botella evolucionan.

Resumiendo, es un vino blanco de la añada del 2016, que se elabora solamente a partir de mosto flor, y tras una maceración prefermentativa en frío, ha fermentado con levaduras indígenas a temperatura controlada. Es una edición limitada de 6.739 botellas.

Su gran particularidad, reside en su largo tiempo de crianza sobre lías, y luego dos años en botella. Es un vino que sale al mercado en el 2023, pero es de 2016 como un gran reserva. Aunque es un vino fresco con buena acidez y que puede aguantar muchísimos años en botella.

¿En el resto de España se valora poco el Txakoli?

Por la gente que llega a la bodega, y según que zonas, como Barcelona o Málaga, o incluso Madrid, si que nos valoran porque se consume, pero en general no se conoce bien. Y como somos pequeños Aún creo que es difícil llegar a todo el mundo. Este es un vino que hay que explicar. Normalmente se conoce el txakoli del año que se bebe en barra con mucha aguja. Yo creo que poco a poco la gente ya sabe que está mejorando el vino en todas las denominaciones de origen.

Los Arguiñano en el plató de televisión.

Los Arguiñano en el plató de televisión.

¿Cuántas botellas salen al año?, ¿qué producción tenéis?

Aproximadamente tenemos unas 80.000 botellas al año, más o menos. Nosotros tenemos 15 hectáreas de viñedo propio, alrededor de la bodega y no compramos uvas. Por tanto, no siempre tenemos la misma producción. Hasta el momento hacemos tres marcas: K5, K Pilota y Kaiaren. Se diferencian entre ellos por los tiempos de crianza. El K Pilota tiene cinco meses de crianza sobre lías; K5 tiene mínimo 11 meses, casi un año. Y Kaiaren, 4 años.

¿Cuáles son las novedades introducidas en la bodega?

Bueno, en primer lugar hay un cambio de generación desde que empecé a trabajar en las bodegas. También está Andrea, enóloga, que está conmigo todos los días y es con ella, es la que lleva un poco de todo lo de la bodega y ella es más joven que yo y con muchas ganas de innovar. Entonces estamos probando cosas.

En el 2021 hicimos una prueba de vendimia tardía que aún está elaborándose, no lo hemos embotellado aún.

También llevamos el enoturismo de la bodega. Lo puse en marcha hace tres años y el pasado introdujimos la visita de helicóptero; los baños de bosque, que es una miniterapia natural utilizando todos los sentidos; hacemos catas verticales; y catas en menos de 40 minutos.

Eres hija de uno de los cocineros españoles más populares, ¿el apellido te ha pesado o te ha ayudado a nivel profesional?

Yo creo que me ha ayudado mucho, por lo menos para entrar y estar al frente tanto de la bodega como en el caso de las motos. Pero es verdad, que yo siempre pienso que luego tienes que demostrar que vales. La presión interna la llevo yo, igual no me presionan desde fuera, pero yo si que lo hago.

¿Cuál es el mejor consejo que te han dado tus padres?

Que sea yo misma, que no tengo que imitar a nadie y que no hay que mirar a nadie por encima del hombro.

¿Te gusta cocinar?

Sí, me gusta. Pero ahora no tengo mucho tiempo. Y yo diría que lo que me gusta es comer bien. Le doy mucha importancia. No tiene que ser nada muy elaborado, pero que sea un buen producto.

Ahora con tu peque menos todavía...

Eso es, con un hijo de un año, de repente me he dado cuenta de que hoy es viernes y se me he pasado la semana, sin haber hecho todo lo que quería hacer....

¿Y hay algún plato que te salga rico?

Me salen muy bien las lentejas y el arroz con verduras. Y la ensaladilla rusa, que le he copiado a mi aita que le sale super rica.

¿Qué receta te chivó tu padre cuando más la necesitabas?

Bueno le llamo bastantes veces porque, por ejemplo, cosas que no se cocinan cada día, como cordero al horno, etc, que se me olvidan, y entonces le llamo.

Por ejemplo, en el confinamiento, que me encanta la sopa de pescado, pero siempre me da mucha pereza porque son muchas fases en el plato. Un día subí y cogí mis apuntes, pero luego claro, al final hay que practicar, que te explique un día, no vale, si no te propones hacerlo tu misma. Eso sí, luego me llama y me pregunta: '¿qué tal te ha salido?'