Mariana Cortés, productora de televisión.

Mariana Cortés, productora de televisión.

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La productora Mariana Cortés: “Los feos somos más, que no te juzguen por ser más o menos guapa”

MagasIN charla con la productora colombiana, impulsora de fenómenos televisivos sobre la parte menos atractiva de la belleza, como 'Betty la Fea'.

8 junio, 2022 02:20

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Muchos años después, Mariana Cortés recuerda una mañana remota en la que, trabajando aún en una empresa de lámparas, unos amigos la llamaron por teléfono y le dijeron que había una vacante para trabajar en la televisión. “He sido siempre gran lectora. Pero de ahí a imaginar que podría trabajar en la tele, ¡va un trecho!”, relata. “Lo único, si la preguntan, diga usted que ve mucha televisión”, explica que le dijeron en aquella llamada.

Mariana Cortés comienza esta conversación confesando que acaba de atravesar una época complicada, pero se revuelve contra la adversidad, incluso para describirla piensa en los adjetivos que debe usar, y señala el poder del lenguaje. “Uno debería estar más preparado para las pérdidas y los cambios”, empieza, “pero en definitiva la vida nos toma siempre por sorpresa, sobre todo con las malas noticias”.

Esta mujer colombiana describe su origen con literatura, mencionando “a dos familias grandes y unidas, en dos árboles familiares que siento que han tenido muchos privilegios. En muchos sentidos, pero sobre todo porque hemos sido criados con muchos valores, siendo conscientes de lo bueno que teníamos, y con la idea siempre de no olvidarnos de eso al relacionarnos con los demás”.

En su casa natal existía la idea de “dar el doble simplemente porque has tenido más. Se nos exigía muchísimo a todos y se daba por hecho que teníamos que ser mejores personas. Se nos animaba por supuesto a competir y a dar lo mejor de nosotros, pero a no olvidarnos de la suerte que tuvimos”.

“Yo crezco en un ambiente bastante competitivo”, continúa “y creo que eso me ha marcado mucho, porque con los esfuerzos a lo largo de mi carrera profesional, siempre he sido consciente del trabajo que habría detrás: nunca he pedido nada que no podría dar, he sido la primera en llegar si había que llegar pronto”.

Cortés comenzó “trabajado como agente de comercial de lámparas, en una empresa en la que vendíamos instalaciones con un equipo de instaladores, y todo era buen rollo. Al final todo sale, pero no hay un solo proyecto que salga sin complicaciones, ¿verdad? En ningún sitio. Si algo va a salir mal, sale mal, eso es así”, bromea.

Cuando se le pregunta por una anécdota de su forma de gestionar equipos, comienza en esta época, explicando cómo “más que una filosofía corporativa me viene a la mente salir a comprar el pollo asado para todo el mundo. En Colombia es el plato nacional, no hay nada como eso, con papas saladas, nada más delicioso y gourmet”. Explica cómo su alto grado de exigencia siempre ha venido compensado con un deseo de que existiera buen ambiente y “evitar las fricciones, generar equipos, compartir momentos”.

Inicios en la producción

Un día, tras una llamada inesperada, surgió la oportunidad de trabajar en la televisión. “Pronto me seleccionaron, en efecto, para unirme a un grupo de personas que trabajaba en una productora nacional. La señal de televisión en Colombia por aquel entonces era solo pública, del Estado, y las empresas alquilaban espacios a lo largo de una parrilla de TV”.

De modo que Cortés deja el negocio de los halógenos para buscar la luz directa sobre los personajes, “y termino trabajando en esta empresa, y el tipo de televisión que hacen allá me marca muchísimo desde el primer momento. El contenido tenía que ser comercial, porque importaban el rating, las parrillas… y es cuando tengo una superjefa que me enseña muchísimo sobre el negocio”.

“Yo soy una creyente”, continúa “probablemente por una influencia gringa en mi vida, de la idea de que, si haces las tareas, si te sientas y aprendes y te exiges, vas logrando tus objetivos. Siempre he creído en el esfuerzo, tal vez en esa cosa protestante del trabajo”, añade.

“Cuando entré en el mundo de la televisión”, continúa, “en la parte creativa, me sentía feliz, cómoda, me encantaba la parte de investigación y de desarrollo de contenidos. Incluso hoy en día, cuando leo proyectos, me llama la atención cómo van cambiando los temas de la época… cómo funciona la cotidianidad de las personas, cuáles son las preocupaciones actuales. No es peyorativo, hablo de esas motivaciones más básicas que nos describen mejor”.

En su primer trabajo televisivo, a Cortés le piden que esté al cargo “del balance social, de cómo vas a impactar a tu público, con ejemplos y sin ser moralistas. Una responsabilidad asumida desde el medio de comunicación. Todos los proyectos debían tener un para qué, por ejemplo, ‘yo creo que hay que luchar contra el embarazo adolescente’ y así igual con otros temas importantes. Arranco con ellos, estoy ahí varios años”.

Éxito y llegada a España

Cortés pasa después a otro de los canales privados, donde no permanece mucho tiempo, y regresa al mundo de la producción cuando "me ofrecen la posibilidad de irme como flying producer a España". Así es como llega a ser responsable de parte de los contenidos de Grundy Producciones.

“Me voy con un proyecto que inicialmente era una adaptación de una serie colombiana y ahí arranca el tiempo de entender cómo funcionaba el mercado español, cómo debía ser un producto para que tuviera interés para un español medio. Fue muy interesante profundizar en las diferencias entre mi país y éste”.

Como showrunner en España, Estados Unidos y Latinoamérica, Cortés se convierte en “la persona que maneja el show, la persona que tiene en la cabeza el show, la parte más creativa de una producción”. A su cargo, cientos de profesionales del audiovisual y de títulos tan conocidos como Yo Soy Bea -adaptación de Betty la Fea-, Sin tetas no hay paraíso”, Un minuto para ganar o El Auténtico Rodrigo Leal.

Esta década en España, hasta 2014, se llena de, según ella, “muchas locuras y muchas cosas. Me convierto en una persona que trabaja muchísimo, pero haciendo grandes amistades y aparece gente a la que quiero muchísimo”.

Sobre su primer éxito, Betty, afirma que “todos tenemos algo de Betty. Pero claro, yo de tanto conocerla terminé un poco siendo como el personaje. Ella era superempollona y trabajadora. Cuando tú ves el trabajo tan colaborativo y de muchas horas de una producción, lo entiendes así”.

Recuerda que “una noche dormí en el plató de Betty porque había que entregar un capítulo y no estaba terminado y mientras acababan de musicalizarlo me metí en una de las camas del plató. Era la de Betty, y ahí dormí algunas horas”.

Mujeres en el sector

“Cada vez hay más espacios profesionales para las mujeres”, explica sobre el audiovisual, “pero cuando yo llegué aquí me costó. Era mujer y sudamericana, y estaba al cargo de producciones importantes, con muchos hombres y mujeres en mi equipo”, subraya.

“A mí me costó llegar. Sin tetas… era muy provocador como título y recuerdo que nos preguntaron si no había una cosa denigrante contra las mujeres en ese título. Yo respondí que ‘no porque algo sea cierto, significa que esté bien’. De hecho, las series pueden hablar de lo que debe denunciarse”.

Para ella, “lo que hay que hacer en la vida es un poco lo mismo que Bea, hay que lograr que no te juzguen por ser más o menos guapa, porque los feos somos más [sonríe]. Esa fue la estrategia del canal, que funcionó muy bien. Para ella, las inseguridades deben trabajarse, al igual que el propio éxito: “El éxito, hoy en día que tanto se habla de lo fulgurante de lo audiovisual, da igual en qué ámbito, el éxito siempre viene trabajando”, sentencia.

Después vendrían Big Bang Media, el cargo de VP de Discovery Latinoamérica y otros proyectos, incluyendo “el proyecto más importante de mi vida cuando conozco a mi chico”, se sincera.

Actualmente, ejerce como productora independiente y en algunos casos es requerida como scriptdoctor, es decir, como “médico de guiones”, el profesional “con ojo” que analiza los proyectos que luego serán ultraconocidos en las plataformas. “Es importante tener un análisis estructural y de contenido para cada proyecto que llega y ser capaz de ver más allá”.

Trabajo social

Además de su profesión, Cortés comparte con MagasIN una faceta solidaria: su colaboración con la Fundación Social Payandé, que ha crecido en los últimos años. “Se trata de un club social que emplea a más o menos 100 muchachos de 18 a 25 años. La época de la pandemia fue muy dura porque se quedaron sin trabajo durante ocho o nueve meses, imagínatelo”.

A raíz de esta situación “me puse a trabajar más intensamente con esa fundación a las afueras de Bogotá, que en temas de educación es muy potente. Hay que tomar conciencia de que uno tiene que hacer cosas por los demás, devolver el trabajo y la capacidad creativa. Uno puede preguntarse, ¿qué puedo aportar? Yo soy capaz de movilizar gente, conseguir recursos, habilitar las conexiones o la energía o el conocimiento. Para apoyarlos, en la búsqueda de recursos, auxilios, oportunidades formativas. En definitiva, apoyarlos y encontrar un futuro para ellos”.

Más allá de como imagen, reivindica el deporte como “fuente de energía. Otra cosa que he sido en mi vida es superdeportista. Sin competición: sin esa cosa de jugar bien, cuando no he jugado bien, he corrido y he tenido una constante con la vida sana. Me gusta bailar, a veces me equivoco, soy Pinky muy a menudo [se refiere a Pinky y Cerebro], esa es una descripción de lo que soy, hay que reírse siempre que sea posible”, concluye entre risas, haciendo alegato del sentido del humor siempre, en cualquier circunstancia.