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Magas-Mujeres en la Historia

Eleanor Roosevelt, la Primera Dama que solo admitía mujeres en sus ruedas de prensa

La lucha contra la desigualdad social de la que fuera Primera Dama de EEUU la convirtió en una de las personalidades más reconocidas de la historia.

17 febrero, 2023 16:51

Anna Eleanor Roosevelt nació en Manhattan, Nueva York, el 11 de octubre de 1884, en el seno de una familia privilegiada. Sobrina de un presidente americano, Theodore Roosevelt, desarrolló un vínculo con el poder y la política ya desde una temprana edad.

Desgraciadamente y a pesar de su vida acomodada, vivió una infancia desdichada al perder a su madre y a su padre siendo aún una niña. La primera, a causa de la difteria. El segundo, alcohólico, se tiró desde una de las ventanas del sanatorio en el que permanecía confinado tras un ataque provocado por su síndrome de abstinencia.

Tras la muerte de sus padres, Eleanor se crió con su abuela, formándose en la academia de señoritas Allenswood, donde comenzó a desarrollar su pensamiento independiente. Siempre fue una niña insegura, pero su estancia en la academia y el papel de su directora, Marie Souvestre, ayudaron a desarrollar su confianza en sí misma.

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“No importa cuán simple sea una mujer, si la verdad y la lealtad se estampan en su rostro, todos se sentirán atraídos por ella”, escribía. Comenzaba, ya entonces, a ser consciente de las posibilidades que tenía a su alcance.

Pero, ¿cuándo comenzó a desarrollar sus inquietudes sociales? En 1902, tras escuchar a uno de sus parientes criticar a la Association of Junior Leagues International por “atraer a mujeres jóvenes a la actividad pública”, decide unirse, participando activamente y dando clases de baile y calistenia en los barrios bajos del Lado Este de Manhattan.

¿Roosevelt y Roosevelt?

“Es bueno mantener el nombre en familia” se jactaba su tío, el presidente Theodore Roosevelt, cuando la prensa le preguntaba por la boda. Y es que la propia pareja tenía lazos de sangre. ¡Eso sí, lejanos! En 1905 Eleanor se casaba con su primo (en quinto grado), Franklin Delano Roosevelt, el que décadas más tarde se convertiría en uno de los presidentes más significativos del país.

Como cualquier mujer casada de la época, su vida quedó relegada a los quehaceres familiares. Pero esta vida no satisfacía sus inquietudes. “No me resultaba natural comprender a los niños pequeños o disfrutarlos”, escribió tiempo más tarde sobre este periodo de su vida.

Durante los años 20 la pareja comienza su camino en la escena política y, tras la parálisis que afectó a su marido, diagnosticado de polio, ella comienza a sustituirlo en muchos de sus actos públicos.

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El historiador David Stafford comenta que Sara, la madre de Franklin, era una mujer muy dominante: “le hizo la vida imposible a Eleanor durante los primeros años de matrimonio y quería que su hijo dejara la política por su enfermedad. Pero Eleanor ganó la batalla a su suegra, lo que fue esencial para marcar el camino de Franklin Delano Roosevelt hacia la presidencia”.

Con la investidura de su marido como presidente de los Estados Unidos en 1933 se puso en marcha el famoso New Deal. Y este plan de rescate económico no habría existido sin nuestra querida Eleanor que, convertida en los ojos y piernas del presidente, recorrió el país incansablemente para conocer de primera mano las necesidades de la población. 

¡Nunca, hasta el momento, habían tenido una Primera Dama tan activa y comprometida! Ella rompió con el rol tradicional de mujer del presidente y se convirtió en un ejemplo a seguir para miles de mujeres y niñas, a las que aún a día de hoy sigue inspirando con sus actos y palabras. Como podemos ver en esta Agenda 2023, de la marca feminista Animosa, inspirada en ella.

Agenda 2023, de la marca feminista Animosa, inspirada en Eleanor Roosevelt

Agenda 2023, de la marca feminista Animosa, inspirada en Eleanor Roosevelt

Durante este tiempo, Eleanor implementó una de sus medidas más controvertidas: admitir solo a mujeres periodistas en sus ruedas de prensa. Una acción con gran impacto en una sociedad en la que las mujeres representaban un porcentaje muy pequeño en el mundo laboral, y animando, de este modo, a una mayor contratación de reporteras a los medios de comunicación.

Tras la muerte de su marido, cuatro veces reelegido como presidente, en 1945, rechazó la oferta de Harry Truman de ser su vicepresidenta de campaña para encabezar la delegación estadounidense de la ONU, convirtiéndose en presidenta de la comisión encargada de redactar la Declaración Universal de los Derechos Humanos, lo que sería considerado como uno de los mayores logro de la historia. Y el mayor de su vida. Aún quedaría mucho camino por recorrer para hacer efectivos todos esos derechos que habían recogido. Pero el rumbo estaba marcado.

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“Millones de personas recurrirán a este documento en busca de ayuda, guía e inspiración. Este es el primer paso de un proceso evolutivo”, señaló Herbet V. Evatt, presidente de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Durante su aprobación, en la Asamblea General de la ONU el 10 de diciembre de 1948, fue ovacionada por todos los miembros. Se la conocería, a partir de entonces, como “la primera dama del mundo”.

En los años posteriores continuó promoviendo sus fervientes valores de igualdad y justicia social. Fue impulsora de Unicef, continuó escribiendo la columna My Day, y siguió defendiendo múltiples causas sociales hasta su fallecimiento, a los 78 años de edad.

Amigas y puede que algo más

La activista tuvo una vida no falta de aventuras, así que es lógico que se relacionase con algunos de los personajes más conocidos del momento. 

La famosa aviadora Amelia Earhart fue la primera mujer en sobrevolar el atlántico en solitario. ¡Y sí, tenía una gran relación con la Primera Dama! Se rumorea que hasta se escaparon juntas a alguna que otra fiesta. La influencia de Amelia hizo que Eleanor se interesase por el pilotaje, pero la cosa no fue más allá de su solicitud del permiso de estudiante.

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Aunque lo de pilotar un avión ya suena a aventura, puede que en su vida privada también tuviesen cabida las de otra clase. La publicación de la correspondencia que mantenía con Lorena Hickok nos revela el pasional romance que surgió entre las dos mujeres.

La autora, Susan Quinn, desvela su relación en su obra Eleanor and Hick: The Love Affair That Shaped a First Lady, una historia de intenso amor lésbico entre dos mujeres excepcionales.

Se ve que lo que parecía, de cara a la vida pública, una relación perfecta, no lo era tanto en el ámbito privado, pues las varias aventuras de su marido durante su etapa de presidente son un secreto a voces. ¿Por qué debería de haberse privado ella de construir también su vida?

Amelia Earhart y la Primera Dama Eleanor Roosevelt, evento de la Sociedad Geográfica Nacional, 1935

Amelia Earhart y la Primera Dama Eleanor Roosevelt, evento de la Sociedad Geográfica Nacional, 1935

“Sorprendentemente, tanto Eleanor como Franklin reconocieron, aceptaron y alentaron esta situación (...) Eleanor y Franklin eran personas decididas que se preocupaban mucho por la felicidad del otro, pero se dieron cuenta de su propia incapacidad para proporcionarla”. Así se refería el biógrafo Jean Edward a las aventuras que conllevaba su relación matrimonial.

Desde luego, Eleanor Roosevelt fue una mujer de múltiples facetas. Pero había una que destacaba sobre todas ellas. Una que la convirtió en el referente, en la inspiración que es aún hoy en día: su inquebrantable espíritu de lucha ante la desigualdad, y su incansable dedicación a la causa. En sus propias palabras: "No basta con hablar de paz, hay que creer en ella. Y no basta con creer, hay que trabajar para conseguirla".