Montaje con algunos ejemplos de las técnicas estrella para crear looks con acierto este otoño-invierno.

Montaje con algunos ejemplos de las técnicas estrella para crear looks con acierto este otoño-invierno. Cristina Sobrino

Moda

De la técnica del helado a la mezcla perfecta de texturas: los consejos de estilo para vestir como las expertas

Cuando las temperaturas bajan, combinar prendas con acierto puede ser misión imposible. Por suerte, hay trucos que lo hacen más llevadero.

Más información: Del lujo racional de Prada a la emoción escénica de Chanel: las claves que hemos visto en las semanas de la moda

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Ahora que las prendas de otoño han comenzado a conquistar los armarios, resurgen las dudas propias de esta estación. A veces, cuando se comienza a añadir capas a los looks, es complicado seguir vistiendo con estilo. Se podría decir que conforme las temperaturas bajan, el sentido de la estética puede llegar a perderse por el camino.

No obstante, hay una serie de consejos de moda que pueden ayudar a salvar los obstáculos con los que el frío zancadillea al buen hacer fashion. Desde saber cómo jugar con la técnica del layering, a seguir "tomando helados" incluso cuando el calor forma parte del pasado, pasando por la combinación de texturas.

Cuando todo ha tornado en una experiencia, la selección de atuendos y cómo llevarlos también tiene mucho de sensorial. Sin duda, una de las combinaciones estrella del momento es la de aprender a fundir la comodidad y funcionalidad con una propuesta estética que vaya más allá de lo básico. Porque vestirse va mucho más allá de llevar ropa.

Capas con historia

Una apuesta fundamental cuando llega el otoño-invierno, es la de ser capaz de construir un estilismo en torno a las superposiciones.

No obstante, para introducir este concepto en el día a día de cada cual, no es necesario hacer movimientos arriesgados. Es decir, no hace falta convertir cada outfit en un estilismo de aquellos que las estrellas infantiles llevaban en las alfombras rojas de los años 2000.

Ahora el término layering se balancea en una definición mucho más cuidada que se basa en conseguir una armonía, no en añadir capas de forma aleatoria. Como truco, la idea principal sería combinar, por ejemplo, texturas más gruesas, como el punto, con otras más ligeras, como podría ser la del satén.

Imagen de 'street style' de la Semana de la Moda de Copenhague con un look más extra de estilo 'layering'.

Imagen de 'street style' de la Semana de la Moda de Copenhague con un look más extra de estilo 'layering'. Getty Images

Un ejemplo de look que encaje en esta descripción sería el de llevar una blusa, con un jersey oversize y una falda satinada. Todo combinado con unas botas de, por ejemplo, ante, que gracias a la altura de su caña, over-the-knee —sí, están de vuelta—, se pierdan en el largo de la prenda inferior.

Encima, se podría arrojar una blazer y, por supuesto, un abrigo maxi. Para aquellas que tengan miedo de arriesgar o que sean más cautas y quieran apostar por un acierto seguro, la propuesta podría bailar en una paleta monocromática o con tonalidades muy similares. Los neutros son infalibles.

Chocolate y vainilla

Cualquier amante de los helados, de la vida, casi, sabe que esta delicia no debería estar encerrada solo tras las barras de los meses de verano. Esta suerte de postre o merienda —a veces cena dramática— sirve además esta temporada para darle nombre a una técnica de vestimenta.

Y es que los sabores más populares de este manjar funcionan tan bien en el paladar como en el armario. La idea es sencilla: hay que combinar la fresa, el chocolate y la vainilla no solo en el cucurucho o la tarrina, sino también en los looks. Y para salir triunfante, hay que contar con las texturas igualmente.

Look de 'street style' de la Semana de la Moda de París que combina el sabor fresa con el del chocolate.

Look de 'street style' de la Semana de la Moda de París que combina el sabor fresa con el del chocolate. Getty Images

De esta forma, algunos de los tonos pastel acceden al otoño-invierno, a pesar de que su residencia habitual suela encontrarse en los meses cálidos. Quizás una de las firmas que ha sido un claro referente de esta propuesta a lo largo de los años sea la maison francesa Chanel, donde el rosa claro siempre ha maridado a la perfección con el tweed.

El vainilla, por ejemplo, se beneficia de forma evidente del auge del mantequilla; el chocolate, por su parte, ya se alzó hace un par de temporadas como una de las alternativas más atractivas de la paleta de colores de los neutros.

Como toques diferenciales de las propuestas de sabores usuales, también se podría considerar el pistacho. La gama de los verdes también tendrá mucho peso durante las próximas semanas y hasta la marcha del frío.

Foto de 'street style' de la Semana de la Moda de Nueva York de un look que combina marrón chocolate con crema.

Foto de 'street style' de la Semana de la Moda de Nueva York de un look que combina marrón chocolate con crema. Getty Images

Un tip para jugar con éxito con esta propuesta de moda, que casi se puede paladear, es la siguiente: si un color resulta cargante, hay que optar por prendas que resulten ligeras. En cualquier caso, la premisa es clara: aquello que funciona en boca, también lo hace en forma de look. Y como alternativa, siempre se pueden combinar cualquier apuesta con el crema.

Neutros con sentido

El auge del estilo de la moda escandinava, en especial después de que la Semana de la Moda de Copenhague se haya convertido en uno de los grandes focos de tendencias mundiales en cuando a street style, ha conseguido que una explosión de color a nivel mundial invada las calles.

Detalles como este, unido al del choque entre la cultura estética de la generación Z y la millennial, ha desembocado en que los tonos neutros pierdan un poco de relevancia en el día a día.

Imagen de 'street style' que supone un claro ejemplo de cómo apostar por los neutros puede resultar arriesgado y divertido.

Imagen de 'street style' que supone un claro ejemplo de cómo apostar por los neutros puede resultar arriesgado y divertido. Getty Images

Resulta obvio destacar que este fragmento de la paleta de colores es un sinónimo de salvavidas en cuestión de moda. Es difícil equivocarse cuando se apuesta por el blanco, negro, gris o beis como base de cualquier outfit. En los últimos tiempos, se han incorporado algunos fichajes a esta gama, como el azul marino o el marrón chocolate.

Sin embargo, hay formas de animar estas propuestas. Y es que para hacer de ellas algo más interesante, lo mejor es jugar con las texturas, el layering y los volúmenes. Por lo tanto, ésta es la temporada idónea para ello.

El 'influencer' y empresario Bryan Yambao en una imagen de 'street style' combinando un look básico negro con pinceladas de verde y jugando con volúmenes, asimetrías y texturas.

El 'influencer' y empresario Bryan Yambao en una imagen de 'street style' combinando un look básico negro con pinceladas de verde y jugando con volúmenes, asimetrías y texturas. Getty Images

¿Qué posibilidades caben en esta ecuación de moda? Desde abrigos más extra como el ambicionado Teddy de MaxMara, hasta un total look en ante con una chaqueta con la parte superior estructurada y un cinturón que afine la silueta, pasando por combinar el punto con los tejidos satinados, como ya se ha mencionado.

Por otro lado, también puede resultar apetecible fundir estos tonos clásicos con un punto de tendencia cromática, una nota de color inesperada. Aquí entraría de nuevo la técnica del helado, por ejemplo. Aunque también se podría apostar por meter algún verde, como el oliva o el salvia.

Puntos de equilibrio

A pesar de que en este texto se atisba la defensa del mix and match, lo cierto es que para salir triunfante de esas mezclas inesperadas, es necesario aplicar cierta lógica. Es ese punto que consigue que aquella persona que admira un look diga: "No sé cómo funciona, pero me encanta". Ese je ne sais quoi fashion que hace que incluso el caos mantenga su orden.

Uno de los detalles a tener en cuenta es que si se van a combinar texturas, tendría que haber una sobre la que recaiga más peso. El juego de prendas no debería suponer una competición. Siempre hay que buscar un balance. Aunque, dicho esto, conviene recordar que la moda es libre y que su expresión dependerá de lo que se busque transmitir con ella.

Por otro lado, en cuanto a la cuestión de los tejidos y el tacto de los mismos, también se debe tener en cuenta que hay que contrastar aquellos que sean más pesados con otros más ligeros. De este modo, se conseguirá un resultado más dinámico.

Imagen de 'street style' de la llegada al último desfile de MaxMara en Milán.

Imagen de 'street style' de la llegada al último desfile de MaxMara en Milán. Getty Images

Y, por supuesto, cuando se construye un estilismo es fundamental pensar en el concepto de proporción. Si bien es cierto que apostar por total looks con prendas oversize se ha convertido en algo muy recurrente, es mucho más factible y visualmente atractivo jugar con piezas más grandes y otras más ajustadas, optando por aquello que favorezca más a cada cual.

Moda sensorial

Bajo el paraguas del concepto del nuevo lujo se agrupan ya muchas referencias. Y debido a ello, hay otras tantas que han quedado ya desfasadas. Ahora lo luxury no se asocia de forma necesaria con la ostentación. O no lo hacen todos los públicos.

En parte, lo que ahora se busca en referencia a esto es una calidad que vaya más allá de lo que pueda trasladar un logo o un monograma. Se trata de envolverse en prendas cuyos materiales sean placenteros al tacto, al abrazo. De ahí que las apuestas se hagan por tejidos como el algodón, la lana, la seda o el cachemir.

Igualmente, aquí juega un papel importante el término de la sostenibilidad, que entronca directamente con la moda de segunda mano.

Imagen de 'street style' de la última Semana de la Moda de Milán.

Imagen de 'street style' de la última Semana de la Moda de Milán. Getty Images

Al final, vestir bien no trata solo de seguir tendencias, sino de encontrar equilibrio: entre lo cálido y lo ligero, lo clásico y lo inesperado. Este otoño-invierno nos invita a mirar con las manos, a sentir los tejidos y a elegir con calma. Porque la textura no es solo estética, es emoción. Cada mezcla cuenta una historia y cada prenda que nos abriga —por dentro y por fuera— habla de quiénes somos.

La elegancia, al fin y al cabo, no está en destacar, sino en envolvernos en belleza con intención.